El proyecto aprobado para el Presupuesto por el Congreso en Brasilia prevé que los gastos públicos de Brasil en 2022 se elevarán hasta 4,82 billones de reales (unos 845.614 millones de dólares), de los que un 39 % (1,88 billones de reales o 329.824,6 millones de dólares) será destinado a la refinanciación de la deuda pública.
El fondo electoral de R $ 4,9 mil millones (859, 6mil millones dólares) para 2022 representa el mayor volumen de dinero público destinado a las campañas políticas en la entera historia del país. El dinero puede utilizarse para pagar, por ejemplo, viajes de candidatos, contratación de cables electorales y publicidad en las redes. A este valor se suman R $ 1,1 mil millones (3 mil millones de dólares) de otro fondo público, que apoya las estructuras del partido, pero también abastece a las candidaturas. El monto de la cifra ha sido objeto de duras críticas, incluso entre algunos parlamentarios, pues casi triplica los 298,2 millones de dólares del Estado que los partidos recibieron con el mismo objetivo en 2018.
Hugo Leal mencionó el gasto social y el alcance del presupuesto federal para justificar el aumento del fondo electoral y el nivel de enmiendas a la ley presupuestaria que el senador Randolfe Rodrigues (Rede-RR) calificó la ley presupuestaria como “la más indecente de toda la historia republicana”.
En cuanto al presupuesto secreto, esquema por el cual Bolsonaro distribuyó miles de millones de reales en los últimos dos años a un grupo de parlamentarios a cambio de apoyo en votos en interés del Palacio Planalto, el valor fijado fue de R $ 16,5 mil millones, prácticamente el par. este año, de R $ 16,9 mil millones. En consecuencia, los recursos se seguirán transfiriendo a baluartes políticos de diputados y senadores alineados con el gobierno, sin criterios claros y con poca transparencia.
Los parlamentarios también llegaron a un acuerdo para destinar R $ 1,7 mil millones (4,1 millones de dólares) del Presupuesto al reajuste salarial de los policías federales en 2022. El aumento fue prometido por Bolsonaro, en clara estrategia para las elecciones de 2022. El plan prevé una reestructuración de carreras de la Policía Federal (PF), la Policía Federal de Carreteras (PRF) y el Departamento Nacional Penitenciario (Depen). La medida fue ásperamente criticada por los demás funcionarios públicos, cuyos salarios se encuentran congelados hace varios años.
La ley aprobada prevé que la economía de Brasil crecerá un 2,1 % en 2022, porcentaje inferior al 2,5 % inicialmente proyectado por el gobierno, pero muy superior al esperado por economistas (0,5 %). Igualmente prevé que Brasil terminará 2022 con una inflación del 4,7 %, por encima del 3,5 % inicialmente proyectado por el gobierno.
El aumento de cuestionados gastos en año electoral hizo que la proyección del Congreso para el déficit fiscal del Estado en 2022 fuera elevada desde 8.701,7 millones de dólares hasta 13.912,3 millones de dólares.
El Congreso incluyó a última hora en el Presupuesto, a petición del propio Bolsonaro, una reserva de 1.700 millones de reales (unos 298,2 millones de dólares) para garantizar un aumento salarial de los agentes de la Policía Federal.
El beneficio para los policías federales, considerados en su gran mayoría como electores del líder ultraderechista, fue criticado por los demás funcionarios públicos, cuyos salarios han estado congelados por varios años.