La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, se lanzó este domingo a la carrera por el Elíseo con la promesa de reconstruir la igualdad de oportunidades que a ella le ha permitido ser lo que es, pero con perspectivas muy limitadas en un escenario de una izquierda muy disminuida y fragmentada.
Hidalgo hizo valer, en una declaración de candidatura en Ruán ante un grupo de militantes, su biografía de inmigrante en una familia española de origen modesto en la que se ha materializado el lema de la República francesa de libertad, igualdad y fraternidad. “Vengo a hablarles de Francia. De mí, una mujer francesa nacida en España, llegada a nuestro país con dos años, que se crió en Lyon en un barrio popular”, señaló antes de nombrar a su padre, obrero en los astilleros de Cádiz, a su madre, costurera, y a su abuelo, condenado a muerte por un tribunal militar franquista que transmitió a su hijo “el amor por Francia”.
Esta franco-española de 62 años, que lleva desde 2014 al frente del Ayuntamiento de París, dijo estar preocupada por su país de adopción porque “el modelo republicano se desintegra y con él las protecciones que ha construido a lo largo de nuestra historia”. A su juicio, las libertades se reducen, aumentan las injusticias y el país “se divide en grupos hostiles, en comunidades separadas, en facciones que manifiestan su amargor y su enfado, a veces con tanta violencia”.
Igualdad de oportunidades
Su receta es ofrecer a todos las oportunidades que ella tuvo, después de un mandato del actual presidente, Emmanuel Macron, que “debía solucionar los problemas sociales, los ha agravado. Debía proteger nuestro planeta, pero ha dado la espalda a la ecología”. Aunque prefirió no detallar todavía mucho su programa, Hidalgo sí que asentó algunos de los que serán los principales puntos, y sin sorpresas la transición ecológica y el poder adquisitivo de los funcionarios y de los trabajadores figuran en cabeza.
Hidalgo optó por Ruán para este discurso fundamental porque sabe que uno de sus puntos débiles para su proyección nacional es que se le asocia con los intereses de los parisinos, en muchos casos alejados de las preocupaciones de los habitantes del resto del país. Ruán es una ciudad con una fuerte impronta industrial y portuaria, como su San Fernando natal en Cádiz, que tiene un alcalde socialista, Nicolas Mayer-Rossignol, que como ella en París ha hecho una apuesta clara por políticas ecologistas de ruptura.
Un libro-programa para esta semana
Su declaración se produce tres días antes de que salga a la venta un libro que hace las veces de programa, un clásico en la política francesa. Según lo que se ha filtrado, en Une femme française presenta algunas de las que son sus prioridades, empezando por la evidencia de “la transición ecológica” que no debe hacerse “en detrimento de las clases medias y de las categorías populares”.
Su candidatura era un secreto a voces desde hace muchas semanas y la fecha final del anuncio es también consecuencia del contexto de la campaña, con un florilegio de pretendientes al Elíseo que se han dado a conocer y se asientan así en las encuestas de los institutos demoscópicos, con lo que eso significa de visibilidad pública. Hasta ahora, esos institutos le han dado a ella una intención de voto que se mueve en una horquilla del 5 al 9 %, tremendamente insuficiente para aspirar siquiera a calificarse a la segunda vuelta de las elecciones.
Una izquierda menguada y fragmentada
Más allá del duelo que esos sondeos anticipan entre el actual presidente, Emmanuel Macron, y la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen -como en 2017-, en las circunstancias actuales inalcanzable para Hidalgo, tendrá que lidiar con una fuerte competencia entre el tradicional electorado de izquierdas, que además los politólogos consideran minoritario y muy fragmentado. Ahí está el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, el comunista Fabien Roussel, el exsocialista Arnaud Montebourg y, sobre todo, el que salga vencedor de las primarias ecologistas que terminan el día 28, para las que es favorito Yannick Jadot.
Frente a esa montaña, su designación por el Partido Socialista en una elección interna después del congreso previsto el fin de semana próximo puede parecer un camino de rosas, teniendo en cuenta que cuenta de entrada con el respaldo de su primer secretario, Olivier Faure.
La franco-española, que va a continuar al frente del Ayuntamiento de París, tiene intención ahora de dejarse ver y eso pasa por una serie de entrevistas estos próximos días en los medios de comunicación, empezando esta misma noche por el informativo de la cadena pública de mayor audiencia, France 2.