Los inversores financieros se las rebuscan para perforar con nuevos huecos el cepo cambiario cada vez que las restricciones se refuerzan. Después de que el gobierno de Mauricio Macri reinstaurara en 2019 el cepo cambiario que había creado el kirchnerismo hace diez años, cobraron vida no sólo el dólar blue -que siempre existió para operaciones ilegales en efectivo- sino el Bolsa o MEP (Mercado Electrónico de Pago, para transacciones lícitas en la plaza local) y el contado con liquidación (CCL, para la fuga legal al exterior). Después de que en las últimas semanas el Gobierno impusiera límites de US$ 18.000 por semana a las compras de cada persona en el MEP y el CCL y restringiera las operatorias de ambos mercados a la triangulación del bono AL30, aparecieron otros dólares paralelos en los que no hay topes y se compran y venden otros títulos públicos, letras y acciones para dolarizarse.
En un principio, los paralelos al MEP y el CCL se operaban sólo a través del Segmento de Negociación Bilateral (Senebi), es decir, con transacciones en los que se encuentran compradores y vendedores institucionales. Pero con el correr de los días, ya se empezaron a cambiar en un mercado que operan por las pantallas de las sociedades bursátiles, en las que ya se desconoce quién vende a quién y operan también inversores minoristas, según explica Santiago López Alfaro, de la firma Delphos Investment. Allí se transa, por ejemplo, con el bono GD30 el MEP a $ 206,18 y el CCL, a 217,29. Es decir, cotizaciones muy por encima del mercado regulado con el título AL30, donde el MEP y el CCL están a 179,32 y 179,42, respectivamente.
Otros inversores operan con letras: así consiguen el dólar a $ 205,51 en la plaza local o a 215,97 en el extranjero. Y también están los que triangulan con la acción del Grupo Financiero Galicia, que cotiza en Buenos Aires y Wall Street, y a través de la cual se accede a la moneda norteamericana en el exterior a 216,16. Todo sea por hacerse de “verdes” antes de las elecciones.
En la actualidad, los mercados de dólares paralelos desregulados mueven más plata que los regulados. Por ejemplo, este martes las operaciones bursátiles de los inversores minoristas de AL30 llegaban hasta las 15 a $ 3.000 millones, mientras que las del GD30 alcanzaban los $ 2.300 millones y a estas últimas hay que sumarles las que se concretan por el Senebi con diversos títulos públicos, letras y acciones, según describe Christian Reos, de Allaria Ledesma. Miguel Boggiano, de Carta Financiera, lo ratifica: “El Senebi es el verdadero contado con liqui”.
Mauro Mazza, de Bull Markets, estima cuánto opera cada segmento: “El Senebi es un mercado de entre 80/100.000 millones de pesos por día. De ese total, unos 20/25.000 millones son con AL30 y GD30. El mercado por pantalla, el llamado PPT (Prioridad Precio Tiempo), donde no sabés quién te compra y quién te vende, opera entre AL30 y GD30 unos 30.000 millones”. No todas las transacciones del Senebi y el PPT son para dolarizarse, pero sí la mitad de ellos, unos 60/70.000 millones diarios, según calcula Mazza.
El dólar blue, mientras tanto, cerró este martes a $ 197,50, en ascenso otra vez y cerca del récord de 198, y el oficial, a 106,23. La incertidumbre política y económica poselectoral alienta la dolarización.
AR