El ministro de Economía, Martín Guzmán, había presentado en septiembre pasado un proyecto de presupuesto 2022 que preveía un déficit fiscal primario (antes del pago de la deuda) del 4% del PBI en 2021 y del 3,3% este año. La baja se iba a basar en el recorte de los gastos de la pandemia y de los subsidios a las tarifas de luz y gas. Finalmente, el rojo del año pasado fue del 3,2%, si se quitan el aporte extraordinario de las grandes fortunas y las erogaciones por el Covid-19 a los que iba destinado, según calculan altas fuentes del Palacio de Hacienda. Y la meta de déficit pactada este viernes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es del 2,5% para 2022.
Es decir, la reducción acordada del desequilibrio será igual a la prevista por Guzmán, de 0,7 puntos porcentuales, pero a partir de un piso más bajo y centrada en asuntos que no tienen que ver con la pandemia. Ese ahorro deberá generarse con la poda gradual de subvenciones a la energía, según destacó el FMI en su comunicado de este viernes, y en un aumento de la recaudación tributaria por dos factores: un mayor crecimiento económico que el esperado (el Fondo elevó su predicción del 2,5% al 3%) y un refuerzo del combate a la evasión impositiva, sobre todo de grandes contribuyentes, tal como explicitó Guzmán.
“En el FMI querían un mayor ajuste este año y en los venideros (el sendero pactado establece un 1,9% en el 2023 electoral y 0,9% en 2024, debut del próximo gobierno). Para muchos en el directorio las metas tienen sabor a poco. Nosotros logramos que acepten que el gasto público no se ajuste en términos reales (en relación a la inflación)”, celebran en el equipo económico. Incluso las erogaciones podrían subir más de lo convenido si la Argentina consigue mayor financiamiento para obras públicas de parte de organismos multilaterales (como los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo, BID), el Club de París (potencias occidentales y Japón) o China.
El ministro negó que vaya a elevarse el aumento de tarifas del 20% anunciado para 2022, pero aún está por verse cómo se segmentan y cuánto incremento le tocará a los hogares de ingresos medio altos y altos que queden sin subsidios
El ministro negó que vaya a elevarse el aumento de tarifas del 20% anunciado para 2022, pero aún está por verse cómo se segmentan y cuánto incremento le tocará a los hogares de ingresos medio altos y altos que queden sin subsidios. En el equipo económico reconocen que todavía falta definir cuánto y con qué secuencia se ajustarán las subvenciones.
Daniel Artana, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), admite que si la economía crece al 4%, como preveía el Gobierno en su presupuesto 2022, alcanzaría con el aumento de la recaudación para lograr la meta de déficit del 2,5%. No obstante, advierte de que aún faltan negociar los objetivos trimestrales del rojo, que sólo si se cumplen llevarán a que el FMI desembolse el dinero necesario para repagar el crédito récord otorgado en 2018 y para reforzar las reservas del Banco Central.
Juan Miguel Massot, profesor de la Universidad del Salvador, opina que en un país con una inflación del 50% anual el ajuste “puede ser menos traumático de lo que parece, dada la erosión real que pueden tener algunas partidas de gasto, la dinámica del PBI nominal y de algunos recursos, como podrían ser las retenciones, el IVA, Ganancias, entre otros”. “Hay que recordar, además, que no se aprobó el presupuesto 2022, lo que aumenta el grado de libertad del Gobierno”, apunta Massot. “Habría que tener información más detallada, ya que de los comunicados (del Ejecutivo y el FMI) surge que a nivel técnico fiscal sólo quedarían detalles y procedimientos de monitoreo, pero luego están las cuestiones monetarias y cambiarias, de la que no se dice mucho y son muy importantes. Son el cierre de lo macro”, agrega el profesor.
"Habría que tener información más detallada, ya que de los comunicados surge que a nivel técnico fiscal sólo quedarían procedimientos de monitoreo, pero están las cuestiones monetarias y cambiarias, de la que no se dice mucho y son muy importantes"
“Como le respondió Guzmán este viernes a elDiarioAR, se puede bajar el déficit con más PBI nominal y más recaudación”, analiza Javier Alvaredo, de la consultora ACM. “A nosotros nos da, con una inflación del 46%, una mayor recaudación de 0,5 puntos del PBI. Pero el tema tarifas también es clave en la reducción del déficit”, señala Alvaredo. El consultor añade que faltan los detalles sobre cómo se reducirá el financiamiento monetario del Tesoro del 3,5% del PBI en 2021 a sólo el 1% en 2022. “Luce muy desafiante”, alerta Alvaredo.
