La crisis política en Haití se profundizó este domingo luego de que el Consejo Superior Judicial dio por terminado el mandato presidencial de Jovenel Moise, quien, sin embargo, aclaró que no piensa abandonar el poder -como le reclama también la oposición y la Iglesia Católica- y que aún le queda un año en el Gobierno.
“Estamos extremadamente preocupados por las graves amenazas resultantes de la falta de un acuerdo político ante la expiración del mandato constitucional del presidente” Moise el 7 de febrero de 2021, sentenció el máximo órgano judicial de Haití en una resolución, citada por la agencia de noticias AFP.
Poco después, el mandatario hizo pública su respuesta por Twitter: “Mi administración recibió del pueblo haitiano un mandato constitucional de 60 meses. Hemos agotado 48 de ellos. Los próximos 12 meses estarán dedicados a la reforma del sector energético, la realización del referéndum y la organización de las elecciones.”
Aunque al comenzar el día no se registraron protestas opositoras, como se vieron en las últimas semanas, AFP sí informó de ráfagas de disparos de origen desconocido en el centro de Puerto Príncipe, la capital del empobrecido país latinoamericano.
En Haití, el mandato presidencial dura cinco años y comienza el 7 de febrero siguiente a las elecciones porque en esa fecha en 1986 terminaron tres décadas de dictadura de la familia Duvalier.
El mandato actual formal se originó con las elecciones de octubre de 2015, que dieron a Moise como ganador en primera vuelta. Sin embargo, los resultados fueron anulados por denuncias de fraude y el mandatario asumió el 7 de febrero de 2017, tras unos nuevos comicios.
Mientras la oposición y el Poder Judicial entienden que el inicio de los cinco años de mandato presidencial sigue siendo el 7 de febrero de 2016 porque Moise nunca dejó el poder en esa transición, el mandatario comienza a contar desde 2017, una interpretación que la Organización de Estados Americanos (OEA) apoyó.
Sin embargo, desde mediados de 2018 las protestas han crecido y ante la cercanía del 7 de febrero crecieron y multiplicaron los pedidos de renuncia.
La crisis se profundizó tanto que la Conferencia Episcopal reclamó hace poco al mandatario que dé un paso atrás porque, argumentó, el país está “al borde de la explosión”, según la agencia de noticias DPA.
La oposición, en tanto, creó esta semana un Consejo Nacional de Transición para ocupar al Poder Ejecutivo en caso de una renuncia de Moise y hasta que se elija a un nuevo mandatario en las urnas en la segunda mitad del año.
Pero antes de esto, el país tiene programada una cita electoral el 25 de abril para ratificar o rechazar una nueva Constitución que plantea reformas institucionales clave como la instauración de un sistema presidencialista y la desaparición del Senado.
En paralelo, la ONU alertó que la combinación de crisis está profundizando el drama humanitario en el empobrecido país.
“El efecto acumulativo de las crisis política, de seguridad y de la Covid-19 ha exacerbado el deterioro de la situación social del país”, explicó el coordinador humanitario de la ONU en el país, Bruno Lemarquis, a la agencia de noticias Europa Press.
Con información de agencias.
IG