El ministro de Economía, Martín Guzmán, señaló este miércoles que no está definido todavía para qué se utilizarán los US$4.300 millones que enviará el Fondo Monetario Internacional (FMI) para afrontar las consecuencias de la pandemia, fondos que hasta el momento fueron objeto de discusión al interior del Frente de Todos. “Esperamos que lleguen a fines del mes de agosto. Los recibe el Tesoro, pero inmediatamente pasa a incrementar las reservas del BCRA. Luego el dinero es fungible y se verá para que se utiliza”, dijo el ministro a la salida de la reunión semanal del gabinete económico.
En mayo pasado los senadores de la coalición gobernante aprobaron un proyecto para destinar esos Derechos Especiales de Giro (DEG) a “impulsar las políticas públicas” y evitar que fueran a saldar deuda. Sin embargo, un par de semanas atrás la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que encabeza el Senado, mostró un cambio de rumbo. “El FMI ha decidido destinar US$650.000 millones de dólares a cero tasa de interés que se va a girar a los países para que hagan frente a los estragos de la pandemia, nosotros no vamos a poder destinar eso a lo que lo van a destinar el resto de los países porque le debemos US$45.000 millones al Fondo”, dijo. Luego de sus declaraciones, hubo un repunte en los mercados.
Guzmán dijo hoy que se está “trabajando para reestructurar el relacionamiento con el FMI”. Según su repaso, la gestión anterior tomó un préstamo US$57.000 millones de los cuales se desembolsaron US$45.000 millones a pagar entre septiembre de 2021 y el año 2024. “Un poco más de la mitad permitió financiar la salida de capitales de la Argentina, la formación de activos externos, lo que esto quiere decir que no se usó el dinero para incrementar la capacidad productiva de Argentina, por lo tanto hace falta redefinir la relación con el FMI que estableció Juntos por el Cambio y contar con más tiempo para pagarle”, dijo.
Además, insistió en que se está trabajando en resolver los problemas de “escasez de dólares”, lo que tiene dos partes: por un lado, los compromisos en “deuda insostenible” en dólares y, por el otro, el puente de tiempo con el Club de París, además de la mencionada “reestructuración del relacionamiento” con el FMI.
Respecto de la evolución del dólar, sostuvo que lo que establece el esquema de política cambiaria es que se mantenga el ritmo de evolución del tipo de cambio que “busca converger en un tipo de cambio promedio para el mes de diciembre de $102,40”.
Inflación y salarios
El ministro anticipó que espera que la tasa de inflación de julio, que se conocerá la semana que viene, sea más baja que la de junio —mes en el que marcó 3,2%— y que se prolongue ese sendero de desaceleración. Por otro lado, consideró que “es una condición primordial y necesaria para profundizar la recuperación económica que haya un crecimiento del poder adquisitivo del salario”, motivo por el que el Gobierno “utiliza todos los instrumentos con los que cuenta para garantizar que esto efectivamente se dé”.
Guzmán sostuvo que en la pandemia hubo un cambio en la demanda relativa por las cosas. “Aumentó la demanda en el mundo por alimentos y bajó la demanda por servicios. En un contexto de restricciones de circulación y de miedo a salir, la gente consume menos servicios, menos al teatro, menos al cine, y consume más alimentos. Eso puso presión en los precios de los commodities”. Según sus palabras, esto trajo dos efectos: por un lado, impactó sobre los precios domésticos, pero, por otro, permitió una mayor acumulación de reservas internacionales.
Sobre los pronósticos de crecimiento anual, recordó que en la ley de Presupuesto habían marcado un crecimiento del 5,5%, pero que se revisó al alza; al 7%. “Queremos mantenernos prudentes sobre este punto porque Argentina muchas veces se ha chocado contra sobreoptimismos”, matizó. En la reunión de gabinete se trabajó el proyecto de ley de presupuesto 2022, que se enviará al Congreso de la Nación el 15 de septiembre de este año.
MT