La reflexión de Heidegger en torno a la técnica aunque no fuera el tema central de su pensamiento, como sí la “pregunta por el ser”, ocupó una parte importante de su producción filosófica, sobre todo desde la segunda posguerra. Desde Ser y tiempo (1927) hasta el reportaje póstumo (de 1966 aunque publicado diez años más tarde) las cavilaciones en torno a la cuestión de la técnica tuvieron diversos relieves, momentos e interlocuciones. Pero centralmente fueron los años ´30, los del giro (Kehre), donde estas adquirieron centralidad ontológica: en torno a la historia de la metafísica (como olvido “del olvido” de la pregunta fundamental), a las cuestiones relativas al “pensamiento poetizante”, a la posibilidad de una ética o al destino de occidente. A modo de ejemplo respecto a la preponderancia que logra dicha reflexión se puede citar la “Carta sobre el Humanismo”:
En su esencia, la técnica es un destino, dentro de la historia del ser, de esa verdad del ser que reside en el olvido. En efecto, dicha técnica no sólo procede etimológicamente de la tékhne griega, sino que también procede desde el punto de vista histórico esencial de la tékhne comprendida como uno de los modos de la alétheia, esto es, del hacer que se manifieste lo ente. En cuanto figura de la verdad, la técnica se funda en la historia de la metafísica.
Si la relación del sujeto con la verdad es uno de los tópicos del debate contemporáneo, es indudable que los aportes de Heidegger han sido fundamentales en la deconstrucción de la visión moderna de ambos términos. Así, allí donde el preguntar por la “esencia de la tékhne” liga lo oculto de su co-dependencia, autores como Agamben (entre otros) han tenido a Heidegger como suelo para la ampliación de la discusión de esta idea de la técnica a otros territorios del pensamiento referidos a la subjetividad.
Lo que aquí se pretenderá reflexionar, a partir de ello, es sobre la posibilidad de existencia de sutiles desplazamientos desde el discurso de la metafísica a un cierto modo de hacer filosofía política, la comprensión de la historia o el análisis de las sociedades contemporáneas, desplazamientos en los que lo que opera también es una reapropiación de estas estructuras explicativas “originales” en Heidegger, y que no muchos estarían dispuestos a reconocer.
La elección del pensador italiano tiene sin dudas elementos necesarios de explicitación: el más importante es su capacidad de dialogar manifiestamente con Heidegger, de quién se considera un discípulo, de igual modo que con otros autores contemporáneos que son también representantes de la tradición política del pensamiento continental, me refiero a la biopolítica de Foucault y las derivas italianas llevadas adelante por Roberto Espósito o Tony Negri, la deconstrucción francesa y también Deleuze, por citar los más conocidos. Agamben representa un vértice extraño en el que pueden identificarse líneas de fuga en muchas direcciones, inclusive opuestas, su erudición permite establecer vinculaciones novedosas y reflexiones allí donde antes parecían no existir y por ello es que aún no se ha agotado su capacidad teórica productiva. Por otro lado, la publicación del último volumen de la saga Homo Sacer. El uso de los cuerpos, permite ahora tener una dimensión total de su perspectiva sobre la biopolítica y calibrar desde allí las significaciones del pensamiento que viene.
En síntesis la intención en las páginas que componen el libro pasará por explicitar aquellas características que para Heidegger identifican epocalmente la “esencia de la técnica” para luego reponer en Giorgio Agamben el modo en que esta interpela en su visión política, pero este movimiento resulta imperceptible si no logra acompañarse con un cambio de acento desde una posición metafísica hacia el locus de lo político, transformación necesaria que por su parte realiza el pensador italiano.
El autor es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Magister en Estudios Interdisciplinarios de la Subjetividad en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Isidoro Harispe se desempeña como docente en la UNLP siendo sus áreas de estudio e investigación las del pensamiento político contemporáneo.
IH