El Fondo Monetario Internacional (FMI) lleva décadas de discutir programas con la Argentina, pero también tiene su historia con Grecia, que entró en default con el organismo por unos días en 2015, pero terminó aplicando su dolorosa receta de ajuste. Ahora al FMI le toca con negociar con la “Griega” pero fueguina, la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, pero parte del guión ya fue escrito por su antecesor, Martín Guzmán. En la página 13 de la primera revisión del acuerdo con el FMI, que se conoció el mes pasado, hay una lista de medidas de ajuste por adoptar en el segundo semestre.
“Ella se comprometió con los objetivos del programa”, se refirió ayer la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, en una entrevista a la agencia de noticias Reuters a Batakis, tras la primera conversación que compartieron. “Necesitamos tener claro que las acciones dolorosas a veces son necesarias para cosechar los beneficios de estas acciones”, advirtió la economista búlgara.
Más tarde, Batakis declaró en TN: “Le ratifiqué a Georgieva que Argentina va a cumplir el acuerdo con el FMI”. Pero un día antes había dicho a El Destape: “Hay un acuerdo. Tenemos que cumplirlo y en cada revisión de las metas seguramente habrá algunas modificaciones porque el mundo cambia continuamente”. Altas fuentes del Gobierno aclararon: “Lo mismo dice el FMI: en este mundo cambiante las revisiones van a tener en cuenta los escenarios específicos en los que se hacen”. De hecho, ya se cambiaron las metas (de ajuste fiscal y acumulación de reservas) del segundo trimestre, pero se mantuvieron por ahora las anuales, con lo que en la segunda parte del año deberían ajustarse las cuentas públicas y la administración de las divisas.
Pero en el examen del cumplimiento de las metas del pacto del primer trimestre del año, el FMI advierte en la página 13: “Los gastos primarios deberán contenerse en 20,4% del PBI (0,3 por ciento del PBI por debajo de las estimaciones del programa original), a través de una gestión de gastos más disciplinada en la segunda mitad de 2022”. Se explica que serán “necesarias medidas compensatorias para compensar el aumento de subsidios energéticos”, por el encarecimiento de las importaciones por la guerra de Ucrania, “y asistencia social adecuada”, por la mayor inflación mundial. Eso incluye “esfuerzos para racionalizar los gastos en bienes y servicios, subsidios al transporte y transferencias discrecionales a provincias y empresas públicas, así como priorizar mejor el gasto de capital”. De hecho, el presupuesto 2022 que sacó Alberto Fernández por decreto de necesidad y urgencia (DNU) y que redactó Guzmán prevé recortes en erogaciones de bienes y servicios, aumentos del boleto de colectivo y tren y ajustes en los giros a las provincias tanto para obras como gasto corriente y a las compañías estatales. Aunque la inversión pública del Estado nacional crecería respecto de 2021, lo haría menos que lo previsto en el proyecto de ley del presupuesto 2022 que el Congreso rechazó en diciembre pasado.
“Además, se procurará una gestión prudente de los salarios necesarios para mantener sin cambios la masa salarial del gobierno federal como porcentaje del PBI”, continúa el FMI. “Se prevé que el gasto en jubilaciones disminuya como porcentaje del PBI, en consonancia con la fórmula de indexación existente, que está vinculada al crecimiento pasado de los salarios y los aportes a la Seguridad Social”, advierte el Fondo. El presupuesto prevé un aumento de la partida jubilatoria del 7,6% del PBI en 2021 al 7,8% en 2022, aunque anticipa que se moderará en el segundo semestre. “Dicho esto, actualizaciones discrecionales de las jubilaciones también deben evitarse”, alerta el FMI sobre eventuales bonos como los que suele repartir el Gobierno cada vez que la inflación le gana a las prestaciones, como sucedió al estallar la invasión rusa a Ucrania. “Y se debe iniciar el trabajo en la preparación de opciones de reforma para fortalecer de forma duradera la equidad y la sostenibilidad del sistema de jubilaciones”, concluye el FMI, pese a que el Gobierno negó una y otra vez que el convenio con el organismo incluya una reforma previsional.
AR