El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, anunció este sábado que se reunirá el próximo jueves con su homólogo ruso, el ministro de Asuntos Exteriores Serguei Lavrov, para hablar sobre la crisis por Ucrania.
“Tenemos una reunión prevista para el 24, la semana próxima, en Europa pero como ya le he dicho en la nota de respuesta al ministro de Exteriores Lavrov, eso pasará siempre y cuando Rusia no invada Ucrania”, afirmó Blinken en una entrevista con la televisión rusa Dozhd TV, considerada un agente extranjero por Moscú.
En cuanto a las posibilidades de un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, Blinken aseguró que se podría “trabajar juntos para mejorar la seguridad de todos”.
“Existen medidas para generar confianza. Hay formas de reducir los riesgos. Se puede acordar un mayor control de armas. Está el tema de la ubicación de armamento y fuerzas que, siempre de forma recíproca, puede mejorar la seguridad de todos”, argumentó.
Sin embargo, apuntó, la presencia de militares rusos en la frontera con Ucrania dificulta el diálogo.
“Estamos plenamente preparados para colaborar en todo ello, pero hacerlo con una pistola apuntando a la cabeza de Ucrania: 150.000 militares rusos al norte, al este, al sur,... Es muy difícil conseguir avances en esa situación”, remarcó.
Desde finales del año pasado, la tensión en torno a la exnación soviética se disparó luego de que Rusia desplegara decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania, que provocaron llamados de Washington y la OTAN a retirarlos por temor a una invasión rusa de ese país europeo.
Estas acusaciones son rechazadas por el Kremlin, que denunció actividades hostiles de la alianza militar cerca de su territorio y reclamó garantías para que no siga expandiéndose hacia sus fronteras.
En los últimos días, la tensión aumentó particularmente en el este de Ucrania, donde este sábado las fuerzas gubernamentales y los separatistas prorrusos volvieron a acusarse de nuevos ataques y de violar el alto el fuego en las regiones de Donetsk y Lugansk.
El deterioro de la situación en la zona fue denunciado por Washington como parte de los esfuerzos del Kremlin para justificar una “agresión” en Ucrania, aunque Moscú niega cualquier participación en ese conflicto, que califica de asunto interno de la nación europea.
Por su parte, Blinken respondió al planteamiento ruso sobre la amenaza ucraniana: “La noción de que existe una amenaza para Rusia procedente de Ucrania desafía cualquier lógica dado el tamaño de ambos países”, indicó.
“Que Ucrania quiera recuperar el Donbás, lo cual podrían haber intentado en cualquier momento de los últimos ocho años, cuando hay 150.000 militares rusos rodeando Ucrania desafía cualquier lógica”, añadió, según la agencia de noticias Europa Press.
“Lo que estamos viendo (...) es que hay una fabricación de provocaciones que se utilizarían para justificar una intervención militar rusa en el Donbass y en Ucrania en general”, indicó.
Además, el jefe de la diplomacia estadounidense advirtió: “Si (el presidente ruso, Vladimir) Putin cree que las fuerzas rusas serán aceptadas con los brazos abiertos en Ucrania, pienso que está profundamente equivocado”.
“Un ataque a Kiev sería desastroso”, advirtió.
Los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa se entrevistaron por última vez el 21 de enero en Ginebra, Suiza, y el martes pasado mantuvieron una conversación telefónica.
CRM con información de agencias