Las cuotas funcionan. A pesar de las críticas y las objeciones de la extrema derecha, los datos dejan claro que gracias a las medidas instaladas en el cine español la representatividad ha mejorado y la brecha de género se ha disminuido. Es uno de las principales conclusiones que se desprenden del informe anual de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA), que en este documento confirma las consecuencias positivas de las medidas para corregir la desigualdad tomadas por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) en las ayudas públicas del Estado español.
Desde el 13% de mujeres al frente de películas que recibían una ayuda general a la producción (aquellas destinadas a los filmes más populares) en 2018, se ha pasado a un 38% en 2021. Esto se ha realizado gracias a medidas como reservar una parte del fondo exclusivamente para las mujeres (en 2021 esa reserva fue del 30%). Misma medida que se tomó en las ayudas selectivas (las que van a parar a un cine más autoral y al descubrimiento de nuevos talentos), donde la reserva de un 35% del dinero público ha hecho que del 23% de mujeres que lideraban proyectos en 2018 se llegue a un 51% en 2021. La paridad se ha logrado en este tipo de subvenciones.
“Las medidas de apoyo a la promoción de las mujeres en la concesión de ayudas estatales están funcionando y favorecen la puesta en marcha de películas con autoras y técnicas en una proporción mayor”, dice el informe. Las medidas tomadas no se refieren solo a la cuota reservada de dinero público, sino también a que se otorgan puntos extra para la obtención de la ayuda a aquellas películas que tengan a mujeres al frente de sus equipos creativos (como directoras o guionistas).
Sin embargo, el informe apunta a que este avance en la representatividad no termina de trasladarse a toda la industria. Fuera del cine que recibe ayudas la presencia de mujeres sigue siendo menor. En 2021 las mujeres representaron un 32% de las profesionales del sector, un porcentaje que desciende en la dirección, donde fue del 21%, y en sectores donde la desigualdad sigue siendo demasiado grande, como la composición musical, donde sólo hay un 12% de mujeres; o la dirección de fotografía, donde hay un 16%.
Otra de las conclusiones del documento es que la brecha económica entre las películas dirigidas por mujeres y las dirigidas por hombres, una de las luchas constantes de CIMA, sigue existiendo. “Los costes medios de las películas dirigidas por mujeres son la mitad más bajos que los de las películas dirigidas por hombres”, apunta el informe. El coste medio de una película dirigida por un hombre en 2021 fue de 2.077.904 euros frente al 1.036.870,44 euros que cuesta la película de una directora.
Al mirar la brecha económica en las ayudas públicas se vuelve a confirmar que las cuotas funcionan. En las ayudas generales se ha pasado de una diferencia del 17% entre los presupuestos de películas dirigidas por hombres y las que tienen una mujer al frente al 7% de 2021. En las selectivas esa brecha se reduce del 23% al 6%. Sin embargo, las películas de más presupuesto siguen siendo menos accesibles para las directoras, algo que se observa también en el número de películas realizadas por las filiales cinematográficas de las cadenas privadas de televisión que tienen una directora al mando.
Las medidas de apoyo a la promoción de las mujeres en la concesión de ayudas estatales están funcionando y favorecen la puesta en marcha de películas con autoras
El año pasado Telecinco produjo dos películas. Ninguna dirigida por una mujer. Atresmedia Cine produjo una película con una directora y tres con hombres. No son excepciones, el informe explica que “en los siete años estudiados, suman un porcentaje de apoyo al liderazgo de mujeres de un 7% y un 9% respectivamente”. “Su apoyo a estos proyectos, en concreto en Telecinco Cinema, aparece casi de manera anecdótica en ambos históricos específicos. En este objetivo no se estudian las brechas económicas, únicamente se aborda la representatividad, pero sería muy interesante poder incorporar esta información”, añaden.
RTVE, por su parte, ha mejorado el porcentaje de mujeres al frente de los proyectos que apoya desde 2015, donde so
lo un 14% tenía a directoras frente al 32% de 2021. Sin embargo, desde CIMA apuntan que pese al apoyo “creciente a lo largo de los años estudiados” sigue “sin cumplir con un apoyo equitativo en cuanto a liderazgo por sexo”. El informe analiza también las ayudas regionales y muestra que, de las 13 líneas de subvenciones estudiadas, en cuatro Comunidades Autónomas todavía no se introducen políticos en favor de la igualdad, como son Aragón, Comunidad Valenciana, Madrid y Castilla y León.
La importancia de los referentes
Un estudio que pone cifras del año pasado a lo que apuntaba el libro colectivo Brecha de género en el audiovisual español (Tirana Humanidades), en el que Concha Gómez, Sara Álvarez Sarrat, Susana de la Sierra, Mario de la Torre, Carlos F. Heredero, María José Higueras, Natalia Martínez Pérez, Nieves Rosendo y Bárbara Zecchi, se encargaban de subrayar las grandes diferencias de género que todavía hay en el sector, pero también ponían su énfasis en visibilizar aquellos referentes femeninos que la historiografía oficial borró o ignoró durante décadas para así entender el rol que desempeñan actualmente las mujeres en campos de la industria que siguen muy masculinizados.
Unos referentes que son fundamentales, como comentó Belén Funes en el encuentro de CIMA de Valladolid en 2019 y que recoge el libro: “cuando era pequeña y una mujer salía en el cuadrito de las nominadas, pensaba: yo también puedo estar ahí”. Funes logró el Goya a la Mejor dirección novel en 2020 por La hija de un ladrón y ya son cinco mujeres las que han logrado el premio de forma consecutiva, demostrando la importancia de esos referentes y que algo está cambiando en el cine español, cuyo futuro está unido de forma clara al de las directoras.
Puede que así se reduzca la descompensación que hay entre las mujeres que ya estudian en las escuelas de cine y las que luego entran a formar parte de su mercado laboral. Brecha de género en el audiovisual español muestra que en la ECAM cuentan con un alumnado en el que el 55% son mujeres. En la ESCAC ese porcentaje es del 43,5%, mientras que en la escuela de cine Elías Querejeta, el 60% de sus plazas están ocupadas por mujeres. Por tanto, las cifras del informe CIMA muestran que hay una brecha entre el número de alumnas y el de directoras y técnicas. Una brecha que demuestra que siguen haciendo falta cuotas y políticas activas para alcanzar una paridad que está más cerca pero para la que todavía queda.
JZ