Bajo un sol radiante, Luis Inácio Lula da Silva llega en Brasilia a su tercera presidencia. El último domingo de octubre, los 27 estados de Brasil dirimieron que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) sería el presidente nacional que asume el primero de enero. Lula sucede al presidente-candidato del Partido Liberal (PL), el derechista Jair Messias Bolsonaro, derrotado en su aspiración a un segundo mandato consecutivo El mismo domingo 30 había quedado dirimida también, con 12 balotajes estaduales en 12 estados, la nueva geometría federal y regional de la política brasileña en los próximos cuatro años. Si en la capital el Ejecutivo del gobierno federal giró a la izquierda, en la mayoría de los 27 gobernará la derecha. En San Pablo, Rio de Janeiro, y Minas Gerais, los tres estados más populosos y prósperos, los gobernadores derechistas fueron colaboradores cercanos de Bolsonaro. En 4 estados, los gobernadores no están alineados ni con Lula ni con la oposición, o eso dicen.
La imagen politica general muestra hoy un Brasil donde Lula ejercerá el poder Ejecutivo federal, pero donde la futura oposición de derecha lo hará en la mayoría de los 27 estados. El partido de Bolsonaro y sus aliados se habían asegurado ya en la primera vuelta del primer doomingo de octubre mayorías sólidas en ambas cámaras del Congreso de Brasilia, en las legislaturas estaduales, y en gobiernos y consejos municipales.
La derecha brasileña abre su 2023 gobernando en más estados que en 2022. Gobernará en 13 sobre 27 estados. También gobernará los 3 estados más poderosos, más ricos, y más poblados. Río de Janeiro, Minas Gerais, y San Pablo se ubican en la región sudeste, también en su conjunto la más próspera de Brasil, y el motor económico del país. Los gobernadores de Río y Minas, reelegidos en primera vuelta, y el de San Pablo, elegido en segunda, son aliados y colaboradores cercanos de Bolsonaro. El ex presidente derechista es oriundo de San Pablo, donde nació en 1955, y por 19 años ocupó una banca de diputado federal en el Congreso de Brasilia como representante de Rio de Janeiro.
De la región Sudeste en general, y en especial de estos 3 estados de consolidación y concentración de poder derechista, se suele destacar su carácter de 'productores de impuestos'. La misma caracterización los contrapone a los 10 estados nordestinos, 'consumidores de impuestos'. El Nordeste es la región natal de Lula: el presidente nació en Pernambuco en 1945. En la región más pobre y con menor crecimiento del país, ya en la primera vuelta presidencial del primer domingo de octubre, elPT había superado al PL por 13 millones de votos.
En sólo 10 estados, del centro, norte y nordeste brasileños, incluidos algunos de los más pobres y empobrecidos del país, gobernarán fuerzas aliadas con el presidente electo Lula. En 4 estados, sus gobiernos electos se han declarados no alineados y los candidatos vencedores no habían invitado a sus votantes a optar ni por Lula ni por Bolsonaro en la segunda vuelta. Son Pernambuco (noreste), Sergipe (noreste), Mato Grosso do Sul (oeste) y Rio Grande do Sul (sur): estos 4 serán los únicos estados de la Unión gobernados por candidatos que no apoyaban ni a Lula ni a Bolsonaro en el balotaje.
En San Pablo, Tarcísio Gomes de Freitas, del partido Republicanos (RE) y un amigo cercano de Bolsonaro que lo acompañó casi durante todo su mandato como ministro de Infraestructura, se había impuesto con el 55,31 % de los votos en segunda vuelta estadual. El 30 de octubre, el candidato bolsonarista derrotó por un amplio margen de casi 10 puntos porcentuales, al candidato del PT, que obtuvo el 44,69 por ciento. Fernando Haddad, ex ministro de Educación de Lula, ex alcalde de San Pablo, había sido en 2018 el candidato presidencial del PT derrotado en segunda vuelta por Bolsonaro. En la tercera presidencia de Lula, Haddad quedó al frente, designado por el presidente, del ministerio de Economía, a la vez que le fuera encomendada una coordinación general del área.
En la primera vuelta del 2 de octubre había sido decidido ya quién gobernaria en 15 de los 27 estados. De las candidaturas triunfantes, 9 habían sido respaldadas por el ex capitán del Ejército y ex diputado federal por Río de Janeiro, el presidente Bolsonaro. Las otras 6 candidaturas vencedoras sin necesidad de pasar a segunda vueta, había sido acompañadas por Lula, ex sindicalista metalúrgico, primer presidente obrero de Brasil y hoy presidente nuevamente en funciones en Brasilia.
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