Los residentes de los barrios orientales de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, próximos al denominado corredor Filadelfia fronterizo con Egipto, recibieron mensajes que les instan a evacuar y dirigirse hacia la llamada “zona humanitaria” de Al Mawasi, según informa este lunes el Ejército israelí. “De acuerdo con la aprobación del Gobierno (israelí), una evaluación en curso guiará el movimiento gradual de civiles de las áreas especificadas hacia el área humanitaria” de Al Mawasi, señalan las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en un comunicado.
Según el texto difundido en redes sociales, la orden de evacuación es “temporal” y fue transmitida a los palestinos a través de panfletos, mensajes SMS, llamadas telefónicas y anuncios en los medios de comunicación en árabe. Por el momento, el Ejército no relacionó esta evacuación con su prometida invasión terrestre de Rafah, con la que el Gobierno lleva meses amenazando.
Sin embargo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó este domingo en un encuentro con las tropas cerca de la Franja que preveía “en el futuro próximo” una operación en Rafah y en toda Gaza, debido a que el grupo palestino Hamás no está dispuesto a llegar a un acuerdo con Israel. Precisamente, este domingo colapsaron las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y los islamistas, a través de los mediadores internacionales (Egipto, Qatar y Estados Unidos).
En su comunicado emitido a primera hora del lunes, las FDI también informan de que la zona de Al Mawasi ha sido ampliada hasta la localidad de Deir el Balah, hacia el norte, y hasta la ciudad de Jan Yunis, hacia el este, y está recibiendo más asistencia, como “hospitales de campaña, tiendas, mayor cantidad de alimentos, agua, medicamentos y suministros adicionales”. A pesar de haber sido designada por los militares como área segura, la zona de Al Mawasi no se ha librado de los bombardeos, las condiciones siguen siendo terribles y la ayuda humanitaria llega con cuentagotas.
“Las FDI van a continuar la lucha en contra de las organizaciones terroristas que os utilizan como escudos humanos”, dice uno de los penfletos. “Por vuestra seguridad, las FDI os instan a evacuar rápidamente a la zona humanitaria ampliada de Al Mawasi”.
El Ejército ha dicho esta mañana, en una rueda de prensa online con los medios, que la evacuación responde a un esfuerzo más para “desmantelar a Hamás, traer de vuelta a los rehenes” y poner a la población civil fuera de peligro, pero no ha especificado cuánto tiempo tienen los residentes para acatar las órdenes de evacuación forzosa.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró ayer que Israel no pondrá un fin a la guerra en Gaza, incluso si hubiese un acuerdo de tregua temporal con Hamás, y durante meses ha aludido a la “necesidad” de destruir los batallones del grupo islamista que siguen operativos en Rafah.
Esta orden de evacuación se produce menos de 24 horas después de un ataque con una decena de cohetes perpetrado por Hamás contra las tropas israelíes, en el que murieron cuatro soldados y otros once resultaron heridos, cerca del cruce de Kerem Shalom entre Israel y la Franja, que sigue cerrado e inoperativo desde el incidente de este domingo.
Por su parte, un dirigente de Hamás, Sami Abu Zuhri, declaró a la agencia de noticias Reuters que las órdenes de evacuación de Israel es una “escalada peligrosa que tendrá consecuencias”.
Rafah acoge a casi un millón y medio de personas
Al igual que los residentes de muchas otras localidades, la mayoría de los desplazados de Jan Yunis se encuentran en Rafah, que antes de la guerra tenía menos de 300.000 habitantes y ahora acoge casi un millón y medio de personas.
El Gobierno de Netanyahu llevaba ya semanas asegurando que lanzaría una ofensiva contra la localidad gazatí a pesar de la presión internacional, que se ha mostrado contraria porque supondría un gran riesgo para los cientos de miles de desplazados, que se encuentran en condiciones muy precarias, con escaso acceso a básicos como comida, agua potable o asistencia sanitaria.
Nadav Shoshani, un portavoz del Ejército israelí al que cita Associated Press, señaló que Israel estaba preparando una “operación de alcance limitado”, sin aclarar si esto es el comienzo de una invasión de la ciudad a mayor escala. En cualquier caso, el pasado mes de octubre Israel no anunció formalmente la invasión terrestre de Gaza que continúa hasta hoy.
Por su parte, la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) ha anunciado este lunes que no va a evacuar: “La agencia mantendrá su presencia en Rafah el mayor tiempo posible y seguirá proporcionando ayuda vital” a los gazatíes que se encuentran en esta zona. Muchas no saben adónde ir, después de haber tenido que abandonar sus hogares en otras localidades y haberse tenido que desplazar en múltiples ocasiones en los pasados siete meses.
La UNRWA también ha alertado de las “devastadoras consecuencias” de una ofensiva israelí para los 1,4 millones de civiles que se encuentran en Rafah.
Por su parte, el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha lamentado que “una ofensiva militar israelí añadirá otra capa a una tragedia que ya es insoportable para la gente de Gaza” y “hará aún más difícil revertir la expansión de la hambruna fabricada por el hombre”. Las agencias de la ONU han alertado reiteradamente de los niveles de hambre, que ya rozan la hambruna, en el norte de la Franja y que esa situación podría extenderse a otras partes de Gaza, si no entra más ayuda humanitaria de forma sostenida y si continúa la guerra.
Lazzarini también denunció ayer ataques contra convoyes y trabajadores humanitarios. “Sólo en las últimas dos semanas, hemos registrado diez incidentes que involucraron disparos contra convoyes, arrestos de personal de la ONU, incluido acoso, desnudarlos, amenazas con armas y largas demoras en los puestos de control que obligaron a los convoyes a moverse durante la oscuridad o abortar” su misión, dijo en su cuenta de X. “Estos incidentes ocurren repetidamente en momentos en que estamos inmersos en una carrera contrarreloj para evitar la hambruna en Gaza”, agregó Lazzarini, advirtiendo de que esto también genera “miedo” entre los trabajadores humanitarios, que han sido blanco repetido de ataques, incluso directos y aparentemente deliberados.