Con el objetivo de reducir el volumen de dólares que salen del país y amenguar la caída de las reservas, el Banco Central anunció ayer una medida que limita el acceso al mercado de cambios a importadores de “productos suntuarios” y a un conjunto limitado de bienes finales que también se producen en el país. Así, los importadores de esos productos deberán garantizar su propio financiamiento para cancelar los pagos.
La medida alcanza a productos como automóviles y motos de alta gama, jets privados con valor superior al millón de dólares, embarcaciones de uso recreativo, bebidas como champagne, whisky, licores y demás espirituosas con un precio superior a US$ 50 dólares el litro, caviar, perlas, diamantes y otras piedras preciosas, entre otros productos.
Según comunicó el organismo que conduce Miguel Pesce, los productos alcanzados por la medida representan un monto global mensual de importaciones de US$ 300 millones en el caso de bienes finales y de US$ 25 millones en bienes suntuarios. Es decir, el Gobierno apunta a retener un flujo de US$ 325 millones que todos los meses merman las reservas.
El texto dispone que los importadores recién podrán acceder al mercado oficial a partir de los 90 días desde el despacho a plaza para los productos finales y a partir de 365 días para los bienes identificados como suntuarios. Mientras tanto, deberán usar dólares propios para cancelar los compromisos o conseguir financiamiento. La medida será de aplicación para todos los bienes que hayan sido embarcados en origen a partir del 7 de enero de 2021.
“Puede que la medida tenga un efecto en menguar la caída de reservas, pero, al mismo tiempo, alimenta las expectativas de depreciación al hacer más evidente que el Banco Central no tiene una posición de reservas cómoda”, señaló a elDiarioAR Guido Lorenzo, director de LCG.
“Hay que tener en cuenta que, si uno restringe la importación de un producto, la demanda presiona sobre la oferta doméstica y el productor puede, entonces, cargar un precio alto para ese bien que es de difícil acceso”, añadió Lorenzo, para quien se trata de una medida que no ayuda a la distribución del ingreso, puede generar más inflación e impacta en la pérdida de variedad a la hora de poder elegir por parte del consumidor. “El objetivo de las reservas debería ser fomentar su crecimiento vía un comercio internacional vigoroso”, concluyó.
El objetivo de las reservas debería ser fomentar su crecimiento vía un comercio internacional vigoroso
Para el economista Nicolás Gadano, que fue gerente del Banco Central durante el 2018 y 2019, “esta medida, junto con otras de los últimos días, muestra que el esquema de control de cambios, de la represión financiera y control de la balanza comercial, es algo que el Gobierno empieza a percibir como un mecanismo que no es de excepción y de transición hacia una situación más normal, sino algo permanente”.
Según consideró, este tipo de medidas pueden generar un desaliento de las importaciones en el corto plazo, pero llevan hacia una economía más cerrada y, por ende, “mas cara, más recesiva y con menos inversión”. “Más allá de un efecto positivo de corto plazo, esto te va achicando todo el sistema y, lejos de generar más divisas, en el mediano plazo vas agudizando el problema”, detalló.
Más allá de un efecto positivo de corto plazo, esto te va achicando todo el sistema
Para Martín Vauthier, director de Eco Go, la medida muestra que, más allá de la ayuda estacional que le viene dando la demanda de pesos desde diciembre —y que es posible que dure hasta fines de enero—, el Banco Central “sigue administrando la escasez”.
“No logra recuperar el superávit en el sector externo por la brecha cambiaria, que genera un desaliento a la liquidación de exportaciones y alienta, a su vez, a acceder al dólar oficial por todos los medios posibles, básicamente mediante las importaciones”, dijo.
Aseguró que, en los últimos meses, se vio un nivel de importaciones que no fue consistente con el nivel de actividad, lo que muestra que, en gran parte, esos consumos se utilizaron como un mecanismo de cobertura frente a la brecha cambiaria y a las expectativas de devaluación.
“Lo que sí marca esta lógica de imponer más controles y cuidar las reservas que quedan es la intención del Gobierno de no devaluar en el año electoral”, añadió.
DT