Lo normal es que los gobiernos presenten sus proyectos de ley en el Congreso los 15 de septiembre y que los ministros y secretarios vayan a defenderlos y respondan preguntan en comisión. En una nueva disrupción de su presidencia, Javier Milei fue a la Cámara de Diputados en persona, pero sólo ofreció su discurso, apenas respondió alguna chicana, pero no despejó dudas. Se limitó a defender el déficit cero, como Domingo Cavallo cuando lo intentó sin éxito siendo ministro de Economía en 2001, pero él puede decir que lo logró en 2024. También sostuvo que las prioridades del accionar del Estado nacional son tres: ordenar la macroeconomía, la seguridad y la defensa. Lo demás debería correr por cuenta del mercado o los gobiernos provinciales y municipales.
El jefe de Estado no las mencionó, pero aquí les presentamos las 25 claves del proyecto de presupuesto que dejó para debatir en un Congreso atomizado:
- Una inflación de ensueño: al igual que en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri o Alberto Fernández, el presupuesto está basado en un cálculo del índice de precios al consumidor (IPC) que el mercado descree: 104% en 2024 y 18% en 2025. El consultor Orlando Ferreres advierte que, “dado que este septiembre daría 3,7%, sería de 1,1% mensual” de octubre a diciembre próximos: “Parece muy poco”. También el diputado de Unión por la Patria (UP) y economista Itai Hagman calcula que el IPC debería rondar el 1% de acá a fin de año para que cuajen los números dibujados por Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Bancos y consultoras nacionales e internacionales relevadas por la firma FocusEconomics prevén 141% de inflación para este año y 47% para 2025.
- Se deroga la movilidad por inflación de las asignaciones familiares. “Eso implica congelarlas en términos nominales. Una medida tremendamente antilaburante, pero también anti empresarial. Ahí hay algo urgente para seguir”, advierte Hagman sobre este complemento del salario de los empleados registrados.
- La modificación que Milei hizo por decreto de necesidad y urgencia (DNU) a la fórmula de movilidad jubilatoria, que fue rechazada por el Congreso, ahora se busca transformar en ley con un artículo del presupuesto.
- La economía, según el Gobierno, caería 3,8% en 2024 y repuntaría 5% en 2025. Sobre ese supuesto se prevé determinada recaudación tributaria. El Ejecutivo es más pesimista que el mercado este año, para cuando prevé una baja del 3,4%, pero es más optimista para el próximo, para cuando anticipa una suba del 3,5%. Incluso hay quienes vaticinan que la economía vuelva a contrarse en 2025, como la aseguradora española Mapfre, que predice un descenso de 0,1%. Aunque la mayoría de los consultados por FocusEconomics espera un rebote desde el pozo, tampoco se puede descartar que la receta del ajuste hunda la economía año tras año como sucedió en la Argentina de Fernando de la Rúa (1999-2001) o en Grecia (2009-2016).
- Para cumplir con la previsión de expansión económica del Gobierno, el país “debería crecer 0,5% mensual desde julio último, sin interrupciones”, señala Pedro Gaite, de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). “Ese crecimiento sería impulsado por la inversión. Luce optimista. La inversión doméstica va a ir atrás del consumo (alta capacidad ociosa y ventas por el piso). La IED (inversión extranjera directa) tiene sus limites pues explica apenas entre 10% y 15% de la inversión interna. Además el RIGI (Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones) no promueve encadenamientos ni empleo local”, completa Gaite. Epyca Consultores, que dirige Martín Kalos, agrega que el presupuesto apuesta al crecimiento con el RIGI a la cabeza. “Si se cumplieran las previsiones, la inversión retornaría a sus niveles máximos históricos en relación al PIB”, señala Epyca el optimismo gubernamental.
- El Gobierno avizora un aumento del 100% en la recaudación de las retenciones. Tanto el diputado radical y economista Martín Tetaz como Epyca advierten que ese número no cuaja con el supuesto de que las exportaciones crezcan 9% y el dólar oficial suba 23% respecto del peso, a $1.207 a fin de 2025. El campo apoya a Milei por sus desregulaciones, pero espera que algún día les baje la retenciones, promesa a la que el libertario no le puso fecha en el presupuesto. “Mas allá del sector energético, no cierra” el optimismo exportador, según Gaite.
