Cada vez está más claro que el virus de COVID, el Sars-CoV-2, no va a desaparecer de nuestras vidas. Los expertos creen que el virus se va a mantener como un virus respiratorio estacional más, con puntas en el periodo de otoño-invierno.
Es decir que hará compañía a la gripe y otros virus del catarro y el resfriado, y por ello el Ministerio de Sanidad de España- por ejemplo- ha decidido aplicar a los mayores de 60 años y a los afectados de grupos de riesgo una vacuna conjunta de COVID y gripe. A este respecto han surgido algunas dudas sobre si la aplicación de las dos vacunas a la vez hará los efectos secundarios más potentes todavía.
De esta suerte, algunos profesionales sanitarios están recomendando a personas mayores de 80 años aplicarse estas vacunas por separado y con un lapso de tiempo para evitar efectos secundarios excesivos, aunque no necesariamente tienen que aparecer ni en una intensidad superior.
Ahora bien, según unas declaraciones tranquilizadoras de José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas (Anenvac), “la vacunación conjunta no intensifica en ningún momento los posibles efectos adversos; son antígenos diferentes y no están interrelacionados”.
En la mayoría de vacunados la vacuna conjunta se considera la mejor alternativa, a pesar de que también puede presentar efectos secundarios durante las primeras 24 horas tras la administración de la vacuna.
¿Qué efectos secundarios presenta la vacuna conjunta?
En principio no van a ser muy distintos de los que ya presentaba la tercera dosis de la vacuna de COVID, si bien la conjunción de ambas vacunas puede hacer que su potencia sea algo superior.
Los más frecuentes serán:
- Dolor en el brazo donde se aplique la vacuna.
- Dolor de cabeza
- Cansancio
- Dolores articulares en general
Pero también se pueden dar otros efectos menos frecuentes como:
- Adenopatía
- Pirexia
¿Qué son la adenopatía y pirexia?
La pirexia es un tipo de fiebre más o menos ligera, a veces puede ser un poco alta, que aparece sin motivo infeccioso alguno, es decir de modo asintomático. La pirexia derivada de la vacuna suele aparecer 24 horas después del pinchazo y, normalmente, dura un máximo de dos días.
En caso de que persista o de que derive en episodios muy altos de fiebre hay que acudir a un centro de salud, si bien esta circunstancia es muy infrecuente.
La adenopatía, también llamada linfadenopatía, es una inflamación de los ganglios. Normalmente las adenopatías, aparecen en áreas con mayor concentración de ganglios linfáticos, como la zona occipital y las áreas supraclaviculares en el cuello. Ahora bien, también pueden darse en las axilas e ingles.
Un ejemplo de adenopatía es la que se produce en los ganglios de debajo de la mandíbula inferior cuando tenemos una muela o un diente infectado, y es que esta inflamación es una respuesta inmunitaria a la entrada de un agente extraño en el cuerpo, ya que ganglio trabaja para producir defensas.
Las adenopatías remiten con brevedad y no revisten más gravedad que la de un efecto secundario pasajero, según la página de la Consejería de Salud de la Región de Murcia.
De hecho, la adenopatía está entre los diez efectos adversos más comunes de la vacuna contra la COVID que tiene registrados la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y se da en el 8% de los casos.
Las linfadenopatías se han registrado tras la vacuna de Pfizer pero también Moderna, debido a la inyección de ADN mensajero, que puede hacer reaccionar al ganglio creando defensas ante la llegada de un agente infeccioso, aunque sea atenuado.
Te todas maneras se trata de una reacción que es más potente cuando más robusto sea el sistema inmunitario de la persona, por lo que se da más visiblemente en gente joven que no en personas mayores adultas.