Una accidentada asamblea de Movimiento al Socialismo (MAS) celebrada la noche del lunes reveló señales de fricción en el partido del expresidente boliviano Evo Morales y desacuerdos para elegir candidatos internos para las elecciones regionales y municipales del 7 de marzo, que se tradujeron incluso en una agresión contra el líder cocalero.
El exmandatario (2006-2019) dirigía una reunión de militantes del gobernante MAS en el poblado cocalero de Lauca Ñ, en el Chapare, centro del país, para presentar a los aspirantes a la gobernación de la región oriental de Santa Cruz, entre los que se encuentra su exministro de Gobierno, Carlos Romero.
Fue entonces cuando arrancaron las protestas de más de un centenar de asistentes, que comenzaron a lanzar objetos hacia la parte delantera, donde Morales estaba sentado junto a otros dirigentes de su alineación.
Primero arrojaron una silla de plástico contra Romero y luego otra contra Morales, a quien le impactó en la cabeza, sin causarle lesiones, según videos divulgados en las redes sociales.
Aunque debía escogerse al candidato a gobernador para Santa Cruz, el acto se realizó en el Chapare, en el departamento de Cochabamba.
Tras el incidente, el partido decidió hoy “la expulsión definitiva con ignominia del MAS a todos los implicados e identificados en estos actos de indisciplina orgánica, en toda función de dirigentes en la estructura del MAS”.
Morales, además, culpó a “infiltrados” de los disturbios en el cónclave, donde nunca había sido cuestionado su liderazgo.
“Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS enviando infiltrados para generar violencia en nuestros ampliados”, escribió el exgobernante en Twitter.
Morales, quien recorre el país para consensuar la elección de candidatos, sufrió la semana pasada otro episodio parecido en el poblado andino de Betanzos, en el departamento de Potosí, donde tuvo que ocultarse en un edificio durante unas tres horas porque campesinos del lugar desconocieron a un postulante que había nominado.
Orlando Careaga, un empresario minero y amigo de Morales, relató a la prensa local que finalmente tuvieron que “salir hasta disfrazados” de Betanzos para evitar ser agredidos.
La gobernadora de la región de Cochabamba, Esther Soria, se quejó por su parte de que las mujeres están siendo marginadas de las candidaturas.
Bolivia elegirá el 7 de marzo a nueve gobernadores y 336 alcaldes.
Morales, víctima de un golpe de Estado, retomó la dirección del partido tras regresar al país en noviembre luego de un año de exilio en la Argentina, y después de la juramentación como presidente de Luis Arce.
Con información de Télam
CB