Sergio Massa está haciendo valer los lazos que tejió como presidente de la Cámara de Diputados, antes de ser ministro de Economía, para lograr que la oposición se siente a debatir los proyectos de leyes económicas que él busca aprobar, más allá de la tensión por el juicio político que Alberto Fernández impulsa contra los miembros de la Corte Suprema. Aún no está definido el paquete de iniciativas que enviará el Palacio de Hacienda para discutir en sesiones extraordinarias, junto con el proceso contra los magistrados, pero en el Frente de Todos (FdT) esperan que sean las referidas a la actualización de la legislación contra el lavado de activos -bajo presión del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI)-, la de promoción de la agroindustria -que está haciendo su lobby a ambos lados de la grieta política- y tres que aún carecen de estado parlamentario, la de un nuevo blanqueo de capitales -para tentar a los evasores que ahora están en la mira por el acuerdo de intercambio automático de información tributaria con Estados Unidos- y las de incentivos y estabilidad fiscal para el arranque de dos sectores con potencial, el gas natural licuado (GNL, el que se exporta en barcos y que demanda la instalación de plantas en los puertos) y el de hidrógeno, uno de los dos combustibles del futuro junto con las baterías eléctricas.
La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio (JxC) se reunirá este martes para debatir qué posición adoptará. Existen curiosas diferencias, quizás influidas por las leyes económicas que se tratarán, que interesan más al PRO, y por el mayor interés de la UCR por la defensa de la Corte. Es así que en el bloque de diputados del PRO, que conduce Cristian Ritondo, de buena relación con Massa, sostienen que “la idea es que no se mezclen los temas a tratar en el Congreso, lo del juicio político y lo de las medidas económicas, que cada cosa tenga su discusión”. Este grupo está integrado por 50 diputados. En cambio, en el bloque de la UCR, que encabeza Mario Negri, advierten que “por ahora no va a dar quórum la oposición mientras siga la embestida judicial contra la Corte y el Consejo de la Magistratura”, el órgano de selección y remoción de jueces. Son 33 legisladores. Habrá que ver si los demás opositores les siguen la corriente. En Evolución Radical, con 12 diputados y Rodrigo de Loredo al frente, guardan silencio. Lo mismo en la Coalición Cívica, con 11 diputados liderados por Juan Manuel López. En Encuentro Federal, que reúne a cuatro diputados, comparten la postura de la UCR. Su jefa, Margarita Stolbizer, comenta a elDiarioAR: “No discutiremos nada mientras se insista con el juicio político a la Corte”. Cuando se le pregunta si el FdT igual puede conseguir los 128 diputados necesarios para el quorum, ella contesta: “Solo si todos los otros bloques le dan el número. Aunque sería bastante pobre de legitimidad”. En la mesa nacional de JxC participan Mauricio Macri y presidentes, diputados y senadores de los partidos que integran la alianza.
En el FdT suman 118 diputados y necesitan 11 más para sesionar. En el oficialismo intentarán avanzar con su agenda y convencer a JxC de que las leyes económicas vayan por un camino paralelo al juicio político. Alegan que el Congreso no puede cerrar porque a la oposición no le gusta el proceso a los cortesanos. A ellos tampoco les agrada que desde agosto pasado se hayan presentaron ocho pedidos de destitución contra el Presidente. La principal alianza opositora ya bloqueó en diciembre el tratamiento de normas en el periodo extraordinario porque ya había estallado el conflicto por las comunicaciones privadas entre la oposición y la Justicia, pero todavía no con la Corte, por lo que Fernández todavía no había solicitado el juicio.
