Ecuador acude a las urnas en su mayor crisis de violencia de la historia y con la candidata 'correísta' como favorita

Cristina Bazán

Guayaquil (Ecuador) —

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Ecuador sale a votar este domingo en medio de la mayor crisis de violencia de su historia, que marcó también la campaña con el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio el 9 de agosto. El crimen sacudió el tablero electoral en la última semana.

Villavicencio, reconocido periodista de investigación y político, fue asesinado a la salida de un acto electoral en Quito, días después de haber denunciado en varias entrevistas que había recibido amenazas de muerte del crimen organizado vinculado al narcotráfico. Tras ese suceso, una candidata a la Asamblea (Parlamento) sufrió un ataque violento y un dirigente político de otro partido también fue asesinado.

Los tres son parte de una lista de al menos 15 políticos que fueron atacados en el último año, el más violento desde que se tienen registros, y que puso a la seguridad como la primera preocupación de los ecuatorianos por encima del empleo.

Estas elecciones, las primeras completamente paritarias, estaban previstas para el 2025. Sin embargo, en mayo de este año el presidente Guillermo Lasso decretó la “muerte cruzada” –un mecanismo constitucional que le permite disolver la Asamblea para convocar nuevos comicios en menos de dos meses– ante la amenaza del Legislativo de destituirlo por sospechas de corrupción mediante un juicio político.

Para esa fecha, su credibilidad había pasado del 70% al 10% en tan sólo dos años de mandato y su partido político, CREO, decidió no presentar candidatos.

El Parlamento y presidente electo este domingo solo estará en el cargo durante aproximadamente 18 meses, hasta completar el período cortado por esta contienda electoral.

Dudas en las encuestas

Trece millones de ecuatorianos están convocados a elegir a un presidente o presidenta y 137 asambleístas. Además, deben decidir por medio de una consulta popular si el Gobierno deja o no bajo tierra el petróleo del Parque Nacional Yasuní, el área protegida más grande de Ecuador, un país que aún tiene dependencia de los ingresos petroleros.

Por la Presidencia compiten siete hombres y una mujer. Y es ella, Luisa González, la carta del partido político Revolución Ciudadana, del expresidente y figura regional del “socialismo del siglo XXI” Rafael Correa, a quien todas las encuestas sitúan en primer lugar.

Sin embargo, aunque al inicio de la campaña su movimiento aseguraba que ella sería la triunfadora de la jornada de este domingo, los sondeos y analistas políticos coinciden en que los ecuatorianos tendrán que volver a las urnas en octubre para elegir en segunda ronda entre González y otro candidato.

Según la ley electoral, para ganar las elecciones por mayoría absoluta un binomio necesita conseguir al menos el 40% de los votos válidos y una diferencia mayor a diez puntos porcentuales sobre el segundo.

Quién ocupará ese segundo puesto es en lo que los sondeos no coinciden. La encuestadora Cedatos, una de las más relevantes del país, afirmó el 8 de agosto que la indecisión electoral supera el 50%, por lo que no podía dar una estimación real de los candidatos que se situarán en el segundo, tercer, cuarto y quinto puesto.

Ese panorama volvió a variar tras el asesinato del candidato Villavicencio, quien tenía un fuerte discurso en contra de la corrupción. De hecho, una de sus investigaciones periodísticas destapó una trama de sobornos por la que Rafael Correa fue sentenciado a ocho años de cárcel y que el expresidente condenó como una maniobra política para destruirle. 

Ahora, es el amigo y compañero de investigaciones de Villavicencio, el periodista Christian Zurita, quien lo va a reemplazar como candidato en las elecciones de este domingo.

“A las organizaciones políticas se les nota desesperadas por captar el voto porque ahora el tablero electoral se ha movido y no se sabe quién acompañará a la segunda vuelta electoral a la primera fuerza política, que yo me atrevería a decir que es la Revolución Ciudadana”, afirma a elDiario.es la politóloga Mónica Banegas.

Ausencia ideológica

Si la candidata de la Revolución Ciudadana gana, Ecuador volvería a girar hacia la izquierda después de seis años y dos gobiernos con políticas de centro y derecha tras la salida de Correa, quien estuvo en el poder entre 2007 y 2017. No obstante, pese a la ideología que promulga su partido, Luisa González se mostró en contra de luchas progresistas como la despenalización del aborto por violación.

Además de ella, el líder indígena Yaku Pérez también se identificó como un político de izquierda, ambientalista y humanista. En las elecciones de 2021, en las que ganó Lasso, Pérez se quedó a las puertas de ir a la segunda vuelta.

Los otros candidatos, la mayoría empresarios, no han admitido públicamente su ideología política y no han sido militantes ni afiliados de los partidos a los que representan.

“Lamentablemente no vemos con claridad cuál es la ideología política detrás de cada candidato empezando porque siete de los ochos candidatos han pedido que se les preste una organización política para poder participar en estas elecciones”, dice la politóloga. “Eso es algo que los ciudadanos debemos rechazar y pedir que se cambie. Las organizaciones políticas prestan el partido a cualquier candidato, sin importar su ideología, solo para no desaparecer del registro electoral”, añade.

Uno de ellos es Otto Sonnenholzner, exvicepresidente de Ecuador y empresario de 40 años que corre por la alianza Actuemos (formada por dos partidos), quien firmó en 2021 la Carta de Madrid impulsada por Vox, aunque luego dijo que no era una declaración ideológica, sino un postulado en contra de la amenaza del “socialismo del siglo XXI”.  

Otro es el empresario de seguridad Jan Topic, respaldado por tres partidos y quien asegura haber sido francotirador, paracaidista y haber participado en operaciones militares en Siria, Costa de Marfil y Ucrania. Topic manifestó públicamente su admiración por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su mano dura contra las pandillas.

Impacto de la violencia

La politóloga Mónica Banegas cree que en esta elección la baja participación también puede ser protagonista, pese a que el sufragio en Ecuador es obligatorio.

“Hay temor en los ciudadanos de acudir a votar, sobre todo en provincias y cantones donde ha habido sicariatos, donde se sabe que el dinero ilícito ha financiado campañas y donde ha habido más inseguridad”, afirma.

Y es que entre 2018 y 2022, la tasa de homicidios por cada 100.000 pasó de 5,8 a 25,62 y Ecuador podría cerrar el 2023 con el doble de esa cifra. Las extorsiones y los secuestros también se dispararon y la Policía atribuye el aumento del crimen a una disputa de territorio entre bandas narcodelictivas. Las cárceles se convirtieron en centros de operaciones del crimen organizado y en ellas se desataron varias masacres que dejaron más de 400 muertos desde 2021.

El miedo, dice Banegas, también puede influir en el voto hacia los candidatos que prometen “mano dura” contra la delincuencia.

“En la situación en la que estamos viviendo, el voto estará lleno de miedo, lleno de indignación, incluso lleno de rechazo. Por eso, yo me atrevería a decir que, con el respeto que se merecen las encuestadoras, no creo que ninguna de ellas nos pueda dar resultados efectivos”, dice.

“La mayoría de ecuatorianos no está contestando lo que realmente siente respecto al voto, la mayoría de ellos no contestan o no dicen abiertamente a quién votarán o no votarán. Yo creo que el domingo puede haber un voto sorpresa”, zanja.