Si bien la actividad comenzó a reactivarse en octubre pasado, luego de siete meses de parálisis, el transporte terrestre de larga distancia sigue golpeado por una caída en torno al 80% de los pasajeros y la limitación de itinerarios, marco en el que el Gobierno decidió liberar una nuevo flujo de fondos para compensar la situación de emergencia. A los $2.500 millones de subsidios otorgados en 2020 sumó una partida de otros $900 millones para este año, que serán pagados en dos cuotas y, según anticipó la cámara sectorial, se destinarán al pago de salarios.
A través de la resolución 34/2021 del Ministerio de Transporte, publicada hoy en el Boletín Oficial, se precisó que la compensación será para las empresas de transporte terrestre de pasajeros de carácter interjurisdiccional de jurisdicción nacional. En la primera cuota, que tendrá un monto máximo de $450 millones, los valores a transferir se determinarán de acuerdo al índice de participación de cada empresa sobre el total del parque móvil habilitado.
Según un informe de la Cámara Empresaria de Ómnibus de Larga Distancia (Celadi), se está viviendo una temporada “aun peor a lo esperado”, en la que la cantidad de pasajeros que viajaron en enero cayó 80% respecto del año anterior. Según detalló a elDiarioAR Gustavo Gaona, titular de la cámara, de los alrededor de 1.800 servicios diarios que solían ingresar o partir, por ejemplo, de la terminal de Retiro durante esta época del año, hoy apenas pueden hacerlo unos 135 buses al día por los límites establecidos por la autoridad porteña.
Por otro lado, sostuvo que las empresas tienen cerca del 80% de la capacidad ociosa tanto en el parque móvil como en el personal, conformado por un total de 16.000 empleados directos. Según precisó Gaona, más allá de las argumentaciones que plasma el decreto publicado hoy, el subsidio está dirigido estrictamente a cubrir el pago de salarios de las personas que no están trabajando aunque, asegura, no llega a cubrirlo por completo. “Estamos en diálogo con el Ministerio para pedir que se avance en la declaración de la emergencia sectorial, para no estar dependiendo mes a mes de la decisión de liberar fondos excepcionales”, anticipó.
Por la pandemia, el gobierno nacional giró $2.500 millones de subsidios a las empresas de colectivos de larga distancia durante 2020. El servicio de transporte terrestre de pasajeros interurbano e internacional se suspendió apenas se decretó la emergencia sanitaria, el 20 de marzo de 2020, y se habilitó recién el 14 de octubre pasado. Según la resolución del Ministerio de Transporte que terminó de liberar la última cuota de 2020, esa decisión oficial de suspender el servicio afectó profundamente a las empresas del sector que, por otra parte, “no recibían asistencia del Estado Nacional”.
En efecto, en 2014 la gestión del entonces ministro de Transporte Florencio Randazzo eliminó gran parte de los subsidios que recibía el sector de transporte terrestre de larga distancia. Sólo quedaron algunas compensaciones que fueron eliminadas totalmente en febrero de 2017, ya con Guillermo Dietrich en el cargo.
Es distinta la situación de los colectivos urbanos, que sí reciben un Fondo de Compensación al Transporte Público de Pasajeros más allá de la situación excepcional de la pandemia, que también fue reforzado en este marco. De hecho, los colectivos urbanos, suburbanos y aquellos que unen localidades separadas por hasta 60 kilómetros recibieron a principio de este mes $20.000 millones, a distribuirse durante 2021, entre todas las provincias del país. La cifra representa un aumento del 344% en el presupuesto del fondo en comparación con 2019 y del 20% en relación al 2020.
Las aerolíneas privadas que operan en el país, que también sufrieron los efectos de la parálisis que generó el Covid-19, toman nota y miran con recelo los subsidios motorizados por el Gobierno a los servicios terrestres. De hecho, reclamaron más de un vez asistencia mediante misivas a las autoridades de Transporte, incluso a través de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
En el Ministerio de Transporte explicaron que la decisión de respaldar a los colectivos de larga distancia y no a las aerolíneas se funda en sus “estructuras económicas”. “Las aerolíneas tienen grupos financieros muy grandes atrás, que les dan otra espalda y que contemplan dentro de sus reglas del juego las pérdidas anuales, más allá de que esta es una situación excepcional”, apuntaron.
Además, cerca de Meoni destacaron que, a diferencia de las aerolíneas, la gran mayoría de las firmas de colectivos de larga distancia son empresas familiares, con base en las distintas provincias del país y de capitales nacionales. Por otro lado, señalaron el rol que cumplieron durante la pandemia en el traslado de personal esencial en la ruta y de repatriaciones internas.
DT