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Dos clases magistrales para ver online y gratis de las escritoras Mariana Enriquez y Hebe Uhart

Julia Piasek

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Mariana Enríquez y Hebe Uhart son dos escritoras argentinas. Mariana Enríquez es reconocida por su escritura del terror gótico, lo extraño y el fantástico mientras que Hebe Uhart es reconocida por su escritura de la observación tanto de su propia vida como de lugares a los que viajaba y en donde escribía crónicas empapada de las experiencias de un territorio ajeno.

Mariana Enríquez, a pesar de ser contemporánea, ya forma parte del canon de la la literatura argentina. Publicó varios libros, como Nuestra parte de la noche (2019), Las cosas que perdimos en el fuego (2016), Los peligros de fumar en la cama (2009), entre otros.

Su primer novela publicada fue en 1995 y se tituló Bajar es lo peor. Cuando la publicaron ella tenía veintiún años y en su clase magistral titulada Cómo me hice escritora explica el por qué de una publicación tan temprana, mientras reflexiona sobre cómo llegó a ser, sin buscarlo, la escritora que es hoy.

Bajar es lo peor fue escrito sin la pretensión de ser publicado. Mariana Enríquez cuenta que comenzó a escribir como una necesidad y para ella misma: no encontraba literatura argentina que tratara sobre los temas que leía o sobre los discos que escuchaba, absolutamente influenciada por el rock y el punk. Los personajes de esta primera novela salen expulsados, también, por necesidad. Existían previamente a ser escritos, habitaban su cabeza y no la dejaban en paz.

Tampoco es que hubiera investigado demasiado sobre las publicaciones que se hacían en la Argentina ni en otros lugares del mundo. Pero se preguntaba: ¿alguien escribe sobre lo que me pasa a mí y a mis amigas? Ojos delineados de negro, noche, bares patéticos, drogas, aventuras urbanas. Lo que leía sobre estas temáticas trataban la droga buena y no, el vino malo; la noche cuidada y no los desbordes; la Ciudad de Buenos Aires, la capital, y no, la Ciudad de La Plata, donde estudiaba.

La publicación fue empujada por la hermana de una amiga, que casualmente es Gabriela Cerruti, quien acercó el manuscrito de Bajar es lo peor a una editorial que pretendía dar a conocer escritores jóvenes. Allí Mariana Enríquez conoció a Juan Forn, a quien previamente desconocía. Juntos trabajaron su novela, al principio con un poco de molestia adolescente antisistema por parte de Mariana y después con mucho aprendizaje.

A su vez, en esta clase magistral cuenta el impacto social que produjo Bajar es lo peor en los fanáticos, quienes evidentemente encontraron en la literatura de Mariana Enríquez un reflejo de sus propias vivencias o bien una nueva literatura que hasta ese momento no habían tenido la oportunidad de leer.

Con una mezcla de humor, repudio y sinceridad, Mariana Enríquez cuenta cómo fue el boom tras su primera publicación, burlándose un poco de la propia institución literaria y de los medios de comunicación que la citaban, encajándola en un sector específico: mujer, feminismo, juventud, entre otros, por haber escrito esa novela.

A su vez, cuenta su relación con el terror, entendiendo al mismo con una resonancia social. Si bien afirma que la literatura es un impulso y por lo tanto, el género que se escribe también, reflexiona acerca de cuáles son los miedos, los terrores propios y que tiene la sociedad Argentina, en general. En ese sentido, se cuestiona cuál había sido el primer libro de horror en lengua castellana que había leído y eran los testimonios periodísticos de la última dictadura cívico-militar, entre ellos el Nunca más, libro confeccionado por Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas.

Sucede que sus libros están absolutamente invadidos, además de por fantasías, por resabios de la historia de nuestro país que se mete en la ficción, bridándole al gótico una pizca de realidad latinoamericana, con la diferencia de que la ficción es expansiva y todo entra, sin límites. “No hay nada más serio que un fantasma para mí. Un fantasma es un ser encerrado en su trauma, un trauma personal o político. Alguien que pide la justicia que no tuvo”

Hebe Uhart fue una docente y escritora argentina, autora de varias novelas, cuentos y crónicas, tales como Mudanzas (1996), Camilo asciende (1987), De la Patagonia a México (2015), entre otros. Falleció en el 2018 en Buenos Aires.

Su charla magistral, a pedido de ella, es una “charla artesanal”, lo cual se relaciona mucho con su forma de escribir, dedicada, detallada, con un ritmo artesanal, que difiere al ritmo de esta época, absolutamente industrial.

Durante esta charla titulada “Lo que aprendí en mis viajes. La intuición como motivación” habla, puntualmente, de la escritura de sus crónicas. Uhart ha viajado muchísimo y, por suerte, ha dejado registro sobre sus experiencias en los distintos destinos.

Cuenta paisajes particulares que conoció, como una “preselva” ubicada en Entre Ríos, personas que conoció, con oficios y deseos particulares, entre otras cosas. La escritora viaja y se sorprende para luego escribir, con ese asombro rebalsado, cada frase. Luego, en esta conversación, pareciera sorprenderse de nuevo. En esa búsqueda por la sorpresa está la particularidad de su escritura.

Hablando con las personas que habitan los lugares en donde viaja es como se entera de cosas que de otra forma no se enteraría. Su mirada no deja de ser la de una extranjera visitando el espacio ajeno, sin embargo se sumerge en él, volviendo sus viajes no sólo turísticos, sino como medios para satisfacer sus inquietudes. Con un poco de risa cuenta anécdotas que le llamaron la atención y que son consecuencia del choque entre dos culturas diferentes.

Al adentrarse en otros territorios conoce otras comunidades, con otras costumbres, otros rezos, otras medicinas, otra forma de religión.

Con una libreta en mano, Hebe Uhart va leyendo los títulos que anteceden a sus machetes: lo que le sorprendió de cada destino, cosas que la dejaron pensando, las formas de ser y las formas de pensar de las distintas sociedades, cosas que recuerda, son algunas de las carátulas que propuso la escritora, apasionadamente. Reflexiona además sobre el lenguaje, como docente y escritora. Sólo hablando con otras personas logra conocer en profundidad los lugares que visita y no sólo por aquello único que le cuentan, relacionado con una experiencia primaria, sino también por cómo se lo cuentan, qué palabras usan, cómo dicen que algo es lindo y cómo insultan en cada una de las provincias y países que visitó.

Sus fascinación por lo distinto y su afán por aprender es transmitido al público, quien finalmente tienen espacio para realizarle algunas preguntas a la escritora.

JP