El Gobierno de Irán responsabilizó este lunes al escritor Salman Rushdie del ataque que sufrió el viernes. El escritor, de 75 años, había acudido a un evento en Chautauqua, una localidad del oeste del estado de Nueva York, para hablar sobre la importancia de que Estado Unidos dé asilo a los escritores exiliados. Durante su intervención, un hombre subió al escenario y comenzó a golpear y a apuñalar al escritor.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, culpó al propio Rushdie del ataque por “insultar” al islam y a 1.500 millones de musulmanes. “No consideramos a nadie más que a él [Rushdie] y a sus seguidores dignos de culpa e incluso de condena”, aseguró en una rueda de prensa. El portavoz también negó cualquier vinculación del atacante con su país: “Nadie tiene derecho a acusar a Irán”.
El escritor anglo-indio tuvo que permanecer conectado a un respirador artificial y someterse a una operación de más de seis horas después de ser atacado. Según confirmó su agente, Andrew Wylie, el sábado se le desconectó de la respiración asistida y el escritor ya pudo hablar, aunque sigue hospitalizado con heridas graves con daños en el hígado, un riñón y un ojo, que podría perder.
En declaraciones realizadas este domingo a la BBC, Wylie afirmó que el escritor comenzó con su recuperación, que será larga. “Ya no necesita el respirador, por lo que emprendió u recuperación”, explicó. Y agregó: “Será un camino largo, las heridas son graves pero su estado va en la dirección adecuada”.
Las autoridades en Nueva York acusaron este sábado a Hadi Matar, el presunto autor del apuñalamiento, de intento de asesinato y agresión. El joven, de 24 años, nació en EE.UU de padres que emigraron de Yaroun, en el sur del Líbano, según explicó a Associated Press el alcalde del pueblo, Ali Tehfe. Matar vivía en el estado de Nueva Jersey y sigue detenido y sin derecho a fianza. La policía asegura que aún se desconocen los motivos que le llevaron a apuñalar a Rushdie.
Las banderas del grupo chiíta Hezbolá, apoyado por Irán son visibles en todo el pueblo, junto los los retratos del líder Hassan Nasrallah, Khamenei, Khomeini y el general iraní asesinado Qassem Soleimani. A los periodistas que visitaron Yaroun desde el sábado se les pidió que se marchen. Los portavoces de Hezbolá no respondieron a las peticiones de comentarios.
El gobierno teocrático de Irán y sus medios de comunicación estatales no detallaron los motivos del atacante. En Teherán, algunos iraníes elogiaron el ataque contra un autor que, según ellos, empañaba la fe islámica, mientras que a otros les preocupa que lo sucedido con Rushdie aísle aún más al país.
Rushdie había vivido escondido y bajo protección policial durante años después de que el difunto líder iraní, el ayatolá Ruholá Jomeini, emitiera una fetua en 1989 pidiendo su muerte como castigo por haber publicado Los versos satánicos.