Los sistemas de pago en línea se presentan como seguros, rentables y cómodos. Este tipo de servicios permiten almacenar, enviar y recibir dinero. En algunos casos, hasta incluso invertir. Pero, la inclusión sin educación financiera tiene sus desventajas. Al tratarse de una tecnología relativamente nueva, existen algunos riesgos de seguridad y fraudes.
Según el informe de “Inclusión Financiera” del Banco Central de la Nación Argentina (BCRA) de octubre de 2022, el uso de las billeteras virtuales se duplicó en los últimos dos años y los pagos digitales representan el 50% de las transacciones financieras.
Un relevamiento de Red Link sobre el “Uso del Dinero Electrónico” (elaborado en base a los datos de 37 millones de tarjetas) reveló que en julio del año pasado se registraron picos históricos de 416,1 millones de transacciones en billeteras virtuales y la variación en la cantidad de operaciones entre julio de 2022 y julio 2021 fue del 273%.
En esta misma línea, según datos publicados por el BCRA, en el último año se multiplicaron por cinco la cantidad de operaciones realizadas con código QR. Es decir, uno de cada cuatro pagos con transferencia se inicia a través de este sistema.
El aumento del uso de las billeteras virtuales en el país se debe a una serie de factores. Por un lado, a la creciente popularidad del comercio electrónico, ya que en Argentina aumentó más de un 25% en 2022 y se posicionó como el mayor crecimiento del año en Latinoamérica, según datos de eMarketer. Por el otro, al aumento de usuarios de teléfonos móviles. Los últimos datos del INDEC dan cuenta de que 89 de cada 100 personas en el país usan teléfono celular y 88 de cada 100 acceden a internet.
El presidente de Banco Provincia, Juan Cuattromo, habló sobre la importancia de digitalizar el sistema financiero y aseguró que: “La pandemia produjo una transformación. La digitalización cambió la naturaleza del usuario/a de servicios financieros. Nosotros incorporamos un 80% más de clientes y clientas, que además quieren operar con el banco de manera digital, sin visitar una sucursal. Eso implica transformar cómo se ofrecen los servicios financieros y cómo trabajan las entidades hacia adentro”.
El crecimiento de las billeteras virtuales en Argentina tiene un impacto significativo en el sector bancario tradicional. Los bancos se enfrentan a una competencia cada vez mayor y se ven obligados a adaptar sus productos y servicios para poder competir.
Actualmente, en los registros del BCRA hay 48 billeteras digitales interoperables de diferentes fintech pero también de entidades bancarias. Las más populares son Mercado Pago (sólo en Argentina superan los 7,8 millones de usuarios), Ualá (más de 5 millones de usuarios en Argentina, México y colombia), Cuenta DNI de Banco Provincia (más de 6,8 millones), Personal Pay (más de 1 millón), BNA+ de Banco Nación (casi 10 millones) y MODO, la billetera virtual de todos los bancos (12 millones).
¿Cuáles son los requisitos para tener una billetera virtual?
Este sistema de pago es asequible y eso contribuye a la democratización del ecosistema financiero. Por ejemplo, no se necesita tener ninguna cuenta bancaria para usar Personal Pay. “Nuestra billetera convierte al celular en un centro de operaciones donde se puede ingresar dinero, realizar compras, hacer recargas, obtener rendimientos, pagar servicios con descuentos exclusivos y mucho más”, aseguraron fuentes de Telecom.
Lo mismo corre para Ualá, donde resaltan que tienen un proceso de alta de cliente fácil y 100% digital, para que cualquier persona mayor de 13 años con DNI argentino tenga la posibilidad de acceder a una cuenta en la app “sin moverse de su casa y de forma gratuita”.
En cambio, en BNA+ es necesario tener una caja de ahorros con una tarjeta de débito asociada. En el caso de no cumplir con ese requisito, deberán adquirir una al momento de enrolarse en la billetera sin necesidad de hacer un trámite presencial.
¿La edad importa? Según la investigación “Los adolescentes y las finanzas. Conocimiento y hábitos en Argentina”, desarrollada entre junio y agosto de 2022, por la Universidad Di Tella y BBVA, el 51% de los jóvenes tiene al menos una billetera virtual. Por este motivo, cada vez son más las que deciden expandir su uso y apuntar a ese público.
Cualquier persona desde los 13 años puede descargarse Cuenta DNI y comenzar a operar. Con la autorización de un adulto, también se puede en Ualá, Personal Pay, MODO y Mercado Pago. Incluso, en ésta última hasta pueden generar rendimientos a través de su “Fondo Común de Inversión”.
En el caso de Personal Pay, recientemente presentaron una opción para adolescentes que ofrece la oportunidad de obtener una tarjeta prepaga a jóvenes de entre 13 y 17 años, mediante una cuenta titular ya existente (madre, padre o tutor/a).
Según la investigación anteriormente citada de la Universidad Di Tella y BBVA: 7 de cada 10 jóvenes creen que la educación financiera y económica es la materia más relevante para el futuro que podrían recibir en la escuela, seguida por matemática y, en tercer lugar, informática.
Riesgos, fraudes y estafas
En general, las billeteras virtuales ofrecen una serie de ventajas sobre los métodos de pago tradicionales. Son cómodas, seguras y de fácil gestión. Sin embargo, también hay algunas desventajas a considerar como los riesgos de seguridad y pérdidas del dispositivo.
“Aunque este tipo de servicios implementan medidas de seguridad, aún existen riesgos de fraude, como el phishing o el malware. Los usuarios deben ser cautelosos al proporcionar información personal y financiera y deben asegurarse de utilizar aplicaciones de billetera confiables y mantener sus dispositivos seguros”, añade Mario Micucci, Investigador de Seguridad informática de ESET Latinoamérica.
Si bien todas las billeteras virtuales mencionadas declaran tener servicio de soporte para reclamar y hacer consultas, no hay que dejar de lado que ocasionalmente los datos personales y financieros pueden verse comprometidos debido a una violación de seguridad o descuido humano y en ese caso se pueden correr riesgos de robo de identidad y fraude financiero.
Sin ir más lejos, a un 20% de las personas usuarias en nuestro país les han hackeado su billetera virtual alguna vez, según los datos del informe “Números que hablan” de Fiserv.
Por lo tanto, para aprovechar los beneficios de las billeteras virtuales se necesita infraestructura pero también educación. Para que también exista una democratización que facilite la participación en la economía formal de las personas que no tienen acceso a los servicios bancarios tradicionales. Para que lo digital sea realmente popular.
FB/MG