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Texto Ariela

Ariela Lew

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Ya pasaron 18 horas sin poder comer. Estoy desesperada. Me levanto de la cama y voy al baño.

Abro la canilla y miro correr el agua un rato largo. Tampoco puedo tomar, ni lavarme los

dientes. Me siento sucia. No entiendo, si cuando te lavas los dientes no tragas el agua, ¿no?

¿Por qué eso sería cortar el ayuno? Mi papá dice que igual no puedo hacerlo que así lo dice la

ley. Lucho contra mi sed y cierro la canilla. Vuelvo refunfuñando a la cama y no sé qué hacer.

Es un día para desconectar de todo y conectar con los sentimientos me dicen, para pedir

perdón por las cosas que hiciste mal, a los que ofendiste. Quiero hacerlo y trato de enfocarme.

El otro día estuve hablando mal de la tarada de Meli porque se cree la única del mundo y que

tiene el poder por sobre todos, solo porque es rubia y la más linda del schule. Quizás no tengo

que hacerlo más, está mal. Voy a pedir perdón por eso.

Sigo pensando, pero…se me cruza la imagen de los chicos en la plaza devoto comiendo el

pancho de Peters extragrande con kétchup y papitas. Era mi sueño probarlo. Tampoco podía

hacerlo.

Ahora quiero prender la tele…tampoco puedo. Me repito a mí misma: es un día para

conectarse con los sentimientos y pedir perdón.

Quiero llorar, me voy a perder chiquititas. Le pedí a Estela que me lo ponga a grabar en casete,

así lo veo mañana.

Faltan todavía 3 horas para ir al templo.

Me levanto de la cama y empiezo a girar en círculos. ¿Y si juego al solitario con las cartas? ¿Eso

se podrá? No lo sé, por las dudas no.

Es mi primer año que hago ayuno, como hice el bat mitzva el año pasado ahora ya soy mujer y

lo tengo que hacer. Todavía no sé muy bien qué cosas se pueden y cuáles no. En el curso,

cuando estudiaba para convertirme en bat, me explicaron un poco, pero ya no me acuerdo…

¿Qué hago?

Miro por la ventana de la pieza y veo pasar el colectivo lleno de gente. La gente común sigue

trabajando normal, pero nosotros no, tampoco vamos al schule.

Mi mamá me regaló una ropita blanca para estrenar a la noche, representa la pureza, me dijo.

Me da igual. El blanco no gusta, me hace gorda. En realidad, no sé si gorda, es como que me

marca mucho las tetas. Mi bobe le dijo a mi mamá que tiene que comprarme corpiño armado

y con aro, que ya estaba muy desarrollada. Yael, mi compañera de banco me contó que son

muy incomodos, pero quizás me ayudan.

De pronto escucho un zumbido en el medio de mis pensamientos.

Empiezo a temblar, me había olvidado el MSN prendido.

La puta madre ¿quién me escribe si mis amigas tampoco pueden usarlo?

Es Rafa, el chico que conocí en el cyber.

No sé qué hacer. Si no le respondo va a pensar que soy una boluda…

Abro la puerta del cuarto y miro la zona. Mis papás están abajo y mi hermano duerme. Dejo la

puerta entreabierta para escuchar si suben y corro a la compu. Empiezo a chatear con él. Me

cuenta que ya salió del cole y me pregunta cuánto falta para que vaya para allá. En mi bat me

regalaron una para el cuarto y dejé de ir tan seguido, porque mi papá ya no quiere que vaya,

dice que no tiene sentido. Igual me las ingenio para pasar un ratito todos los miércoles cuando

voy a inglés sola y salgo antes con la excusa de que camino lento. Hoy era miércoles y tampoco

podía ir a inglés. Estábamos ayunando, pero no quería contarle. Era raro esto que hacíamos, ni

si quiera entendía por qué lo hacíamos. No quería que piense que era una freak.

Rafa es un chico super canchero y tiene muchos amigos, va a un colegio muy famoso en el

barrio. El Virgen Niña de enfrente a la plaza. Moría por ir ahí, pero mis papás me decían que

era un colegio de goys. Tenía una cruz gigante en la entrada, era su símbolo, como nuestro

maguen david.

Además, Rafa era gracioso y divertido, se la pasaba haciendo chistes todo el tiempo y le

encantaba sentarse en la computadora al lado mío. A veces, me dolía la panza de tanto reírme

de sus chistes.

Le inventé que la profesora de inglés me había cancelado y no iba a pasar. Me contestó que

me extrañaba y que yo le parecía muy linda, que un día me invitaba a tomar unos jugos en la

plaza si mi papá ya no me dejaba ir al cyber.

Le contesté que me encantaría y un emoji de corazón.

De pronto empiezo a escuchar el ruido de la escalera.

Abro los ojos como un búho, apago el monitor y salto rápido hasta la cama.

-¿Mamele todo bien, cómo venimos? Gritó mi papá mientras seguía subiendo.

Me asusto, pero respondo que todo en orden, así que lo empiezo a escuchar bajar.

Siento alivio.

Me transpiré toda.

¿Tendré que hacer más horas de ayuno por esto o podré pedir perdón en el templo? Nadie se

va a enterar que use la compu, no hay manera de comprobarlo.

De pronto, me agarra como un calor tremendo en el cuerpo, era intenso. Siento como sube

por las piernas y llega hasta la cachucha. Es algo extraño, no me había pasado nunca.

Me pongo la mano encima como si pudiera frenarlo, pero en realidad quiero sentir el calor.

Me da unas cosquillas raras.

La saco.

Miro para los costados y trato de escuchar el silencio.

No puedo.

Mi respiración es muy fuerte.

Me saco la almohada, la bajo y me doy vuelta.

Me empiezo a frotar sin parar.

La respiración no me deja casi pensar.

Quiero darle un beso a Rafa la próxima vez que lo vea, aunque eso también está prohibido y

no solo hoy, todos los días.

No puedo dejar de pensar en sus labios carnosos y su cadenita colgante la cruz del colegio.

Sigo frotándome muy fuerte y de pronto paro.

Me levanto muy despacio al baño, hago pis y me lavo la cara.

Fuck. Me lavé la cara, ¿qué hice? No podemos lavarnos la cara, ni bañarnos.

Me seco muy bien para que no se me notara y vuelvo al cuarto para prender el monitor.

Rafa me contestó qué buenísimo y que nos veíamos el próximo miércoles o arreglábamos por

acá.

De abajo, mis papás me gritan que arranque a cambiarme, que pronto nos vamos.

Habían pasado 22 horas, lo estaba logrando. Faltaban las últimas, pero esas iban a ser más

fáciles pensé, porque íbamos a ir al templo y me encontraba con mis amigos.

Me puse la ropa nueva y me miré al espejo, me veía radiante.

AL / PULPA

Ya pasaron 18 horas sin poder comer. Estoy desesperada. Me levanto de la cama y voy al baño.

Abro la canilla y miro correr el agua un rato largo. Tampoco puedo tomar, ni lavarme los