a la espera de un acuerdo con el organismo

FMI: Qué impacto tendrán las medidas económicas anunciadas por el Gobierno

Ivo Cortazzo

25 de julio de 2023 10:56 h

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Durante este lunes 24 de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mostró un formal apoyo a las medidas adoptadas por el ministro de economía Sergio Massa, anunciadas durante la noche del domingo. Desde el Gobierno esperan que esta valoración positiva se transforme, finalmente, en desembolsos de divisas para despejar el horizonte futuro de pagos y minimizar la inestabilidad cambiaria.

En términos concretos lo que el Gobierno acordó con el FMI fue una serie de medidas que se traducen en una devaluación fiscal selectiva. Esto es, un aumento del valor del dólar a través de la aplicación -o aumento- de ciertos impuestos que, en términos generales, la divisa ya tenía -impuestos adoptados previamente por el Gobierno-. Es selectiva porque para cada operación hay un tipo de cambio diferente -afectado por una alícuota particular-.

En primer lugar, el dólar ahorro o solidario -que surgía del tipo de cambio oficial más el impuesto PAIS y un 35% de percepción adelanto de ganancias- se unifica con el llamado dólar tarjeta. Este tipo de cambio está compuesto por el impuesto PAIS más un 45% de percepción adelanto de ganancias.

Por otro lado, se aplica una alícuota del 25% el valor del dólar para la importación de servicios, tales como contratación de un software del exterior o suscripción al almacenamiento en una nube. Dicha alícuota se aplica para todos los servicios excepto fletes -7,5%-, salud y educación, y recitales -ya pagan el 30%-. Si bien existe este dólar para la importación de servicios, las empresas que pagan almacenamiento en la nube lo hacen a través del dólar tarjeta -a excepción de empresas muy grandes que solicitan acceso al MULC para el pago de servicios-.

En tercer lugar, se aplica el impuesto PAÍS en una alícuota del 7,5% al dólar oficial utilizado para la importación de bienes. Este es, quizás, uno de los puntos más importantes a tener en cuenta ya que la importación de bienes finales, insumos o bienes de capital son claves para la economía argentina y, un aumento en su valor de importación genera, de manera directa, un incremento en los precios internos. 

Por último, se le hizo una modificación al “dólar agro” que tenía un valor de $300 y, a partir de las nuevas medidas pasa a $340. Esto aplica para el maíz y demás economías regionales -no para la soja- hasta finales de agosto.

Las medidas -que según el FMI son “positivas para fortalecer las reservas y consolidar el camino al orden fiscal”- adoptadas por el candidato a presidente de Unión por la Patria están enmarcadas en un contexto en el cual la negociación con el organismo internacional se había estancado fuertemente durante los últimos meses. 

Si bien, durante el domingo, el FMI anunció -a través de su Twitter oficial- un principio de acuerdo llamado “Staff Level Agreement”, aún debe ser aprobado por el directorio -que se toma vacaciones a partir de este viernes 28 de julio-. Según el propio organismo, “dicho acuerdo busca consolidar el orden fiscal y fortalecer las reservas reconociendo el fuerte impacto de la sequía, el daño a las exportaciones y los ingresos fiscales del país”.

La efectivización de esta devaluación fiscal selectiva va a generar una serie de consecuencias para la economía argentina durante los próximos meses. Desde el ministerio de Economía aseguran que, de esta manera, el organismo financiero internacional con sede en Washington liberará, finalmente, los fondos para poder hacerle frente a los vencimientos y también robustecer las debilitadas reservas internacionales. También, se calcula que, a partir del nuevo tipo de cambio diferencial para las economías regionales se liquiden, en las próximas semanas, un monto aproximado de USD 2.000 millones.

Según el último informe de la consultora Ecolatina, el objetivo de estas medidas buscan “evitar un escenario disruptivo (crisis) asociado a un salto discreto y desordenado del tipo de cambio oficial que genere una espiralización inflacionaria, un deterioro mayor de los ingresos reales y una contracción aguda de la actividad económica que impacte en el empleo, en el marco de una compleja situación social.”

Sin embargo, es muy probable que, el conjunto de estas medidas genere consecuencias negativas en el bolsillo de los consumidores, especialmente entre los sectores de menores ingresos ya que, un aumento en el precio del dólar -sea a través de un impuesto o a través del precio de mercado- genera, inevitablemente, una suba en la inflación. No solo esto, sino que el incremento en el valor de exportación de las economías regionales tiene un impacto directo en el valor de los alimentos. El maíz es uno de los principales alimentos de los pollos, con lo cual, es lógico pensar que, si el precio del maíz se incrementa, esto se traslade, automáticamente al valor del pollo. A su vez, el reconocer un dólar más alto a las exportaciones de bienes ligados a las economías regionales, significa una emisión extra de pesos, ya que el Banco Central debe erogar más pesos por cada dólar que entra en sus arcas. Estos pesos son los que, una vez cobrados, se utilizan para comprar dólares en los mercados paralelos, impulsando un alza en su cotización. A esto se le suma el incremento del dólar para los productos importados lo cual genera un piso de 7,5% de aumento en -casi- todos los precios de la economía.

En Argentina, el dólar es una divisa, pero a su vez, es un “insumo” ya que la mayoría de los bienes de la economía tienen un componente dolarizado. Es muy improbable pensar que, frente a esta situación, los precios no se incrementen. 

Las experiencias pasadas con el “dólar soja” han demostrado que, a partir de su aplicación, se disparó fuertemente la inflación en alimentos, castigando a los sectores más vulnerables. No solo esto, sino que este tipo de medidas sirvió para impulsar la exportación de ciertos productos a través de la desacumulación de stocks y no a partir de un aumento en la producción. 

En este sentido, la negociación parece haberla ganado el FMI que, desde hace unos meses, viene pidiendo devaluación y mayor ajuste fiscal. En los próximos días se verá si, las medidas adoptadas por el ministro Sergio Massa, logran liberar los desembolsos del organismo destinados al pago de las obligaciones que tiene Argentina para con el Fondo. 

IC/MG