El titular de la unidad ejecutora a cargo de llevar adelante la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, Antonio Pronsato, renunció este lunes a su cargo dentro de Enarsa, y de esa manera abrió una incógnita sobre uno de los proyectos más ambiciosos del Gobierno nacional.
La renuncia suma además un nuevo capítulo en las internas del oficialismo por el manejo del sector energético.
El alejamiento de Pronsato, un hombre que trabajó junto al exministro Planificación Federal, Julio de Vido, se produce en un contexto dominado por las demoras en la licitación para la construcción del gasoducto. Se trata de una obra clave ya que permitiría reducir en un tercio la importación de gas y ampliar en 25 por ciento el transporte de este combustible.
Desde la secretaria de Energía aseguraron que la salida de Pronsato obedece a cuestiones personales. Sin embargo, las peleas entre el secretario, Darío Martínez, con los titulares del Enargas, Federico Bernal, y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, son una constante dentro del área energética del Gobierno.
Si bien es cierto que Pronsato es un funcionario de tercera línea, su alejamiento provocó ruido dentro del Gobierno por el temor a que anticipe nuevas salidas.
Según confiaron fuentes del sector energético, Pronsato habría resuelto presentar la renuncia cansado por las demoras en el inicio del gasoducto.
Quizás por esa razón, poco después de que se conociera la renuncia, desde Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA), se apuraron a difundir un comunicado en el que aseguran que “los trámites de licitación, adjudicación y ejecución del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner están avanzando dentro de los plazos previstos”.
Y agrega que “a la fecha ya se encuentra adjudicada la provisión de cañerías, mientras que ya se realizó la apertura de ofertas y está en instancia de análisis la adquisición de válvulas, electrodos, mantas termocontraíbles, tramos de medición, cromatógrafos y otros elementos vinculados tanto del Gasoducto Néstor Kirchner como de las obras complementarias”.
Al mismo tiempo, la directora del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), María de los Ángeles Sacnun, salió a aclarar que las obras comenzarán “el mes próximo”, en junio, y que “todo el proceso licitatorio ya está en marcha”. En declaraciones a AM 750, la funcionaria señaló que “es una decisión política que está en marcha y que tiene recursos y fondos para retomar un proyecto energético al servicio del desarrollo nacional”.
Ni Sacnun ni el comunicado mencionan el alejamiento de Pronsato.
Lo cierto es que se trata de la segunda renuncia que sufre el Gobierno en una semana. El lunes pasado lo había hecho el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, en desacuerdo con la política oficial para intentar controlar los precios.
La construcción del gasoducto requiere una inversión de 3400 millones de dólares y se estima que generará unos 6 mil puestos de trabajos directos e indirectos. El primer tramo de la obra, que une localidad de Tratayén, en Neuquén, con Saliqueló, en Buenos Aires, tendría que estar terminado para antes del invierno de 2023.
“La obra no solamente impacta en la balanza comercial sino también en el desarrollo regional y en la generación de empleo, y podemos decir que la inversión de por sí, generará entre empleos directos e indirectos alrededor de 6.000 puestos de trabajo”, aseguró Sacnun y agregó que la financiación del proyecto se hará con fondos del Tesoro Nacional y parte de lo recaudado a través del Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas.
Por su parte, en un reportaje con elDiarioAR, José Ignacio de Mendiguren, presidente del jefe del Banco de Inversión y Comercio Exterior, se mostró confiado en que el gasoducto se concrete: “Yo terminé todos los trámites y sería imperdonable no hacerlo. Por eso creo que se va a hacer”, dijo. El pasado 20 de mayo, el BICE cerró un fideicomiso de administración y financiero para el Fondo de desarrollo Gasífero Argentino (Fondesgas) que construirá el gasoducto.