La inflación alcanzó en abril un elevado 6%, apenas por debajo del 6,7% de marzo, con lo que acumula el 58% en los últimos 12 meses, según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Se trata del mayor nivel interanual desde 1992. En el primer cuatrimestre totalizó un 23,1%. Los rubros que más se encarecieron el mes pasado fueron la ropa y el calzado (9,9%), los restaurantes y hoteles (7,3%), la salud (6,4%) y los alimentos y bebidas (5,9%).
El economista Hernán Hirsch, de FyE Consult, sostiene que, como dice el ministro de Economía, Martín Guzmán, “es una inflación verdaderamente multicausal”, pero advierte: “Es que el Gobierno ha hecho de todo para tener esta inflación”. ¿Qué es de todo? Hirsch señala la fuerte emisión monetaria de fines del año pasado, en coincidencia con las elecciones legislativas, pero también el menor ritmo de la actualidad; la inercia, después de cuatro años de elevada inflación; la externa, por la guerra de Ucrania, que ha llevado a países como Estados Unidos o Brasil a batir nuevas marcas históricas de suba de precios en abril; la suba del 4% del dólar oficial, que se ha acelerado tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI); la escasez crediticia con un riesgo país en 1.873 puntos básicos; y la incertidumbre económica, que se recalienta con la interna del Frente de Todos.
Su colega Juan Miguel Massot, de la Universidad del Salvador, coincide en que “los precios estarían aumentado por múltiples razones que, en estas situaciones, se retroalimentan”. “Hay presión por el lado de costos, de la demanda y de expectativas. Una mirada desde los costos o la oferta: hay ajustes de precios regulados por el Estado, como prepagas, etc. Se lo suele justificar por aumentos de salarios, insumos, etc. En esta época del año suele haber problemas de estacionalidad en algunas frutas, verduras, lácteos. Puede ser que sigas con ajustes en indumentaria. Viene el tema turismo. Meses atrás hubo problemas con la oferta de algunos productos, por el calor, la sequía, que pueden alargar problemas como con los huevos. Luego está la evolución de precios de cereales, oleaginosas y carnes, que también obedece a varios factores: menor producción de algunos productos, precios internacionales, dólar, etc. Hay restricciones de importación, lo que, en un contexto de recuperación de la actividad, aunque cada vez más floja, se transmite a precios por exceso de demanda. El tema gasoil, ajuste de salarios, dólar y tasa de interés también golpea los costos de las empresas. Con lo que pasó en el último semestre, además, los empresarios y comerciantes deben pensar en costos de reposición más elevados con una rotación cada vez más lenta e incierta. Desde la demanda: tenés excedentes de pesos que se derivan en cierta huida del peso a bienes y dólar, aunque los aumentos de tasa de interés a ahorristas procuran retenerlos. La aceleración de aumentos de salarios conveniados termina validando, vía demanda de bienes, los aumentos de precios por tema costos, expectativas y escasez. La gente gasta hoy porque sabe que su dinero pierde valor adquisitivo día a día. Hemos ingresado en un circulo vicioso, parecido a algunos años de los 70 y 80 que sistemáticamente terminaban en altas tasas de inflación, aceleración inflacionaria e inestabilidad económica”, lamenta Massot.
El economista Orlando Ferreres atribuye la inflación a un “exceso de oferta de dinero como causante básico”, además del aumento de las cotizaciones internacionales de la soja, el maíz, el trigo, el petróleo y el gas por la guerra de Rusia contra Ucrania. Su colega María Castiglioni, C&T Asesores Económicos, observa que “la inflación es un proceso, sobre todo ahora que empieza a acelerarse”. “La inflación ya venía altísima desde hace mucho tiempo, está en una dinámica peligrosa, donde tenés la causa primera en el desequilibrio monetario, de fondo la emisión para financiar al Tesoro, muy fuerte en la segunda mitad de 2021. Si bien ahora la emisión está acotándose en el marco del acuerdo con el Fondo (Monetario Internacional, FMI), todavía hay mucha liquidez dando vueltas. Además hay una expectativa negativa sobre este punto. Las medidas que viene tomando el Gobierno no lograron cambiar las expectativas y eso complica. Entonces empieza a circular más rápido el dinero: la gente no quiere los pesos. Además, los factores de transmisión de la inflación como la variación del tipo de cambio y los salarios están acelerándose en este proceso de indexación que está habiendo en la economía. Todos los precios de la economía están aumentando muy rápido, salvo los que el Gobierno controla como los servicios regulados, que ahora están en discusión. A esta altura, no sólo hacen falta las medidas enmarcadas en el acuerdo con el Fondo (ajuste fiscal y monetario y acumulación de reservas) sino generar un marco de confianza de que este escenario puede corregirse. Pero la poca credibilidad del Gobierno, la falta de medidas que debería tomar y la discusión dentro del oficialismo que paraliza esa toma de decisiones enrarecen el clima, crean más incertidumbre, se pierden referencia de los precios y se aceleran las remarcaciones”, describe Castiglioni.
AR