- El 31 de diciembre, tal como prometió Milei se eliminará el impuesto PAÍS, y el proyecto prevé que la recaudación tributaria suba 29,4%, apenas por encima de la inflación promedio proyectada por el Gobierno para 2025, de 28,3%. Mientras, los aportes y contribuciones de la Seguridad Social, que dependen del nivel de empleo, saltarían 47,6%. Tetaz considera que son supuestos demasiado optimistas.
- El mensaje de la regla del déficit cero no sólo apunta contra la inflación sino también a tranquilizar a los acreedores, que este lunes festejaron con una suba de los bonos y la consiguiente rebaja del riesgo país. “El mensaje que nos quieren dar es -advierte Tetaz-: 'No hay ningún problema, muchachos, el ajuste ya lo hicimos, a partir de ahora va a crecer 0,5 puntos del PBI la presión fiscal por el efecto de los cambios en los impuestos -se refiere a la restauración del impuesto a las ganancias a los empleados que más cobran, por lo que el tributo, que también pagan empresas, recolectaría 41% más- y entonces no tememos que ajustar más a nadie, pero si le llegamos a errar en el cálculo de recaudación, quédense tranquilos que vamos a ajustar.”
- “Milei está proponiendo una mezcla de las dos variantes que suelen existir ya en otros países de Europa, América y Asia para alcanzar el déficit cero: una regla que limite el aumento del gasto u otra que implique no gastar lo que se recauda por encima de lo presupuestado”, analiza Epyca. “Para 2025, entonces: superávit primario de 1,5% del PBI. Sería el segundo año consecutivo en el cual no se necesitará financiamiento por la vía de endeudamiento o emisión monetaria, un logro relevante y necesario, aunque no suficiente por sí solo, para estabilizar la economía”, elogia con matices la consultora de Kalos.
- El pago de intereses se reducirá del 1,5% al 1,3% del PBI, pero “la pregunta es cuántos vencimientos de Letras Capitalizables (Lecap, el nuevo bono que inventó Caputo) habrá, ya que los intereses se capitalizan, pero no se contabilizan en el pago de intereses”, alerta la consultora Equilibra, que dirige Martín Rapetti. “Este año los intereses capitalizados por Lecaps alcanzarían el 1% del PIB y es probable que dicho monto se profundice en 2025. Cuando se afirma que con equilibrio financiero la deuda no crece, no es del todo cierto: la deuda trepa cuando se colocan títulos capitalizables”, añade Equilibra.
- El dólar tarjeta ya no tendrá el recargo del 30% del impuesto PAÍS, pero mantendría el 30% de anticipo de Ganancias, con lo que a valores de hoy bajaría de $1.571 a 1.276, el mismo nivel que el blue.
- Proyecta un dólar a $1.020 para diciembre próximo, consistente con el crawling (regla de depreciación gradual del peso) mensual del 2%, pero para 2025 espera un aumento del 18,5%, alineado con la inflación. “¿O sea en algún momento abandonará el crawling del 2% para alinearlo con la inflación? La salida del cepo no está a la vista...”, señala Gaite. “Según las proyecciones del Gobierno, esto implica un TCR (tipo de cambio real) más alto, pero el problema es que si la inflación no se desploma como prevé, va a seguir apreciando el TCR y agravando la falta de dólares”, concluye el economista de FIDE.
- Se anticipa nuevos aumentos de nafta y gasoil por la recuperación de la alícuota del impuesto a los combustibles, que recaudaría 155% más.
- Tal como votaron los legisladores libertarios y sus aliados del PRO, la UCR, los partidos provinciales, algunos peronistas norteños y otros bloques, los ricos pagarán menos impuesto a los bienes personales, que recolectará 22,7% menos que en 2024, mientras que los monotributistas aportarán 169% más, por el incremento de las cuotas.
- El artículo 27 del presupuesto propone la suspensión de las leyes de financiamiento de educación, que debía equivaler al 6% del PBI, y de ciencia, que debía llegar al 1% en 2030, según advierte el exministro de ambas áreas Daniel Filmus. También señala que las dos políticas serán más desfinanciadas incluso que en 2024, pero si bien ya no se buscará cumplir con las leyes mencionadas, el proyecto oficial habla de elevar el gasto en educación y cultura un 35%, por encima de la inflación promedio del 28%, y el de ciencia, tecnología e innovación, un 41%.
