El futbolista brasileño Vinícius Junior lloró en la rueda de prensa previa al partido amistoso del martes entre España y Brasil, al ser preguntado por el racismo que sufrió en algunos campos de España y que, dijo, le hace tener “cada vez menos ganas de jugar”.
“Entiendo que se hable de lo que se habla, sobre lo que hago en los partidos, porque tengo muchas cosas que mejorar, pero llevo estudiando mucho tiempo el tema del racismo y cada vez tengo menos ganas de jugar”, explicó.
El futbolista agregó que “con cada denuncia” se siente “más triste”. “Está sucediendo muchísimo no solo en España, también en el mundo. A mi padre también le pasaba, le costaba trabajar, escogían al blanco. Luché mucho, lo denuncié. Cada día me siento más tiste, estoy luchando por una causa para que en el futuro próximo no le suceda a nadie más”, remarcó.
Años de insultos racistas en el campo
El jugador lleva años sufriendo insultos racistas. Vinícius habló en múltiples ocasiones sobre la impunidad que existe sobre ello: “No es la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en LaLiga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios lo alientan”, dijo en otra ocasión.
El futbolista ya señaló en el pasado que España es “un país hermoso”, que lo cobijó, pero que ha “aceptado exportar al resto del mundo la imagen de país racista”. “Lo siento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy en Brasil España es conocida como un país de racistas. Y tristemente, por todo lo que ha ocurrido, no lo puedo defender. Estoy de acuerdo”, lamentó.
El delantero del Athletic Club de Bilbao Iñaki Williams habló recientemente en una entrevista de su experiencia con el racismo en el mundo del fútbol. “El árbitro se me acercó para decirme que iban a parar el partido porque había habido insultos racistas y que lo iban a comunicar por megafonía, que estuviese tranquilo. La verdad es que me sorprendió; yo era un chaval, tenía apenas 22 años. No entendía que en pleno siglo XXI todavía estas cosas sucediesen. Es verdad que mis compañeros se volcaron conmigo al cien por cien, pero de alguna manera, me alegré de que me pasase a mí por la visibilidad. Estas cosas pasan más allá del fútbol y que me pase a mí no me duele, yo tengo ya el culo pelado, como se dice, y me duele cuando le pasa a gente que se intenta ganar la vida, como muchos africanos que venden por las calles. Ellos son los más vulnerables y los que más pueden sufrir este tipo de actos”, recordó.
“Desde mi posición, darle voz a esto creo que viene bien para que los niños aprendan lo que está bien y lo que está mal. La verdad es que fue triste. Llevo 10 años en el fútbol profesional y me ha pasado dos veces. A otros compañeros de profesión también les ha pasado. Hay que tener tolerancia cero con estas situaciones. La Liga está actuando muy bien en este sentido y está poniendo cartas sobre el asunto. Entre todos tenemos que construir una sociedad que no tolere estos actos”, dijo.