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El impacto de una decisión externa

Estados Unidos baja sus tasas, pero las commodities y China ponen a prueba el optimismo argentino

El presidente de la Fed, Jerome Powell, anuncia la baja de tasas.

Alejandro Rebossio

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Que la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, haya bajado 0,5 puntos porcentuales, al rango de 4,75% a 5%, la tasa de interés de referencia significa que ya no está preocupada por la inflación, como desde el estallido de la guerra de Ucrania en 2022, sino que ahora la preocupación gira hacia el enfriamiento excesivo de la primera economía mundial. Cuando baja la tasa en Estados Unidos, se deprecia el dólar en el mundo, fluyen capitales buscando mejores rendimientos en mercados emergentes, como la Argentina, que en este momento no tiene acceso al crédito privado internacional pero podría volver a lograrlo si el presidente Javier Milei continúa con el ajuste que le gusta a los inversores y además se anima de una vez a liberar el cepo cambiario.

Un descenso de la tasa estadounidense, que abarata su moneda, también suele impulsar los valores de las commodities (materias primas), que cotizan en esa divisa, lo que favorece a países que exportan granos, petróleo y minerales como la Argentina. Sin embargo, los precios de los productos básicos no están en su mejor momento, en parte por la amenaza de recesión de Estados Unidos y en parte porque la segunda economía mundial, China, también corre el mismo riesgo.

“La baja de tasas de la Fed debería ser bueno para la Argentina si (a) Estados Unidos no entra en recesión, y (b) recortan tasas porque se normaliza la inflación”, analiza Alberto Ades, director general del fondo NWI Management. “En ciclos de ese tipo (de tasas bajas), el dólar se deprecia y cuando se deprecia el dólar, suben las commodities en dólares, siempre que no tengas una recesión global. O sea, con nosotros semipegados al dólar, debería ser un viento de cola positivo”, opina Ades, economista argentino en Nueva York.

Otro colega suyo en Wall Street coincide: “Lo de la Fed es positivo”. No obstante, “hay otros factores mundiales que son negativos para la Argentina: la soja cayó 21% en lo que va del año”. De todos modos, este analista no ve a las materias primas “tan hundidas” en términos históricos y muestra el cuadro adjunto sobre el índice del Fondo Monetario Internacional (FMI) que las aglutina.

“Si te fijas, el índice muestra que está mucho más arriba que cuando dejó [Mauricio] Macri su gobierno (en 2019). Además, la Fed baja la tasa para evitar una recesión. Si lo hace bien, y la evita, es su trabajo... y por eso bajó la tasa 50 puntos. Al final, que la Fed haya controlado la inflación y que Estados Unidos se vea encaminado a un soft landing (suave ralentización de su economía), es bueno para emergentes. Pero es cierto que pasan otras cosas en el mundo”, admite el observador de la Gran Manzana.

Jorge Viñas, investigador de economía internacional de la Universidad del Salvador, analizó el martes último, en una mesa redonda de la institución de la que participó este cronista de elDiarioAR, que llegó por fin la hora tan esperada en que la Fed comenzaría a revertir la suba de tasas que había decidido para enfrentar el alza inflacionaria de hace dos años.

“Baja de la inflación y problemas de crecimiento impulsan cambio en el ciclo global de tasas de interés”, señaló Viñas, en referencia a que primero fue el Banco Central Europeo (BCE) el que empezó a desandar el alza del costo del dinero. “La Fed se apresta a comenzar el ciclo de baja de tasas, preocupada por el empleo, a pesar de que la inflación no llegó al 2%”, anticipaba Rivas el día anterior a la noticia. “El BCE bajó la tasa de política monetaria en 60 puntos, a 3,65%, tras revisar a la baja las proyecciones de crecimiento para 2025”, recordó.

Y no sólo inquieta la actividad de Estados Unidos y Europa sino también la de China. “China no despega. La crisis del sector inmobiliario sigue afectando a la demanda agregada y hay dudas respecto a la meta de crecimiento de 5%. La inflación se mantiene demasiado baja y la deflación amenaza”, advirtió Rivas.

Y, como se sabe, la baja generalizada de precios es una señal negativa de la economía, indica hundimiento de la actividad. En ese contexto, “la debilidad de la demanda global presiona a la baja los precios de commodities, que ya han dejado atrás la suba por la guerra en Ucrania”, alertó Rivas. Así como el gigante asiático impulsó la suba de la soja y otros productos agrícolas, el petróleo y los minerales a principios de siglo, el hecho de que haya dejado de crecer a tasas chinas y pase a caminar lento afecta a la Argentina, sobre todo en tiempos de escasez de reservas en el Banco Central.

Rivas señaló que “el nuevo esquema monetario” que implementó el gobierno de Javier Milei para bajar los dólares financieros desde julio pasado “fue eficaz para contener la brecha”. “Pero siguen las dificultades para acumular reservas, lo que pone en dudas el pago de la deuda a partir de 2025”, advirtió. En un contexto de tasas bajas a nivel mundial, se supone que la Argentina podría llegar a volver a acceder a los mercados internacionales de deuda, lo que disiparía los problemas de reservas y las dudas sobre los pasivos, pero si las commodities no repuntan, las exportaciones no reportarían las divisas necesarias.

AR/JJD

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