- Se prevén un aumento del 13% de las importaciones. “Luce bajo dado las proyecciones de crecimiento. ¿Por qué caería la elasticida importaciones-PBI con apreciación cambiaria, apertura comercial, RIGI que elimina aranceles y sin política productiva de sustitución de importaciones?”, se pregunta Gaite.
- El gasto apenas subiría 0,1 puntos del PBI porque, por un lado, suben 0,2 las erogaciones de la Seguridad Social –las jubilaciones suben por inflación, en comparación con un 2024 en el que se elevaron la mitad del IPC de enero, que se elevó 20%–, 0,2 los de funcionamiento y apenas 0,1 la obra pública y, por el otro, podarían subsidios –eso implica más tarifazos de luz, gas, agua, colectivo y tren– y giros a financiar el déficit de empresas públicas como Aerolíneas, al tiempo que se acotarían los pagos de intereses de la deuda, según los números que baraja Equilibra.
- Se apunta a reducir la cantidad de fondos fiduciarios y a privatizar compañías. Entre ellas, la metalúrgica Impsa, la energética Enarsa, la empresa de asistencia en tierra a aviones Intercargo, las centrales nucleares de Nucleoeléctrica, la mina de Río Turbio, AySA, los ferrocarriles metropolitanos y el Belgrano Cargas y las rutas con peaje de Corredores Viales.
- Eso sí, la inversión pública seguiría “escasa”, sobre todo la vial, pese a tratarse de un año electoral, según observa Epyca.
- Teniendo en cuenta la inflación promedio prevista en 28%, todo los gastos que en términos nominales aumenten menos que eso, es porque serán ajustados. Eso incluye lo que atañe a vivienda y urbanización de barrios (-23%), agua y alcantarillado (+24%), dos sectores en los que habrá menos obras todavía; energía (-25%), donde se sentirá la motosierra sobre las subvenciones a las tarifas; telecomunicaciones (+25%) y seguros y finanzas (+24%).
- Se mantendrán en términos reales los presupuesto de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), por lo que se descarta que Milei ataque la evasión impositiva, sobre todo teniendo en cuenta que para él los tributos constituyen un “robo”. También permanecerá sin cambios el de por sí bajo presupuesto de ecología que maneja el secretario de Turismo, Ambiente y Deporte, el saltimbanqui político Daniel Scioli.
- Pero si la inflación promedio es mayor, como prevé el mercado, y alcanza, por ejemplo, el 40%, tal como calcula Epyca a partir de los números del presupuesto, o el 67%, según el relevamiento de FocusEconomics, entonces la mayoría de los rubros se ajustarían. Sólo zafarían las partidas para las elecciones –que crecen porque en 2024 no las hubo–, de salud -varios programas aumentaron en 2024- y la política laboral -que absorbe parte de lo que antes era el plan Potenciar Trabajo, que gestionaba el ex Ministerio de Desarrollo Social, y ahora se llama Volver al Trabajo-.
- Se supone que el Gobierno quiere dar prioridad a tres áreas: promoción social, cuyo presupuesto subirá 37,8%, frente al 28% de inflación promedio; defensa, 39,9% y seguridad interior, 38,7%. Se supone que esas no se ajustarán. También se puede agregar otra que el Ejecutivo vincula a lo militar y lo policial, aunque la oposición denuncie que se usa en propaganda: la inteligencia, que se expandirá 35,6%.
- “Se eleva el gasto en educación universitaria, pese a haber anunciado en esta misma semana el veto a la ley de financiamiento universitario sancionada por el Congreso”, analiza Epyca. Pasará a ser el tercer programa en importancia del gasto, detrás de jubilaciones y asignaciones, por encima de los subsidios energéticos, que tuvieron más peso en 2024.
- “Con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Club de París”, es decir, los países ricos acreedores, “se continuarán cancelando los pagos según el calendario previsto y no se prevé ningún ingreso de fondos”, dice el proyecto. Es decir, no le pedirán plata al FMI para pagar la deuda. Sin embargo, en bambalinas no se descarta que le rueguen recursos para salir del cepo cambiario, una tarea para la que necesitan dólares que no tienen.
AR/JJD