Su colega Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, opina que con un crecimiento del 4% y la segmentación de tarifas, alcanzaría para cumplir la meta fiscal. En tanto, Francisco Eggers, profesor de la Universidad de La Plata, coincide en que si el PBI se expande más, mejorará la recaudación, pero recomienda un “trabajo fino sobre los gastos”. “Tiene mucho sentido en 2022, año no electoral. La meta fiscal es técnicamente posible, pero el obstáculo está en la política”, concluye Eggers y se solidariza con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que esta semana calificó de “irresponsables” a los oficialistas contrarios al acuerdo con el FMI.
"A nosotros nos da, con una inflación del 46%, una mayor recaudación de 0,5 puntos del PBI. Pero el tema tarifas también es clave en la reducción del déficit"
En un banco internacional, un analista observa que “están definidos los targets (metas), pero no está claro cómo se llega”. “Fijate que el statement (comunicado) del FMI habla claramente de reducir subsidios, pero Guzmán obvió el tema. El statement ni menciona los acuerdos de precios y Guzmán dijo que eran clave. No menciona el tema de acumulación de reservas, que es el nuevo nombre de la devaluación, y Guzmán ya lo dio hasta por cumplido con el exceso de desembolsos del FMI y la no devaluación. Todo el tema impositivo es un misterio: ¿es sólo mejor administración? ¿no habrá nuevos impuestos? Si devalúan, ¿no habrá más retenciones? Guzmán dijo que el gasto real iba a seguir creciendo. El FMI habló sólo de crecimiento de ciertas partidas (infraestructura, ciencia y tecnología y programas sociales focalizados). ¿Habrá submetas para los gastos del Gobierno? La meta de reducción de la monetización del déficit es ambiciosa. No parece fácil tener al mismo tiempo eso y un 2,5% de déficit. ¿El mercado de bonos doméstico pone la diferencia o el ajuste fiscal? ¿Habrá plata de otros organismos?”, completa su análisis el economista del banco extranjero.
Precisamente, el FMI abogó en su comunicado a que otros “socios internacionales” de la Argentina la ayuden. No quiere quedar solo en este plan, como pasó en 2018. La directora gerenta del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva, apunta contra su par del Banco Mundial, el norteamericano David Malpass, con el que mantiene una relación tensa. También al Club de París, que también debe renegociar su deuda con la Argentina para evitar un default en marzo próximo. Y, por último, a China, con la que la Argentina negocia una ampliación del swap (canje) de monedas para reforzar las reservas.
En un banco privado nacional, un economista opina que el ajuste fiscal se logrará no sólo con la eliminación del gasto Covid y la quita de subsidios a la energía a hogares de altos ingresos sino también con la licuación de jubilaciones y salarios por la inflación. “Seguramente piensen en alguna suba de impuestos, aunque es difícil de ver dónde y qué apoyo tendría en el Congreso”, alerta el analista después del bloqueo de Juntos por el Cambio y otros grupos opositores al presupuesto 2022. Al menos, la principal coalición rival ya ha anticipado su apoyo al acuerdo, aunque advirtió por los detalles todavía desconocidos.
Un ex ministro de Macri evalúa que la meta de rojo fiscal de 2022 se puede lograr “trabajando sobre la evasión, algún invento tipo retenciones, subir tarifas y licuación del gasto por inflación”. “Sólo estableciste los números guía, hay que ajustar el resto, qué tocás, qué no, si las pautas son cumplibles -continúa su análisis-. Por ahora hay un entendimiento, pero falta la discusión del acuerdo. Esto es por dos años y después vendrá el verdadero programa, ahí está la flexibilidad del Fondo, ve que un gobierno sin poder no puede hacer más que esto y el mercado aún así duda de que lo cumpla en 2023.”
En el equipo económico reconocen que resta la discusión del memorándum del acuerdo donde se establecerá el monto exacto de los desembolsos trimestrales del FMI a la Argentina. Destacan que el monto de esos giros dependerá de la necesidad argentina de elevar las reservas.
AR