El Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas es la Disneylandia de los nerds-tech: todo se concentra en esos 15 días que transcurren en Las Vegas. Todo es todo. Lo imposible, lo irreal, lo inimaginable tiene espacio y el mundo entero espía por el ojo de la cerradura lo que serán los patrones tecnológicos y las soluciones que, al menos una parte del mundo, tiene accesible a la vuelta de la esquina.
Las automotrices, edición tras edición, suman volumen y presencia y buscan posicionarse también como referentes: es claro que los autos ya no seducen sólo por sus soluciones “mecánicas” –cada vez más postergadas frente las nuevas formas de movilidad– sino que el componente tech, resulta cada vez más decisivo para movernos, conectarnos y hacer el viaje más confortable, limpio y seguro.
El moverse con rapidez entre un punto A y un punto B en las grandes ciudades sigue siendo una ecuación con múltiples aristas y desvelo de los ingenieros. La firma coreana tomó el toro por las astas y presentó en el CES 2024 el Supernal S-A2, un concepto de taxi volador con intenciones de surcar los cielos en 2028 y facilitar el transporte en ciudades súper pobladas. In your face Uber, Cabify y Didi…
Ante lo que esperan sea una alta demanda de opciones rápidas y ecológicas como alternativa a los “tachos”, este modelo se define como un avión de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) y se constituye en una alternativa superadora o continuación del S-A1 que se develó en 2020. El mercado mundial de aviones comerciales se ubica en alrededor de 30.000 unidades y para Jaiwon Shin –a la cabeza del proyecto como presidente de la compañía y con un CV que acredita servicios profesionales para la NASA–, el porvenir de los taxis tipo eVTOL es venturoso en volumen y rentabilidad. Luc Donckerwolke, jefe de diseño del Grupo Hyundai, lo describe como el “encuentro del auto con el avión”.
El vehículo tiene capacidad para cuatro pasajeros más el piloto y la propulsión es eléctrica para los ocho rotores que lo impulsan. Está diseñado para tener una velocidad de 190 km/h –a menos de 500 metros de altitud– con el objetivo de satisfacer las necesidades de desplazamientos en las grandes ciudades por distancias de hasta 60 kilómetros. La eficiencia se asocia también al confort y la casi nula contaminación sonora: sus motores en fase de despegue emiten sólo 65 decibeles y 45 cuando marcha a velocidad crucero.
“Nadie lo sabe todavía, pero con la comodidad, el ahorro de tiempo y la seguridad, la gente empezará a utilizar estas opciones de movilidad”, declaró Shin al medio Autocar, y remarcó: “Necesitamos estar preparados para satisfacer la demanda de cientos de miles de aviones. No sabemos cuántos serán, pero esto es lo que pronostica la industria de la aviación y la ventaja que tenemos en la capacidad de producción en masa del grupo”.
Sabido es que la complejidad de fabricar aviones tiene pocos puntos de contacto respecto de producir vehículos terrestres, por eso Hyundai considera una gran ventaja la experiencia conquistada en la producción en serie de automóviles. En ese sentido la división Supernal trabajó a la par del sector automotor y exploraron de manera conjunta posibles soluciones de baterías, sistemas de propulsión y características de diseño.
Las automotrices desde hace un tiempo dejaron de percibirse (sólo) como tales: entendieron que la apuesta pasa por atender la demanda de movilidad en su conjunto, con una mirada 360º, sin preconceptos y apelando a cualquiera de sus formas.
Si el consorcio asiático había sorprendido con la división de vehículos comerciales de Kia (ver nota), este prototipo de Hyundai abre definitivamente un nuevo escenario a la hora pensar el futuro cercano en los traslados ciudadanos. ¿Y cuáles serán los costos y los precios de esta nueva forma de transportarse, en el caso de hacerse realidad? Bueno, de eso todavía nadie habla…
CC