Alberto Fernández tendrá este viernes, a las 9 AM de Roma, la primera reunión cara a cara con Kristalina Georgieva, la jefa del FMI. El encuentro se confirmó este jueves y aunque circularon hipótesis de anuncios, el Gobierno le baja el tono a esa posibilidad y enfoca el encuentro con la funcionaria en el plano de la gestualidad política en medio de la doble negociación que lleva adelante: la del FMI y, atada a esta, la del Club de París.
“No habrá anuncios: el encuentro con Georgieva es un paso muy importante, y consolida todo el trabajo que se viene haciendo”, explicó una fuente oficial que participa de la comitiva presidencial que el domingo pasado inició, en Portugal, la gira europea que concluirá este viernes en Italia.
El clima de anuncio se instaló luego de las dos reuniones que, en menos de 24 horas, mantuvo el ministro de Economía Martín Guzmán con Julie Kozack, la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. Una de ellas reservada, la noche del miércoles, y la otra este jueves por la tarde en el hotel Sofitel. Esa hipótesis circuló, incluso, en el mercado, donde se espera que haya alguna novedad.
En la cima del Gobierno, sin embargo, descartan esa posibilidad y dicen que el foco de la estrategia oficial apunta a una respuesta del Club de París a un pedido que Guzmán para lograr una “ventana de tiempo” con el propósito de “poder estructurar mejor” las condiciones de pago con ese grupo de países acreedores. En concreto, el ministro pidió que el vencimiento del 31 de mayo se demore y según dicen a su lado, tiene expectativas de que eso ocurra.
Así y todo, aunque no haya una respuesta positiva antes de esa fecha, el Gobierno no entrará en default porque el deadline último es el 31 de julio, ya que el programa con el Club de París tiene 60 días de gracia. ¿Qué plazo pidió Guzmán? En la carta no lo especifica y el organismo, en todo caso, debería responder positivamente y podría fijar una nueva fecha de vencimiento o aceptar el pedido y empezar a negociar un nuevo cronograma.
En ese contexto, una señal de Georgieva, podría leerse como un indicio más sólido porque el Club de París opera, en la práctica, casi como un subsidiario del FMI frente a lo cual, sin un acuerdo o un OK del Fondo, se considera imposible que el club de acreedores pueda otorgar un nuevo plazo a la Argentina.
En ese marco, la cumbre entre Fernández y Georgieva, funcionará para el Gobierno como la coronación de respaldos políticos públicos, que comenzaron con el del primer ministro de Portugal Antonio Costa, siguieron con el del presidente español Pedro Sánchez, luego con el respaldo de Emmanuel Macron en París y, el de Mario Draghi, el premier italiano que recibió este jueves a Fernández.
El viernes, último día de la gira europea de la comitiva argentina, se completaría con una actividad en la que Guzmán compartirá un seminario organizado por el Vaticano, por la Academia Pontifica que coordina el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, con Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE.UU. y con Georgieva.
En paralelo, se espera un saludo oficial entre Fernández y John Kerry, el exsecretario de Estado -de Barack Obama- quien se convirtió en el delegado del presidente Joe BIden sobre el Cambio Climático. Kerry, como Joseph Stiglitz y ministros y funcionarios económicos de distintas potencias, participarán del seminario. Ese evento tiene, de manera accesoria, otro impacto: lo organizó la entidad del Vaticano de la que forma parte Gustavo Beliz, tiene entre sus ejes las deudas soberanas, y tendrá una participación de primera línea. Ese marco se interpreta como un mensaje de respaldo promovido, o al menos consentido, por el papa Francisco, quien el jueves recibió a Fernández en la Santa Sede. Este jueves, Fernández se reunió además con Axel van Trotsenburg, director gerente de operaciones del Banco Mundial, quien también participará del seminario.
PI