Luiz Inácio Lula da Silva sube al 46% en intención de voto mientras que el presidente Jair Bolsonaro se mantiene en un 31% para las presidenciales de Brasil del 2 de octubre, según la última encuesta Ipec para Globo, publicada este lunes. Lula crece dos puntos respecto a la anterior encuesta del 5 de septiembre. En tercer lugar, se ubica Ciro Gomes, que pasa del 8% al 7% de intención de voto. Le sigue Simone Tebet, con el 4%.
En un escenario de segunda vuelta, Lula ganaría con un 53% ante el 36% de Bolsonaro. Por el momento, no es posible asegurar si el PT está en condiciones de ganar en primera vuelta. Si se toman en cuenta los votos válidos, es decir, el resultado que excluyen votos en blanco y nulos, Lula aparece con el 51% de intención de voto en primera ronda, lo que le permitiría ganar el 2 de octubre. Pero la diferencia de un punto entra en el margen de error de la encuestadora, que ofrece un nivel de confianza del 95%.
A Lula le va mejor entre las personas que evalúan negativamente la gestión de Bolsonaro, en los que viven en el nordeste y en familias con un ingreso de salario mínimo. También obtiene mejores resultados entre la población con menos estudios, la población católica y la población negra. En el caso de Bolsonaro, el presidente consigue mejores números entre los evangélicos, los que viven en la región sur y centro-oeste del país, entre los hombres y entre los que tienen educación secundaria.
Marina Silva acompaña a Lula
Marina Silva, una de las ambientalistas más reconocidas del país, ministra de Medioambiente entre 2003 y 2008, tres veces candidata a presidenta de Brasil, anunció este lunes su respaldo político a Lula. El objetivo es vencer la “semilla maléfica del bolsonarismo”, dijo Silva. El acercamiento se da después de más de una década de distancia entre Silva y Lula, en un intento por aunar fuerzas para derrotar al mandatario Jair Bolsonaro y su “amenaza a la democracia”.
“Nuestro reencuentro se da frente a un escenario grave de la vida política. Tenemos la amenaza de las amenazas: una amenaza a nuestra democracia”, dijo Silva. “Esto es una demostración de que la democracia puede ser ejercida incluso cuando hay divergencias puntuales. La democracia es una sociedad en evolución”, dijo Lula.
Pero el acuerdo no solo es un acercamiento simbólico, sino también programático. Lula se comprometió a incluir las propuestas medioambientales presentadas por Silva, entre las que se encuentra la creación de una autoridad nacional de seguridad climática, la actualización del plan de combate a la deforestación y la implementación del mercado de carbono en Brasil.
Pero además, el respaldo de Silva podría aproximar al expresidente al electorado evangélico, una de las principales bases electorales de Bolsonaro. Silva, quien siempre se presenta con una Biblia, puede llegar a las mujeres evangélicas que no simpatizan con el presidente Bolsonaro.