La Reserva Federal (FED), el banco central de Estados Unidos, subió otros 0,25 puntos las tasas de interés oficiales, hasta el rango del 4,5%,-4,75%, desde el 4,25%-4,5% anterior. Se trata del menor aumento desde marzo de 2022, cuando reaccionó al pico de inflación por la invasión rusa de Ucrania con un primer incremento del 0% al 0,25%.
Desde entonces, ejecutó otras ocho subidas en total (contando también la de este miércoles). Cuatro de ellas de 0,75 puntos porcentuales de golpe, de mayo a noviembre del pasado. En diciembre ya rebajó el ritmo a 0,5 enteros. Y ahora ofrece la primera señal clara de estar al final del ciclo de incrementos del 'precio' del dinero, la estrategia que siguieron los bancos centrales para encarecer la finananciación, ahogar el consumo de las familias y la inversión de las empresas y luchar así contra la inflación.
El comunicado de la FED todavía avisa de más aumentos en los próximos meses, hasta dirigir la inflación al objetivo del 2%, pero la menor agresividad resta presión al Banco Central Europeo (BCE), que en su caso decide sobre la nueva subida de las tasas en la eurozona este jueves. La brecha de las tasas oficiales entre la eurozona y Estados Unidos es una de las razones que justificaron el abrupto incremento del BCE desde julio, del 0% al 2,5% de momento.
Se espera que, este mismo jueves, la institución europea suba 0,5 puntos, y luego otros 0,5 enteros en marzo, hasta el 3,5% para empezar a pensar a frenar en ese nivel. Al empezar la FED antes a aumentar el 'precio del dinero' y haberlo llevado ya al 4,5%, las mayores rentabilidades que los inversores encontraron en los activos financieros denominados en dólares atrajeron dinero hacia la primera economía del mundo.
Estos movimientos en los mercados financieros fortalecieron a la divisa estadounidense y debilitaron al euro, lo que automáticamente encarece las importaciones, lo que se compra fuera. Y las facturas más importantes de los países europeos en el extranjero son de energía (con el petróleo y el gas ya disparados por la invasión rusa de Ucrania), que se vende en dólares.
Esta tendencia ya se revirtió en las últimas semanas, como se observa en la cotización del euro frente al dólar. El cruce de divisas cayó hasta la paridad, pero la 'moneda común' se recuperó hasta rozar los 1,10 dólares.
Esta apreciación del euro es desinflacionista para Europa, ya que abarata las importaciones de energía, cuyos precios también se redujeron en los mercados internacionales desde otoño. Este movimiento en el mercado de divisas, y el frenazo de la economía en Estados Unidos que muestras los datos más recientes, responden al tono “más neutral” de la FED, según lo describen los expertos.
Pero “para pensar en rebajas de los tipos de interés la inflación se tiene que moderar mucho más de como lo está haciendo hasta ahora”, explicaba David Cano, socio director de AFI, en una entrevista previa a la decisión anunciada por Jerome Powell.
“La FED debe asegurarse de que la inflación retroceda hacia el objetivo antes de quitar el pie del freno. El mayor desequilibrio se mantiene en el mercado laboral, donde la demanda laboral (ofertas de trabajo + empleo) es mucho mayor que la reserva de trabajadores disponibles (fuerza laboral)”, explica Axel Botte, estratega global de Ostrum, gestora de Natixis IM.
DY