El escritor japonés Haruki Murakami, autor de más de 20 novelas, decenas de relatos y más de media docena de ensayos, recibió hoy el Premio Princesa de Asturias de las Letras en la ciudad española de Oviedo, sin hacer declaraciones en una ceremonia en la que también estuvo la actriz estadounidense Meryl Streep, ganadora del premio a las Artes.
De elegante smoking negro, Murakami recibió el diploma conmovido y con una sonrisa, y luego del saludo protocolar a los monarcas dirigiéndose al público presente en el Teatro Campoamor elevó el pergamino levantando sus brazos a modo de saludo y agradecimiento.
También se lo vio escuchar atentamente las palabras de Streep, -ganadora del premio a las Artes- sobre la importancia de la escucha. Se trata de la tercera visita a España del autor de más de 20 novelas, decenas de relatos y más de media docena de ensayos.
La ceremonia de entrega de los premios creados en 1981 con el objetivo de “honrar la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional” fue presidida por la Princesa Leonor de España junto al resto de la Familia Real Española.
Al momento de ser mencionado como un autor puente entre las culturas occidental y oriental, el rostro del escritor de 74 años reflejaba su desacuerdo ante tal afirmación, algo que motivó el reconocimiento en la 43º edición de los premios que otorga la Fundación radicada en Asturias, ligada a la corona española.
Murakami ya había advertido el miércoles pasado: “Yo solo escribo lo que me da la gana y no pienso nada sobre desempeñar un papel del Este o del Oeste, ni en servir de puente”.
En la presentación de Murakami, el jurado se refirió a su narrativa como “ambiciosa e innovadora” y resaltó que “ha sabido expresar algunos de los grandes temas y conflictos de nuestro tiempo: la soledad, la incertidumbre existencial, la deshumanización de las grandes ciudades, el terrorismo, pero también el cuidado del cuerpo o la propia reflexión sobre el quehacer creativo”.
A sus casi 18 años y mayoría de edad, la princesa Leonor, presidenta honoraria de la Fundación sostuvo: “Son personas con las que aspiro a sentirme identificada, aunque sumen algunas décadas más que yo. Porque siento que transmiten con sus acciones y en sus obras, esa esperanza que nos guía y nos inspira a los jóvenes”.
Y agradeció a todos los premiado incluido los dos fallecidos (la historiadora francesa Hèléne Carrère d'Encausse y el filósofo italiano Nuccio Ordine)) “por la luz que proyectan sobre los retos y la complejidad del mundo que nos toca vivir y por hacer que los premios que llevan mi nombre nos animen a recorrer un camino compartido y esperanzado, sin eludir esfuerzos y con responsabilidad”.
Por su parte, el Rey Felipe IV hizo mención los premiados y realizó una diplomática crítica a las dos guerras que sacuden el mundo, calificadas por el monarca como “terrible y oscura actualidad que define la agresión rusa a Ucrania” y el largo conflicto entre Israel y Palestina, agravado por la escalada lanzada por el grupo Hamas el pasado 7 de octubre.
“Todos teníamos la esperanza en estos comienzos del siglo XXI de vivir en un mundo más pacífico, más estable, más ordenado, sin embargo esto no está siendo así. Este siglo XXI nos ha traído el regreso terrible de la guerra, de los conflictos bélicos en su versión más descarnada y brutal”.
Pero también se refirió sobre la democracia que garantiza la convivencia, sobre la que dijo que “su fragilidad es un recordatorio para no caer en la pasividad”, y destacó el momento de “afrontar con el mayor sentido de responsabilidad”, porque “la paz, el bienestar económico de personas y la preservación de los valores democráticos así lo exigen”.
Murakami (Kioto, 1949) es el narrador japonés más leído de su generación que ha vendido millones de ejemplares en el mundo, convirtiéndose en un referente de la literatura contemporánea tras el éxito de “Tokio blues” (1987), traducido a más 40 idiomas, que funde lo real con lo fantástico teniendo en sus textos la huella de autores del siglo XIX como Fiódor Dostoievski, Charles Dickens o Truman Capote.
Cultor de una narrativa sencilla, de diálogos lacónicos, con ambientes donde se funde lo real con lo fantástico, su obra habla de soledades, vacíos y desamores, la intimidad, la búsqueda de la identidad o el amor. Ha recibido premios prestigiosos como el Franz Kafka (2006), el Jerusalén (2009) y el Hans Christian Andersen de Literatura (2016), entre otros, aunque el Nobel de Literatura aún le es esquivo.
Su novela más exitosa es “Tokio Blues”, pero también escribió “1Q84”, “Underground”, “Kafka en la orilla”, “La chica del cumpleaños”, “Sauce ciego, mujer dormida” y “De qué hablo cuando hablo de escribir”, entre otras.
El Princesa de Asturias contaba con 37 candidaturas de 17 nacionalidades y es el quinto de los ocho galardones internacionales que da anualmente la Fundación homónima, que está dotado con una escultura de Joan Miró, un diploma acreditativo, una insignia y 50.000 euros.
MM con información de Agencia Télam