La inflación se redujo fuerte en mayo pasado a 4,2% mensual, el menor nivel en más de dos años. En enero de 2022, antes del estallido de la guerra de Ucrania y su impacto inflacionario mundial, había sido el último mes con un índice de precios al consumidor (IPC) menor: 3,9%. El nivel anual asciende ahora al 276,4%, se aleja de casi el 290% de los meses anteriores, y acumula un 71,9% en lo que va del 2024.
Los rubros con más aumentos en mayo fueron telefonía e Internet (8,2%), educación (7,6%) y bebidas alcohólicas y tabaco (6,7%). Salud subió sólo 0,7% porque el Gobierno obligó a las prepagas a retrotraer precios tras la desregulación que había aplicado en enero. En cuanto a los alimentos, se elevaron 4,2%. Los que más subieron han sido la batata (12%), la lechuga (21%) y el tomate (72%). En cambio, se abarataron las galletitas dulces (-1,7%), la salchicha (-1,2%), el arroz (-3%), el salame (-1%), el aceite (-1%), la naranja (-34%), la banana (-10%), la papa (-2%) y el azúcar (-6%).
La baja de la inflación mensual responde a la política de fuerte ajuste fiscal y monetario que han aplicado el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Ese torniquete ha profundizado la recesión heredada del gobierno anterior, lo que a su vez también contribuyó a la rebaja de precios de empresas que deben recurrir a ofertas y promociones para conseguir vender algo y no quebrar. La merma del IPC de mayo también respondió a la postergación de algunos recortes, los de subsidios a la luz, el gas y el transporte público, una decisión adoptada para conseguir que la inflación lograr el número mágico del 4%. Pero los incrementos de estos servicios ya no pueden postergarse más para equilibrar las cuentas públicas y de costos y por eso están aplicándose en junio. Por tanto, la tendencia a la baja del IPC mensual desde enero a mayo podría revertirse este mes.
AR/MG