El salto de inflación de marzo al 6,7% sorprendió al Gobierno, al Banco Central y a las consultoras. Nadie se imaginaba tanto. O casi nadie. El Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), donde talla fuerte el sindicalista de los encargados de edificios Víctor Santa María, había anticipado un 6,8%. Ahora prevé que en abril llegue al 5,6%, un dato malo pero que sería tomado como un alivio por el ministro de Economía, Martín Guzmán, que espera que se inicie un sendero de descenso tras el shock mundial de la guerra de Ucrania. Está por verse.
De todos modos, el 5,6% de abril lleva a que “la inflación de los trabajadores”, como la llama el IET en su informe, acumule un elevado 22,6% en el primer cuatrimestre y un 57,1% en los últimos 12 meses. “Esta cifra supera la marca registrada en junio de 2019 (55,7%) y se torna la más alta desde 1991”, advierte el IET, cuyo director es el economista Mariano de Miguel.
“La suba de alimentos y bebidas fue del 5,8% en abril, lo que implica una desaceleración de 3,2 puntos respecto al 9% registrado el mes pasado”, concede el instituto, que elabora el indicador en conjunto con el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), que encabeza el ex ministro de Educación Nicolás Trotta. El documento advierte que el 5,6% de inflación de abril implica “una desaceleración de 1,2 puntos respecto al registro de marzo, pero muy superior a los valores mensuales registrados en los últimos años”.
Trotta remarcó sobre los datos que “es importante que se haya evidenciado una desaceleración mensual de la inflación, aunque no se puede dejar de reconocer la enorme frustración política que implica el proceso inflacionario tan elevado que está transitando nuestro país; habida cuenta que la más alta inflación interanual desde 1991 se produce bajo esta administración. Más allá que transitamos un contexto nacional adverso y se administra una grave herencia, es imprescindible redoblar los esfuerzos y encontrar soluciones integrales y urgentes para morigerar está realidad inflacionaria que golpea en el salario de todos los hogares argentinos”.
“Nosotros no medimos lo mismo que mide el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos)”, aclara De Miguel en diálogo telefónico. “Nosotros relevamos una canasta no representativa de toda la población sino del universo de asalariados registrados. Por tanto, nuestro indicador no debe dar siempre igual que el Indec ni tampoco puede dar muy diferente. Es clave el scrapping (relevamiento de precios): la mayoría de las consultoras lo hace online, no hace relevamiento presencial en los comercios de proximidad, porque es muy costoso. Las consultoras además miden canastas distintas. Pero te aclaro: ahora venimos acertando, pero otras veces tenemos diferencias más acusadas. En general, estamos abajo o arriba del Indec, pero nos ha pasado de estar varios meses arriba o abajo, de encontrar algunos problemas en el relevamiento y los vamos corrigiendo todo el tiempo”, se sincera el director del IET.
Los que siguen sus números destacan que vienen midiendo una canasta ajustada de productos y servicios desde hace siete años, a diferencia de muchas consultoras, que no relevan precios sino que elaboran proyecciones. El IET contrata a una empresa para que elabore la encuesta de datos durante todos los días del mes en los centros de consumo.
Todos los capítulos de la canasta de la inflación de los trabajadores subieron por encima del 4% en abril, siendo educación el de menores alzas (4,4%) y comunicaciones el de mayores subas (6,8%). Esto, al igual que en los últimos meses, denota un comportamiento generalizado en el alza de los precios.
La desaceleración de precios de alimentos y bebidas “se dio en la última mitad del mes, lo cual incrementa las probabilidades de que en mayo se exhiba un guarismo más bajo que el registrado en abril”, enfatiza el documento sobre uno de los ítems que más preocupan socialmente. No obstante, aclara que “la desaceleración de precios evidenciada, los alimentos arrastran un alza del 28,4% en los primeros cuatro meses del año -5,8 puntos por encima de la dinámica general de precios- y del 69,7% interanual -12,6 puntos sobre la dinámica interanual general-”. En abril, las subas más destacadas se produjeron en aceites y grasas (11,5% mensual), frutas (9,4%), otros alimentos (7,8%) e infusiones (7,7%). Las verduras fueron las únicas que bajaron su precio (-3,4%), por cuestiones estacionales. En tanto, las carnes treparon 5,6%.
“Ojalá esta leve desaceleración mensual se consolide abriendo paso a un horizonte de mayor estabilidad, pero continúa siendo muy preocupante el ritmo de aumento que muestran los precios de cara a sostener el poder adquisitivo de los salarios y otros ingresos ligados que en conjunto definen buena parte de la demanda del consumo interno”, opina De Miguel.
El informe del IET reconoce al mismo tiempo que “la fortísima aceleración de la inflación doméstica de los últimos meses es inescindible del panorama global, atravesado por las presiones inflacionarias derivadas de la salida de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania”.
En otro tamo agrega: “De acuerdo con la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), sólo en marzo el precio internacional de los alimentos trepó 13,2% mensual. Esa variación es por lejos la más pronunciada para un mes desde que hay registro (1990). Como resultado de este shock de precios, en marzo-abril de 2022 el valor real de los alimentos se ubicó en el máximo nivel desde al menos 1990, con precios récord en aceites, cereales y carnes.”
El informe advierte de que “la disparada inflacionaria global impactó con fuerza en los índices de precios al consumidor de múltiples países”, y que en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que reúne una mayoría de países ricos), la inflación interanual fue del 8,8% en marzo (y del 10% en alimentos). “Se trata de la mayor cifra desde los años 80. Europa registró una inflación interanual del 11,6% en marzo, superando los dos dígitos por primera vez desde 1982. Estados Unidos alcanzó una suba de precios del 8,5%, también la más elevada desde 1982”, señalan en el IET.
Ante este escenario, Trotta remarcó que “es importante que se haya evidenciado una desaceleración mensual de la inflación, aunque no se puede dejar de reconocer la enorme frustración política que implica el proceso inflacionario tan elevado que está transitando nuestro país; habida cuenta que la más alta inflación interanual desde 1991 se produce bajo esta administración”.
El ex ministro precisó que “más allá que transitamos un contexto nacional adverso y se administra una grave herencia, es imprescindible redoblar los esfuerzos y encontrar soluciones integrales y urgentes para morigerar está realidad inflacionaria que golpea en el salario de todos los hogares argentinos”.
AR