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Las torrijas son un postre o desayuno delicioso y fácil de elaborar que prácticamente todos las y los descendientes de españoles han probado alguna vez, sea por que sus madres y abuelas se las han preparado, sea porque ellos o ellas mismas las cocinan y se deleitan con ellas en los desayunos del Jueves, el Viernes y el Sábado Santo, puesto que son el postre tradicional de Semana Santa.
La receta tradicional recomienda que se hagan con pan seco o del día antes, mojado en una infusión de leche caliente con azúcar, canela y piel de limón, que luego se reboza de huevo batido y se fríen en aceite de girasol, para después sazonar con azúcar o con un almíbar de anís, whisky o coñac.
Adicionalmente se le puede añadir a la infusión de leche una vaina de vainilla, jengibre o incluso hay quien le pone curry, etc. Y en los últimos tiempos, los que las cocinamos, nos hemos acostumbrado a hacerlas con el famoso “pan de torrija”, un pan tradicional, de mayor ancho y miga densa, a veces hecho con leche en lugar de agua, para darle mayor cremosidad y dulzura.
Pero por si no encontráis en vuestra comunidad o zona pan de torrija, o bien no os apetece usarlo, os ofreceremos dos recetas, una la clásica con leche de vaca y huevo, y otra la moderna para lectores veganos.
Cómo hacer torrijas con pan seco
No tiene mucho secreto, usaremos el pan de ayer o de ante ayer, cortado en rebanadas. Si está muy duro no debemos agobiarnos: Podemos remojarlo unos segundo en agua o vino para ablandarlo. De hecho antaño las torrijas eran un postre recurrente todo el año y se hacían con vino especiado con canela y cardamomo en lugar de leche. De ahí la expresión “cogerse una buena torrija”, y no fue hasta la posguerra cuanto, ante la carestía, se relegaron a postre sacro, cambiando el rojo vino por la inmaculada leche.
Por lo tanto, si es pan seco, tras remojarlo brevemente, usaremos el pan de días anteriores para mojarlo con cautela, de modo que no se deshaga (conviene no olvidar que no es pan de miga densa) en la infusión de leche caliente con canela, azúcar y piel de limón (la piel sin la cara interior blanca, que es demasiado amarga). Una vez mojada y comprobando que se ablanda pero es consistente, rebozaremos las rebanadas en huevo batido procurando que no absorban exceso de huevo pero que quede una capa homogénea y consistente.
Es entonces cuando las freiremos en aceite de girasol caliente (el de oliva aporta demasiado sabor, aunque se puede usar también) y la pasaremos por papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Seguidamente las sazonaremos, o rebozaremos, en azúcar o bien haremos un almíbar con agua y azúcar reducido y acompañado de un chupito de anís, coñac o whisky. Luego las guardaremos en la nevera para comerlas bien frías y ricas.
Receta para torrijas veganas
A continuación os explicamos cómo hacer unas deliciosas torrijas veganas para gozar de la Semana Santa en coherencia con nuestras creencias y nuestro compromiso animalista. Para ello deberemos prescindir de los dos ingredientes de origen animal: los huevos y la leche. ¿Con qué los podemos sustituir? Muy sencillo: nos bastará con una leche vegetal que tenga un sabor agradable.
La de soja es un poco fuerte, pero la de leche almendras o de arroz son ideales. Así que podremos usarla para la infusión con canela, limón y azúcar. En cuanto al huevo, no hay mejor sustituto vegano, tal como os contamos en su día en Cómo hacer una tortilla de patatas vegana (sin usar un solo huevo), que la harina de garbanzo, que mojada en agua proporciona las mismas texturas que el huevo y permite hacer rebozados.
Ya se usa de hecho en Cádiz para hacer sus maravillosas tortillitas de camarones. Basta con encontrar la textura adecuada a la mezcla de harina y agua similar a la del huevo batido, y eventualmente podemos apoyar la mezcla usando un cuarto de harina de rebozar o maicena para que le dé densidad. Los expertos, como los autores de Danza de Fogones, aseguran que son igual de buenas que las clásicas.