A los 116 diputados de JxC se sumaron el mes pasado los ocho del Interbloque Federal, donde están los tres peronistas que responden al gobernador cordobés, Juan Schiaretti, el socialista Enrique Estévez y uno que va detrás de Roberto Lavagna, que navega entre dos aguas porque tiene ubicado a parte del equipo económico con Massa, incluido Marco Lavagna, Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein. Ahora se desconoce qué harán estos ocho. Aún deben debatirlo. Por lo pronto, los diputados cordobeses, liderados por Carlos Gutiérrez, alegan que “nada avanzará si persisten con el juicio a la Corte”. De todo modos, abren la incógnita de si realmente el Presidente insistirá contra las cortesanos o reculará, como con otras medidas polémicas: “¿Por qué Alberto no habrá enviado todavía el pedido? Uhmmm”.
El presidente del Interbloque Federal, el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez, se muestra tajante ante elDiarioAR: “Primero, el Ejecutivo debería llamar a extraordinarias, incluyendo los proyectos económicos. Sean algunos ya existentes o, de ser el caso, algunos nuevos. Eso todavía no sucedió. Veremos qué decide el Ejecutivo; no doy nada por hecho antes de que suceda. De incluirse esos proyectos, al oficialismo le queda conseguir el quórum y los votos. El año pasado, el Gobierno envió 18 temas a extraordinarias. No logro que se trate ninguno. Hay un dato de contexto que no quiero pasar por alto: el ministro de Justicia, Martín Soria, afirmó que es posible reformar el Consejo de la Magistratura por decreto de necesidad y urgencia (DNU), a contramano de lo que establece el artículo 114 de la Constitución nacional. La portavoz del Gobierno nacional (Gabriela Cerruti) hizo como que rechazaba la afirmación de Soria, pero aseguró que, ”efectivamente, el mecanismo existe en la Constitución“. Nadie en el Gobierno desmintió ni hizo rectificar a Soria. Mientras el estilo y el método sean esos, será muy difícil que Massa apruebe sus leyes económicas. No habrá ningún motivo para diferenciar lo que algunos llaman las leyes de Massa de todo el resto”.
“Estamos a la espera del listado para extraordinarias, pero en algunos casos, por los trascendidos, son temas que se vienen trabajando en la cámara pero sin consenso hasta el momento”, observa Estévez. “Al margen de lo económico, el Congreso es un ámbito político y es muy difícil pensar en su funcionamiento separando temas económicos e institucionales, como lo es el juicio político a la Corte. En concreto, la suerte de esos proyectos dependerá del clima político, que no es bueno y viene trabando el funcionamiento de la cámara”, agregó el diputado santafesino.
Si a los 116 diputados del oficialismo, sólo se suman los de los partidos provinciales gobernantes (dos de Misiones, dos de Río Negro, uno de Neuquén) y un aliado de Santa Cruz, Felipe Álvarez, apenas llegarían a 121, un número insuficiente. En el bloque de Somos Río Negro, de Luis Di Giacomo, prometen apoyo: “Vamos a acompañar todo lo que envíe Massa que no afecte a Río Negro porque en 97 días hay elecciones a gobernador. Lo mismo le pasa a Rolando Figueroa, que es candidato a gobernador del Movimiento Popular Neuquino. Pero tenemos un vínculo muy estrecho con Sergio. El proyecto de hidrógeno es nuestro: se lo dimos a Massa, que lo hizo circular en Nación, presentó algunas modificaciones, pero básicamente es nuestro”. En Río Negro se proyecta el mayor emprendimiento de hidrógeno verde del país: allí la empresa australiana Fortescue, que tiene como representante al ex rugbier Agustín Pichot, planea instalar molinos eólicos para generar la energía que produzca la hidrólisis que separa el hidrógeno del oxígeno de las moléculas de agua de la costa atlántica. En diálogo con elDiarioAR, Di Giacomo lo explica: “En un principio apoyamos y estamos especialmente interesados en las que tienen que ver con energía, petróleo, gas e hidrogeno verde. Y de acuerdo con blanqueo”. Su provincia produce gas, más allá de la roca de Vaca Muerta, sobre todo presente en Neuquén, y no sin polémicas ambientales.
AR