Vuelven a escalar las tensiones entre los habitantes de Shanghái y las autoridades responsables de hacer cumplir las medidas para combatir la pandemia de COVID-19. Esto se produce en un contexto en el que volvieron a reforzar las restricciones para frenar los contagios fuera de las zonas de cuarentena y cumplir así con la petición del presidente Xi Jinping de perseguir una política de 'COVID cero'.
Los vídeos compartidos en las plataformas de las redes sociales chinas muestran a pacientes que se sospecha que son positivos y a los que se obliga a hacer cuarentena en centros habilitados para este fin. En algunos barrios, un solo caso positivo puede hacer que todos los vecinos del edificio se vean obligados a hacer cuarentena.
Los censores de las redes eliminaron muchos de estos vídeos, pero los ciudadanos más determinados siguen publicándolos. También se vuelven a subir los discursos de altos funcionarios y juristas en los que hablan de la importancia del Estado de derecho. Los usuarios de las redes sociales compartieron estas opiniones para expresar su desaprobación con la política del Gobierno.
La semana pasada, Xi reiteró que su Gobierno no tenía intención de apartarse de la polémica política 'COVID cero'. Lo dijo en un importante discurso dirigido a los altos mandos del país. Instó a los funcionarios a “adherirse inquebrantablemente a esta política y advirtió que no está dispuesto a tolerar que se critique o se cuestione.
“No hay una razón”
Durante el fin de semana, los habitantes de al menos cuatro de los 16 distritos de Shanghái informaron de que habían recibido avisos en los que se les comunicaba que ya no podrían recibir entregas de alimentos ni salir de sus casas, lo que provocó numerosas quejas en las redes sociales.
“Ya no tenemos miedo del virus en sí, pero nos aterra la forma en la que el Gobierno impone las medidas”, dice a The Guardian un habitante de Shanghái que prefirió permanecer en el anonimato. “Pensábamos que el confinamiento estaba llegando a su fin, pero ya no vislumbramos el final”.
En los últimos días publicaron varios vídeos en las redes sociales que muestran cómo los trabajadores de Sanidad, también llamados Dàbái, o “Grandes Blancos” por sus trajes de protección, entran en las casas de los vecinos y echan por todas partes productos desinfectantes. Esta medida indignó a muchos residentes, que cuestionaron su legalidad. Otros se preguntan si tiene alguna base científica.
En un vídeo viral, unos policías vestidos con uniformes de protección ordenan a los residentes hacer cuarentena en un centro después de que un vecino diera positivo. “No podés hacer lo que te venga en gana, a menos que estés en Estados Unidos. Estás en China”, puede escucharse decir a uno de los agentes. “Deja de preguntarme por qué, no existe un por qué. Tenemos que cumplir las normas”. The Guardian desconoce la identidad de los vecinos y tampoco sabe si fueron trasladados a un centro.
No todos los habitantes de Shanghái acataron las normas. En otro vídeo, un vecino se dirige a los funcionarios de salud pública y les pide que respeten la ley. El hombre de mediana edad, vestido con un traje de protección rojo con una mascarilla y un protector facial, les recuerda que el poder de los funcionarios del Gobierno tiene límites y que no pueden vulnerar los derechos de los ciudadanos.
“Permítame decirle”, dice el hombre, “que solo puede utilizar su poder con la autorización de la ley. Tiene que indicarme qué artículos de la ley de nuestro país le permiten imponer su criterio... no podés imponernos una cuarentena”.
No es la primera vez que la puesta en marcha de las medidas para erradicar la pandemia genera tensiones en Shanghái, donde viven 25 millones de personas y que es un centro financiero clave en Asia. En abril, los residentes de Pudong, la parte oriental de la ciudad, se enfrentaron a policías con trajes de protección que les obligaban a ceder sus casas para convertirlas en centros de cuarentena.
Desastre legal
Los juristas expresaron su inquietud por los excesos de las medidas para frenar la pandemia. El domingo se hizo viral un escrito en el que se insta al Gobierno a respetar la Constitución del país. Los censores lo eliminaron en repetidas ocasiones, pero muchos usuarios lo volvieron a publicar. El principal autor de la carta, el profesor Tong Zhiwei, de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho del Este de China, de Shanghái, señala que las restricciones y la forma en que las autoridades las aplican podrían provocar “algún tipo de desastre legal”.
“Las medidas para prevenir la pandemia deben estar en equilibrio con la garantía de los derechos y las libertades de las personas”, escribe Tong. “Los gobiernos y funcionarios locales deben atenerse a la Constitución y las leyes y no pueden socavar el Estado de derecho a su conveniencia”.
Guobin Yang, sociólogo de la Universidad de Pensilvania y autor del libro The Wuhan Lockdown (El confinamiento de Wuhan), dice que “como ya se vio en Wuhan en 2020 cuando surgió el virus, los ciudadanos están protestando contra los confinamientos forzosos del Gobierno. Shanghái llevó esta dinámica a un nuevo nivel, pero aún no sabemos cómo responderá el Gobierno”.
Shanghái se encuentra en su sexta semana de confinamiento. El número de casos disminuyó, según las autoridades sanitarias locales. Este jueves, Shanghái informó de 227 casos de COVID-19 de transmisión local, 1.869 contagios locales asintomáticos y dos muertes en las 24 horas anteriores.
Shanghái no es la única ciudad que estuvo sometida a algún tipo de restricción. En Pekín, donde en estos momentos el número de casos diarios es muy inferior al de Shanghái, el Gobierno pidió a los ciudadanos que teletrabajen. Se suspendieron decenas de rutas de autobús y casi el 15% del extenso sistema de metro de la capital china.
Traducción de Emma Reverter