Ante la andana de críticas contra la explotación offshore de hidrocaburos frente a la costa de Mar del Plata, la industria petrolera redactó anoche un contragolpe para justificar este desarrollo y contrarrestar a los ambientalistas que en la Argentina, al igual que cada vez más en el mundo, critican la extracción de crudo porque está asociada al cambio climático. En un mensaje que apelas al “vos” para dirigirse al público, la voz cantante quedó en manos del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG). “El 30/12 se aprobaron los permisos para realizar estudios del subsuelo en tres áreas del Mar Argentino, debido a la posibilidad de hallar gas y petróleo. Como instituto técnico dedicado a los hidrocarburos y a la energía en general creemos necesarias algunas aclaraciones”, arrancó el comunicado del IAPG, que está integrado por expertos que vienen de esta industria y que cuenta como socias a las petroleras, sus proveedores y sus clientes. Por ejemplo, en la comisión directiva las vicepresidencias están ocupadas por representantes de YPF -la petrolera estatal que impulsa la explotación en Mar del Plata-, Shell -que también está en el proyecto-, Pan American Energy (PAE), la distribuidora de gas Naturgy y las proveedoras Bolland, Baker Hughes y Tenaris -la fabricante de tubos de Techint-.
“Lo primero, es que se trata de una iniciativa del Estado Nacional y no de empresas extranjeras que vienen a 'saquear' un recurso local”, arrancó el IAPG. “Es el propio Estado el interesado en el desarrollo del recurso e invita al sector privado a participar, como ocurre en la mayoría de los países. Entre las compañías concesionarias, hay de capitales extranjeros, pero también de capitales locales, como YPF; de capitales estatales y también privados y mixtos. Todas operarán bajo las mismas condiciones.”
“Esto no es nada nuevo. La Argentina busca hidrocarburos en su mar desde hace más de 90 años. Desde entonces, se han perforado 187 pozos en el lecho marino y se han producido algunos hallazgos de interés, sin incidentes ambientales significativos”, continuó el instituto, que preside el ingeniero Ernesto López Anadón, que desarrolló su carrera en YPF. “Por ejemplo, desde hace décadas existe producción de gas en pozos marinos de la Cuenca Austral (Tierra del Fuego y sur de Santa Cruz). Y, de hecho, el 17% del gas que producimos en el país (y que se relaciona con tu consumo) viene hoy de 36 pozos operativos en el mar -arranca el tono coloquial-. Esto es muy importante, porque más de la mitad de la energía que consume la Argentina es gas natural. Incluso en tu casa, la calefacción y la cocina utilizan este insumo, que es, por lejos, el más limpio de los combustibles fósiles. El 70% de la electricidad también se produce con gas”, defiende el IAPG el gas, que ahora está en debate en la Unión Europea. La Comisión Europea (Ejecutivo del bloque) quiere incluir la energía nuclear y el gas natural como “verdes” en el sistema de etiquetado de inversiones, pero la iniciativa cuenta con el apoyo de Francia y Polonia y el rechazo de Austria, Alemania y España.
“Durante más de medio siglo de búsqueda en lecho del Mar Argentino se ha utilizado la 'sísmica' como técnica exploratoria”, se refirió el IAPG al proceso que comenzará ahora en la costa atlántica bonaerense, previo a la producción en sí. “Sólo entre 2017 y 2020 se registraron unos 120.000 kilómetros de sísmica en el Mar Argentino, pero la técnica se usa en nuestro mar desde fines de los 50. En las costas bonaerenses, por caso, se han registrado desde 1960 unos 50.000 kilómetros de sísmica y se perforaron 18 pozos; el último en 1997, algunos de ellos relativamente cercanos a la costa. ¿Ocurrió algún desastre ecológico? La respuesta es un rotundo no. Por ejemplo, las poblaciones de ballenas no han dejado de crecer en los últimos 50 años. Y hay que decir que se salvaron de una casi segura extinción cuando las ciudades comenzaron a iluminarse con querosene (derivado del petróleo), en lugar de aceite de ballena”, rememoró el instituto aquella vieja técnica de iluminación.
“La actividad pesquera enfrenta problemas propios relacionados con la presión sobre el recurso”, rebatió el IAPG otro de los reproches a la actividad en Mar del Plata. “Nada tiene que ver la actividad hidrocarburífera. Países que son potencias pesqueras, como Noruega, tienen desarrollos intensivos de gas y petróleo en el mar. Entonces, ¿cuál es la diferencia con lo que se acaba de aprobar y genera tantas inquietudes? Por empezar, por primera vez el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible participa en la aprobación de los estudios de impacto ambiental. Esto incluye la realización de una audiencia pública, que se llevó a cabo a mediados de 2021, con la participación de cientos de personas”, aludió al proceso de aprobación de la actividad que quedó en manos del ministro de Ambiente, Juan Cabandié, y que le ha valido tantas críticas en los últimos días en las redes sociales, incluso de militantes oficialistas.
