LA LIBERACIÓN DE LOS REHÉNES

Entra en vigencia el esperado alto el fuego en Gaza tras 47.000 muertes

Javier Biosca Azcoiti

Sederot (Israel) —
19 de enero de 2025 09:44 h

0

La espera ha sido agónica. A media hora de la entrada en vigor del alto el fuego, programado inicialmente para las 8.30 hora local, desde la ciudad israelí de Sderot, a tan solo un kilómetro de Gaza, se podían observar las columnas de humo negro elevándose sobre Beit Hanun y se escuchaban los disparos de los últimos combates.

Minutos antes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había anunciado que el alto el fuego no comenzaría hasta que Hamas enviase los nombres de los tres rehenes que serán liberados este domingo, primer día de tregua. Hamas había afirmado que el retraso se debía a “problemas técnicos” y, una hora y media después de la hora acordada, aseguró que entregó la lista con los nombres de los tres rehenes. También Israel confirmó su recepción. Finalmente, el acuerdo ha entrado en vigor a las 11.15 hora local.

Alrededor de una decena de personas se reunían en un mirador en lo alto de la ciudad de Sederot para seguir los últimos bombardeos y el inicio del alto el fuego. Desde ahí, sobre las nueve de la mañana, se podían ver a los drones sobrevolando el norte de Gaza, así como una gran explosión muy cerca de la frontera, en Beit Hanun. Según la Defensa Civil gazatí, ocho personas han muerto por los bombardeos en las tres horas de retraso en la entrada en vigor del acuerdo. En 15 meses de guerra, 46.913 personas han fallecido, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.

“La Fuerza Aérea de Israel está actualmente llevando acabo ataques contra objetivos terroristas en la Franja de Gaza”, informaba el Ejército en un breve comunicado una hora después de la hora acordada para el alto el fuego.

A las seis y media de la mañana del domingo, alrededor de 30 explosiones se han escuchado en toda la ciudad. Se supone que tenían que ser los últimos bombardeos sobre la Franja.

En los cuatro días desde que se firmó el acuerdo hasta su entrada en vigor, Israel ha matado al menos a 122 personas con bombardeos in extremis, según ha informado la Defensa Civil gazatí, cuyos trabajadores han seguido sacando muertos y heridos bajo los escombros hasta el último minuto.

Cada gazatí tiene su “billete de lotería”, dice el abogado Raji Sourani, que consiguió salir de la Franja hace unos meses. Con el dolor añadido que supone que toque tu número horas antes de la entrada en vigor del alto el fuego más esperado en 15 meses de masacre, Sourani cuenta a elDiario.es: “Los últimos días han sido muy sangrientos. El jueves por la mañana perdí a Ihab, su mujer y sus dos hijas. Es una pérdida personal muy dura, era como mi hijo y era mi asistente personal. La ocupación israelí ha intensificado los bombardeos y es muy duro porque la gente está soñando con el alto el fuego”. 

En la madrugada del viernes al sábado, un ataque sobre las tiendas de refugiados de Al Mawasi, declarado por Israel zona humanitaria, mataba a cinco personas de una misma familia, según ha informado la agencia palestina Wafa. En 15 meses de guerra de castigo y casi 47.000 muertos, la masacre ha sido ininterrumpida. Las bombas solo se callaron una semana en noviembre de 2023 en un brevísimo alto el fuego que colapsó al octavo día. Pese a las tensiones de última hora y las dificultades sobre su implementación, este texto, sin embargo, parece diferente. 

La primera fase del acuerdo durará 42 días, durante los cuales Hamas liberará a 33 rehenes. La primera liberación tendrá lugar este domingo, y el grupo islamista entregará a tres personas. A finales de cada semana, si el alto el fuego se mantiene, se repetirá la operación hasta que en la última semana se liberen 14 rehenes. Mientras tanto, Israel permitirá un incremento de la entrada de ayuda humanitaria de 600 camiones diarios —antes de la guerra entraban 500 y la media de enero de este año no llega a 20— , así como el regreso de la población civil al norte de la Franja y una retirada progresiva de los núcleos más poblados. Por último, Israel liberará a 1.117 residentes de Gaza detenidos y que no participaron en los ataques del 7 de octubre y 737 “terroristas” en cárceles israelíes, según ha informado la televisión pública. Entre ellos hay decenas de menores.

“La gente volverá [al norte] y se encontrará que no tendrá ni casa, ni calle, ni escuela, ni hospital, ni agua, ni electricidad, ni alcantarillado, ni su puesto de trabajo”, dice Sourani. El norte ha sido la zona más golpeada y, según datos de la ONU, el 90% de las casas se han visto dañadas o destruidas. “La mayoría de las familias han perdido a seres queridos. Además de los muertos hay 30.000 desaparecidos. Vivos, muertos o encarcelados. No sabemos nada de ellos”.

Respecto a la entrada de ayuda, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, principal agencia de ayuda en Gaza, ha mostrado su “preocupación por si se impide a la UNRWA trabajar”. “Entonces el pegamento que une todo la compleja operación humanitaria puede que no funcione”, ha afirmado una de sus portavoces a Al Jazeera. En octubre, Israel aprobó una ley prohibiendo a UNRWA operar en territorio israelí y zonas bajo su control.

La segunda y tercera fase tienen por objeto la liberación del resto de rehenes vivos y muertos —actualmente hay un total de 98—, un alto el fuego permanente y la reconstrucción de Gaza y se empezará a negociar dentro de 15 días. “Pedimos urgentemente acuerdos rápidos para asegurar que se implementan todas las fases del acuerdo y enfatizamos que las negociaciones para las siguientes fases deben empezar antes del día 16”, ha señalado este sábado en un comunicado el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos. “Después de 470 días con nuestros familiares en los túneles de Hamás, estamos más cerca de reunirnos con nuestros seres queridos”.

El primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, uno de los principales mediadores, se mostraba más optimista que con el acuerdo de noviembre de 2023. “Entonces fue para crear el impulso para alcanzar un acuerdo más largo, que es lo que tenemos hoy. Desafortunadamente, el acuerdo de noviembre fue muy transaccional y de día tras día, pero este acuerdo tiene un mecanismo claro para los primeros 42 días y un claro mecanismo para negociar la segunda y tercera fase”.

El acuerdo ha generado tensiones en el Gobierno ultraderechista de Netanyahu, con los miembros más radicales, como el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, oponiéndose al texto. Ben-Gvir ha dimitido, asegurando que se trata de una “rendición ante Hamás” y una renuncia a los logros de la guerra. Sin embargo, la oposición ha asegurado su apoyo al Gobierno mientras dure el alto el fuego, por lo que el Ejecutivo de Netanyahu no correría peligro.

“Israel ha demostrado que nunca respetó ningún acuerdo y sin un horizonte político, las cosas explotarán de nuevo”, dice Sourani, que como abogado fue uno de los impulsores de la causa en la Corte Penal Internacional —que ha acabado con la emisión de una orden de detención contra Benjamin Netanyahu por crímenes de guerra— y que actualmente forma parte del equipo jurídico de Sudáfrica en la demanda contra Israel por genocidio en la Corte Internacional de Justicia.

Según fuentes presentes en la reunión del gabinete israelí para dar el sí definitivo al alto el fuego, Netanyahu dijo a sus compañeros: “Trump apoya por completo a Israel en una vuelta a la guerra en caso de que se viole el acuerdo. Trump ha dicho que al asumir el cargo, recibiremos todas las armas que se pararon”. En este sentido, Netanyahu ha asgurado este sábado que tiene el apoyo de Washington para retomar la guerra si el acuerdo no se cumple.