Al 18 de abril la inflación de alimentos se ubicó en el 8,2% respecto a 30 días atrás, de acuerdo con los registros diarios del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), con base en información de supermercados.
Si bien se observa una estabilización del ritmo inflacionario en alimentos tras la brusca disparada iniciada en febrero, todavía los indicios de desaceleración son poco robustos, señala la entidad.
El IET, que funciona en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), fue uno de los pocos que anticipó la inflación de 6,7% de marzo.
A nivel rubro, se observa una leve desaceleración de pan y cereales (que pasó del 18,2% mensual al 31 de marzo al 17,1% al 18 de abril), aceites y grasas (que pasó del 5,9% al 4,7%), infusiones (que pasó del 6,7% al 6,2%) y bebidas alcohólicas (que pasó del 6,8% al 4,9%).
Sí hubo desaceleraciones más marcadas en verduras (que pasó del 9,1% al 3,2%) y pescados (que pasó del 6,5% al 2,3%). Más allá de estas desaceleraciones, la aceleración en carnes (+1,1 p.p), lácteos (+0,9 p.p), frutas (+0,1 p.p), dulces (+0,7 p.p), otros alimentos (+1,1 p.p) y bebidas sin alcohol (+1,4 p.p) impidió una desaceleración global de los alimentos, que como se mencionó persiste por encima del 8% mensual promediando el mes de abril.
“Si bien se observa una estabilización del ritmo inflacionario en alimentos tras la brusca disparada iniciada en febrero, todavía los indicios de desaceleración son pocos robustos”, afirmó el director del IET, Mariano de Miguel. “El ritmo de la inflación de alimentos en los últimos 30 días parece no dar tregua. Moderar el ritmo inflacionario se consolida como el principal desafío macroeconómico.”, completó.
Para el director del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), Nicolás Trotta: “Hay que dejar en claro que vamos a convivir un extenso tiempo con esta realidad inflacionaria. La política debe agotar los medios para diseñar y formular primero y luego ejecutar un plan integral contra la inflación que no puede tener compartimentos estancos. Debe partir de la base de entender que no pueden usarse anclas que impliquen un deterioro mayor de la realidad socioeconómica”.
“Es evidente que el gobierno debe encontrar una solución gradual, de mediano plazo, que le otorgue tranquilidad a la sociedad. Debe proyectarse previsibilidad en tarifas, en el tipo de cambio, sin pretender ajustar sobre la base de los salarios en una situación social de enorme dificultad. El acuerdo necesario con el FMI, en en este contexto de inflación y de complejidad internacional, muestra que no es un acuerdo carente de costos, y uno de esos costos es que dificulta encontrar las herramientas para enfrentar a la inflación”, añadió.
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