El presidente Jair Bolsonaro hizo esperar un buen rato a periodistas, funcionarios y ministros, en el Palacio del Planalto. Y pasadas las 16.30, casi dos días después del cierre de las elecciones de este domingo, decidió finalmente pronunciar su mensaje de reconocimiento de la derrota. Presionado por aliados, por ministros e, inclusive, por las Fuerzas Armadas, y al percibir el aislamiento en que se encontraba, tuvo que quebrar el silencio y admitir, veladamente, que deberá dejar el mando del Poder Ejecutivo el 31 de diciembre próximo. No felicitó, ni siquiera mencionó, a su sucesor: el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva. Pero garantizó: como “presidente de la República y como ciudadanos continuaré cumpliendo los mandatos de nuestra constitución”. Inmediatamente después, el gobierno brasileño anunció que dará inicio a la transición.
“Es una honra ser líder de millones de brasileños que como yo pretenden la defensa de la libertad económica, la libertad religiosa y nuestra bandera verde amarilla”, dijo .El jefe de Estado, en su brevísimo discurso, señaló: “Al contrario de lo que dicen mis acusadores siempre jugué dentro de las líneas establecidas por la Constitución. Nunca hablé de controlar los medios (de prensa) ni las redes sociales”.
El mandatario agradeció “a los 50 millones de brasileros que me votaron” y advirtió que las “manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas. Los métodos de la izquierda no pueden perjudicar a la población”, dijo.
“Los movimientos populares son fruto de indignación y sentimiento de injusticia por cómo se dio el proceso electoral”, afirmó el líder ultraderechista.
En un breve pronunciamiento, Bolsonaro indicó que “las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas”, pero reforzó que sus métodos “no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población, como la invasión de propiedades, la destrucción de patrimonio” y no permitir “el derecho de ir y venir”.
Tras el mensaje del presidente, Ciro Nogueira, ministro de la Casa Civil, confirmó que el gobierno cumplirá con la ley de transición. “Cuando se convoque con base en la ley, vamos a iniciar el proceso y la transición”, dijo. “Esperaremos a que esto se formalice para cumplir con la ley en nuestro país”, agregó.
Piquetes y reuniones con mandos militares
El domingo, poco después que el Tribunal Superior Electoral consagrara la victoria de Lula, Bolsonaro optó por aislarse en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial. Esa noche no recibió ni siquiera a los asesores más íntimos. Recién iría el lunes por el mediodía al Palacio del Planalto, la casa de gobierno.
Este martes, el día amaneció con bloqueos de rutas nacionales y de los accesos a las principales capitales del país: los camioneros habían decidido obstruir las rutas en protesta contra lo que juzgaban un fracaso provocado por fraude electoral.
Desde la presidencia brasileña apostaban a que esa movilización llevara miles de manifestantes a las calles en solidaridad con el mandatario.
Pero esta mañana temprano, la Corte Suprema votó en forma mayoritaria, una medida que exige a la Policía Federal de Rutas (PRF) y a las policías militares de los estados brasileños la represión inmediata contra los bolsonaristas que cercaban las principales autopistas de ingreso a las capitales del país.
Durante más de un día, las grandes ciudades brasileñas sufrieron bloqueos a los aeropuertos, con la consiguiente cancelación de numerosos vuelos domésticos e internacionales.
La “esperanza”, expresada incluso por las cúpulas policiales, era que el discurso presidencial calmara los ánimos. Las protestas tenían como principal consigna “impedir que el comunismo llegue al poder”.
El director de la Policía Federal de Rutas, Fernando Miranda ofreció luego del mediodía una conferencia de prensa donde denunció que los “golpistas” (como los llamó) “son gente con experiencia en ese tipo de acción. No se trata de principiantes”.
Según informaciones procedentes del Planalto, Bolsonaro mantuvo durante el día diversas citas con altos mandos militares; por la mañana se reunió con el comandante de la Aeronáutica, brigadier general Carlos de Almeida Baptista, para abordar temas de “seguridad pública”.
Entre tanto, en el Ministerio Público Federal, los subprocuradores exigieron al fiscal general Augusto Aras que adoptara “una imprescindible actuación enérgica” para penalizar las interrupciones ilegales del tránsito por autopistas de todo el país.
En la nota que le enviaron públicamente señalan: “Este estado de cosas inconstitucional no puede tener como respuesta el silencio y la inacción de agentes públicos, a quienes la Constitución otorga competencia para defender el orden jurídico y el régimen democrático”.