Discursos encendidos

El Festival de San Sebastián cerró con varios premios y un fuerte apoyo al cine argentino

San Sebastián, España —
28 de septiembre de 2024 19:27 h

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La película más controvertida (y también una de las mejores) de esta 72ª edición terminó ganando el máximo galardón. Se trata de “Tardes de soledad”, documental del catalán Albert Serra que generó protestas en la entrada de los cines por parte de los grupos de defensores de animales porque describe con crudeza (pero también con un inmenso nivel artístico) las corridas, centrándose sobre todo en la figura del torero peruano Andrés Roca Rey.

El triunfo de Serra, director de “Honor de cavalleria”, “El cant dels ocells”, “Historia de la meva mort”, “La mort de Louis XIV”, “Roi Soleil”, “Liberté” y Pacifiction, fue la consagración para una representación española que también obtuvo el premio a Mejor Actuación (Patricia López Arnaiz por “Los destellos”, de Pilar Palomero) y el de Mejor Dirección para Pedro Martín Calero por el film de terror “El llanto”.

Precisamente Calero fue uno de los varios premiados que subieron al escenario de la inmensa sala Kursaal y reivindicaron al cine argentino. El realizador explicó que “El llanto”, su ópera prima, es una coproducción con la Argentina que se rodó en buena parte en la ciudad de La Plata, tuvo apoyo del INCAA y contó con mitad de elenco artístico y actoral de nuestro país. “Me siendo honrado por de alguna manera ser parte de ese cine”, aseguró.

El discurso más potente, de todas formas, fue el del actor Nahuel Pérez Biscayart, quien recibió el premio a “El Jockey” como Mejor Película de la competencia Horizontes Latinos. “Las películas que me hicieron actor las filmé principalmente en Argentina y todas tuvieron el apoyo del INCAA. Si pude ser actor es porque mi país cree en la fantasía y se armaron estructuras para que esas fantasías puedan ser plasmadas, como por ejemplo la Ley de Cine. Como muchos de ustedes sabrán, y hay que repetirlo, el Gobierno argentino está empecinado en llevar a cabo un plan de destrucción de la industria nacional y con eso se lleva puesto también a la cultura y al cine argentino. Se creen muy pillos y muy militantes de la libertad, pero detrás de ese autoengaño en el que viven, de ese odio que profesan, no hay ninguna libertad; hay simplemente una profunda soledad. Podrán intentarlo, pero no nos van a destruir, no vamos a borrar nuestra memoria ni nuestro futuro. Sepan que todo el amor que nos produce juntarnos para filmar las películas de nuestro país será siempre mucho más fuerte que todo desprecio. Gracias por este premio que demuestra que el cine argentino se ve, gusta, se exporta, agrega valor, atrae inversiones y deja dinero en el país. Sí, para estos que solo ven las cosas con ojos mercantilistas”, aseguró en medio de una ovación.

El festival, que ya había organizado el martes último una jornada en apoyo al cine argentino, dedicó un largo segmento de la ceremonia -transmitida en directo por la televisión pública española (TVE)- a recopilar opiniones de varios realizadores, productores e intérpretes de nuestro país presentes este año en San Sebastián y cerró el especial con un video enviado por Ricardo Darín agradeciendo tantas y tan contundentes muestras de solidaridad.

Además de las estatuillas a “El llanto” y “El Jockey”, el cine argentino obtuvo este año el premio Sebastiane a películas de temática LGTBIAQ+, que recayó en “Reas”, de Lola Arias, una mezcla entre documental, film experimental y musical interpretado por quienes estuvieron presas y ahora, en libertad, pudieron viajar a esta ciudad del País Vasco y recibir la distinción.

El palmarés oficial se completó con el Premio Especial del Jurado para el elenco de “The Last Showgirl”, película de Gia Coppola (nieta de Francis Ford) que tiene como protagonista a Pamela Anderson (en la actuación de su vida) como una veterana bailarina de un show de cabaret en Las Vegas que está a punto de quedarse sin trabajo. Las propias Coppola y Anderson subieron emocionadas al escenario a agradecer el galardón.

Por su parte, la portuguesa -radicada en Escocia- Laura Carreira compartió con Calero la estatuilla a Mejor Dirección por “On Falling”, su extraordinaria ópera prima producida por Ken Loach que narra la cotidineidad de una mujer portuguesa (Joana Santos) que trabaja en un depósito de una compañía tipo Amazon o Mercado Libre en condiciones laborales muy “desreguladas”. Finalmente, el francés François Ozon consiguió dos premios con “Quand vient l'automne” (“Cuando cae el otoño”): el de Mejor Guion y el de Mejor Intérprete Secundario para Pierre Lotin.

Más allá de los premios (fue muy bueno el palmarés por parte de un jurado en el que participó la escritora argentina Leila Guerriero), la 72ª edición tuvo distinciones a la trayectoria para Pedro Almodóvar -con la presencia del presidente español Pedro Sánchez en el evento-y para la actriz australiana Cate Blanchett; y otras visitas ilustres como las de Monica Bellucci, Johnny Depp, Andrew Garfield, Isabelle Huppert, Noémie Merlant, Ángela Molina, Franco Nero, Lupita Nyong’o, Charlotte Rampling, Tilda Swinton y de directores como Jacques Audiard, Tim Burton, Sean Baker, Edward Berger, Leos Carax, Costa-Gavras, Audrey Diwan, Arnaud Desplechin, Mati Diop, Coralie Fargeat, Payal Kapadia, Dea Kulumbegashvili, Mike Leigh, Joshua Oppenheimer, Mohammad Rasoulof, Walter Salles o Paolo Sorrentino, por citar solo algunas.

A nivel artístico, además de las excelentes retrospectivas sobre cine policial italiano y sobre cine cubano con muchas copias restauradas para la ocasión, se vieron gran cantidad de películas sobre el tema de la muerte digna, enfermedades, degradaciones, cuidados paliativos y eutanasia: desde “La habitación de al lado”, brillante film de Almodóvar con Tilda Swinton y Julianne Moore; hasta “El último suspiro”, del nonagenario Costa-Gavras, pasando por la citadas historias de Pilar Palomero y François Ozon, la china “Bound in Heaven”; el film de clausura “We Live in Time”, con Florence Pugh y Andrew Garfield; y varios títulos más que se dieron en otras secciones (“Los últimos románticos”, “My Eternal Summer”, “Regretfully at Dawn”, “Los domingos mueren más personas”, “Por todo lo alto”, “Oh Canadá” y “Cuando las nubes esconden las sombras”).

En el antepenúltimo año al mando de José Luis Rebordinos, director desde 2011, San Sebastián se ha consolidado con esta 72ª edición como uno de los grandes festivales europeos. Nunca llegará a ser como Cannes, Berlín ni Venecia, pero luego de ese tridente aparece con dignidad una muestra que tiene muchos recursos, una buena y variada programación, mucho apoyo del público y sponsors, y una excelente organización (sumada a una predisposición poco frecuente a solucionar cualquier detalle o imponderable que pudiera surgir). Un festival orgullosamente progresista y humanista (el único spot que se vio siempre antes de las proyecciones es sobre la Agenda 2030) en un mundo que no deja de girar hacia la derecha. Sí, hoy por hoy, una auténtica rareza.

DB/DTC