“Segundo: existe una embestida sin precedentes en contra de los hidrocarburos, que hoy representan la mitad del consumo mundial de energía”, reconoció el IAPG un fenómeno que se extiende por todo el mundo. Hasta el gobierno de Joe Biden o el nuevo del alemán Olaf Scholz critican la actividad por su impacto ambiental. “No es cierto que en el corto plazo puedan ser reemplazados con energías renovables -contraatacó el IAPG-. Y la demanda energética va en aumento. Hoy no existe prácticamente ningún país en el mundo cuya matriz energética no tenga un mínimo de 70% de combustibles fósiles. Mucho menos, si hablamos de países industrializados. Y casi todos queman carbón mineral, el más contaminante de los combustibles fósiles. Países muy populosos y en desarrollo, en especial en Asia, basarán este crecimiento en el carbón mineral. Los hidrocarburos, con su menor nivel de emisiones (muy especialmente, el gas natural) tienen un rol importante que cumplir allí. La creencia de que las llamadas 'energías limpias' son la solución al problema es un mito, divulgado en forma irresponsable. Estas fuentes son valiosos complementos, pero con serias limitantes técnicas e impactos ambientales de los que no se habla. El primero es la intermitencia. No hay forma de garantizar aún el abastecimiento solo a base de energías renovables. Y esto supone un límite concreto a su abastecimiento a gran escala. No hay un solo ejemplo en el mundo de un país 'renovable' en su matriz primaria. El sol y el viento contienen energía renovable. Pero los paneles solares y los aerogeneradores no lo son. Por ejemplo, requieren la intensificación de actividades extractivistas y no renovables, como la minería”, contragolpeó el instituto a la prédica ambientalista, que ya no es sólo enarbolada por grupos de activistas sino por cientos de miles de personas movilizadas en las calles y por gobiernos occidentales poderosos.
“Y dado que básicamente se genera electricidad, sería necesaria la electrificación de todos los servicios (transporte, calefacción, cocina) y la construcción de grandes redes de transporte y distribución (basadas en el cobre, que no es renovable). ¿Quién financiaría esa costosísima transición?”, plantea el IAPG. “Nunca se dice ¿vas a cambiar tu calefón por uno eléctrico? ¿Tiene sentido en Argentina, que emite apenas el 0,6% de los gases de efecto invernadero y más de la mitad de su población hoy se encuentra bajo la línea de pobreza?”, justifica el instituto petrolero, que también ha sido la voz del sector para contrarrestar las críticas a la técnica del fracking, usada en Vaca Muerta.
“Una novedad: será la primera vez que las operaciones se hagan en aguas profundas y ultraprofundas; es decir, se llevarán a cabo en zonas muy alejadas de la costa, a cientos de kilómetros, en donde el mar puede alcanzar profundidades de hasta 4.000 metros. Decir que las operaciones se harán en las costas bonaerenses es relativo y hasta tendencioso”, respondió el IAPG a las manifestaciones que se han repetido en los últimos días en Mar del Plata y que han llevado a que el intendente de la ciudad, Guillermo Montenegro, del PRO, se uniera al cuestionamiento pese a que fue el gobierno de Mauricio Macri el que impulsó primero este proyecto que ahora continúa el de Alberto Fernández. “El punto más cercano a Mar del Plata, de hecho, son 307 kilómetros, tan lejos de la localidad balnearia como Brandsen, por ejemplo -señala el IAPG-. Nadie en Mar del Plata verá plataformas ni petróleo. Las operaciones implican tecnología de punta, controles, protocolos, estudios de impacto ambiental, y más controles”, prosigue el instituto, pero el problema radica precisamente en la deficiente fiscalización de la industria en la Argentina, que ha tenido diversos derrames en tierra, incluidos algunos en Vaca Muerta.
“Cientos de plataformas en todos los mares del mundo generan el 30% del petróleo a nivel mundial”, cita el IAPG. “Los incidentes son cada vez menos y de menor importancia. Hablar de bombardeos acústicos, del fin de la vida en el Mar Argentino y de 'ciento por ciento de posibilidades de derrames' es pseudociencia, y solo demuestra el escaso nivel técnico científico y la irresponsabilidad de quienes difunden este tipo de información. Los países más proteccionistas del mundo (Canadá, Australia, Holanda, Noruega, etc.) tienen actividad offshore por los beneficios que reporta. Y no prohíben: regulan. En Noruega, por ejemplo, la actividad convive con la pesca, el turismo y la vida marina desde los años 60. Brasil es otro ejemplo: desarrolla intensivamente sus recursos de hidrocarburos en el mar desde hace 50 años. ¿Conocés a algún argentino al que no le guste ir a la playa en Brasil?”, recurrió otra vez el instituto al tono coloquial. En Brasil, la petrolera norteamericana Chevron, socia de YPF en Vaca Muerta, provocó en 2011 un derrame de 2.400 barriles en el mar a 370 kilómetros de la costa, se acercó a 130, pero no llegó a las playas. “¿Más ejemplos? México y las paradisíacas playas del Mediterráneo o Medio Oriente”, cita el IAPG, aunque en el Golfo de México ha habido derrames, pero la petrolera estatal Pemex niega la versión de los pescadores que advierten que llegaron a las playas.
“Lo último: los beneficios de la actividad impactarán positivamente y de lleno en la economía del país y, en especial, de una ciudad como Mar del Plata”, defiende el IAPG. “De producirse un hallazgo, incontables actividades entre bienes y servicios se pondrán en marcha. Ejemplos sobran a nivel mundial. Pero a modo de muestra: para el Estado de Río de Janeiro, en Brasil, la extracción de hidrocarburos en el mar representa un mayor ingreso en el producto bruto que el turismo. Por eso, no dejes que te asusten con imágenes tremendistas y consignas chatarra. Los permisos para explorar el Mar Argentino son una muy buena noticia. Tenemos que conocer nuestros recursos, si queremos defenderlos y aprovecharlos. Y si producto de esa exploración se produce un hallazgo, la noticia será buena multiplicada a la enésima para el país y, en especial, para Mar del Plata”, concluyó el instituto un comunicado que YPF se apuró en difundir.
AR