“Canasta Hogar”, “Supercerca”. Si bien hay algunas opciones sobre la mesa, el nombre de la nueva canasta de alrededor de 120 productos que el Gobierno negocia con las grandes empresas de consumo masivo todavía no está confirmado, pero en la Secretaría de Comercio Interior anticipan que no incluirá, a diferencia de sus predecesoras, la palabra “precios”. Por lo demás, ya hay acuerdo sobre los principales puntos del programa, que se podría poner en marcha a principios del mes que viene.
La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, les solicitó a las empresas que impriman el precio acordado en el paquete del producto como una manera de garantizarlo en las góndolas de todo el país, algo que generó resistencia por parte de las firmas pero que finalmente fue concedido. No sin algo a cambio. Según una compañía involucrada en la negociación, “hay consenso en la industria de que el precio de arranque será más caro porque quedará fijo por 6 meses y será el mismo para todo el país”. Así, los productos de esta nueva canasta se volverán más tentadores para los consumidores a medida que corran los meses y, con ellos, la inflación.
En Comercio explican que la canasta se piensa con cuatro ejes clave. En primer lugar, que sea acotada (tendrá menos del 20% de los productos que la de Precios Cuidados, compuesta por 702 ítems), “pero no por eso menos representativa del consumo local y básico”. En segundo lugar, que llegue a los comercios de cercanía: almacenes, supermercados chinos, kioscos de barrio.
Ese aspecto es central porque pretende remediar una gran falencia de los programas históricos de precios o los acuerdos sectoriales como el de carne, que son canalizados por grandes cadenas de supermercados y quedan así acotados a los grandes centros urbanos y a cierto segmento de la población que hace las compras en esos lugares. Esa es la razón por la que la inflación medida en los barrios periféricos suele ser más alta que el promedio relevado por el Indec y que los precios comunicados por el Gobierno para ciertos productos son un número vacío para millones de consumidores, que se chocan con otros valores en las carteleras de su zona.
Como tercer punto, se pretende que los precios queden congelados por 180 días y, por último, lo mencionado anteriormente: que el valor del producto esté impreso en el envase “así no se generan distorsiones y se respeta el programa”.
Si bien todavía no hay fecha de lanzamiento, en el Gobierno aseguran que están “cada vez más cerca” de cerrarlo. El horizonte más optimista es hacer coincidir su debut con la desactivación del programa Precios Máximos, que vence el próximo 8 de junio. Para eso, el requisito es que se logren garantizar los cuatro puntos anteriores.
La eliminación de Precios Máximos es una demanda permanente de las empresas de consumo masivo, que entienden que se diseñó como un programa de emergencia (se lanzó en marzo de 2020, como una herramienta para evitar el desabastecimiento y los abusos comerciales en el inicio de la pandemia) que con sus continuas prórrogas los limitó en el traspaso de los costos crecientes a las góndolas.
En la última renovación, Precios Máximos eliminó de su listado 35 categorías de productos y dejó solo las más básicas. Y ayer, al momento de firmar un acuerdo con el sector lácteo, Español se volvió a comprometer a buscar una salida “progresiva, ordenada y sustentable” de ese programa.
Si bien los jugadores serán los mismos que participan de Precios Cuidados, las marcas que aporten a la nueva canasta variarán. Por ejemplo, Mastellone, que compromete 6 millones litros de leche mensuales La Armonía a Precios Cuidados se sumará a ¿Canasta Hogar? con el sello La Martona, que se había utilizado en el programa Precios Esenciales, durante el gobierno de Mauricio Macri, y quedó luego en desuso. Hasta ahora, lo acordado es que cada firma comprometa dos o tres productos de su portafolio en la nueva canasta.
El objetivo detrás de la nueva iniciativa de Comercio es aportar una herramienta para domar la inflación, sobre todo en alimentos, que en los últimos meses registró subas por encima del nivel de precios general, con el impacto que eso tiene en las familias de menores ingresos. Solo en abril los alimentos aumentaron 4,3% respecto del mes anterior (mientras que la inflación general fue de 4,1%) y acumulan una suba de 19,6% en los primeros cuatro meses del año, 2,4 puntos porcentuales por encima del promedio de todas las categorías.
DT