Nuevos bombardeos de Israel en el sur de Gaza dejan 38 muertos desde anoche

25 de octubre de 2024 11:20 h

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El Ministerio de Sanidad de Gaza denunció que una oleada de ataques de Israel lanzados anoche contra una zona residencial de Jan Yunis, al sur de Gaza, deja ya 38 fallecidos y decenas de heridos, “la mayoría de ellos mujeres y niños”.

14 de los fallecidos pertenecen a una misma familia, según informó la agencia de noticias Sawa. En redes sociales han circulado vídeos del ataque en los que se ve a varios niños muertos.

Mientras tanto, el Ejército israelí ha allanado este viernes el hospital Kamal Adwan de Beit Lahia (norte de Gaza), donde hay más de un centenar de personas atrapadas, y ha pedido a los pacientes trasladarse al patio central, según recoge la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.

En la tarde del jueves, tanques israelíes dispararon contra el hospital y destruyeron una estación de oxígeno, según ha informado Al Jazeera. “Los vehículos de la Defensa Civil han sido atacados directamente, y la única ambulancia que quedaba en el norte ha sido destruida por la artillería israelí”, dijo el portavoz de la Defensa Civil de Gaza, Mahmud Basal.

El Kamal Adwan es uno de los pocos centros todavía operativos en el norte de la Franja, donde tres semanas de dura ofensiva israelí han dejado más de 700 muertos y miles de personas desplazadas, según datos de las autoridades gazatíes.

Por su parte, el jueves las autoridades de Gaza estimaron que una nueva tanda de ataques de Israel en el campo de refugiados de Yabalia, norte de la Franja de Gaza, causó unos 150 muertos, aunque los servicios de rescate no pudieron acceder a la zona ante el asedio de las tropas israelíes.

“Una horrible masacre está ocurriendo actualmente en el área de la calle Al-Hawaja, en Yabalia, con informes de más de 150 mártires, heridos y no hay nadie que intervenga para salvarlos”, indicó el portavoz de la Defensa Civil de Gaza, Mahmud Basal.

Las fuerzas israelíes hicieron estallar 11 casas en la zona residencial de al Hawaja, dentro del campamento de refugiados de Yabalia, provocando una “gran masacre”, indicó la Defensa Civil, que recibió numerosas llamadas de socorro.

“Los ciudadanos se enfrentan a grandes dificultades para transportar a los muertos y heridos debido a la interrupción por parte de la ocupación israelí de los servicios médicos de emergencia y de la Defensa Civil en el norte de la Franja de Gaza”, señaló Basal.

La ofensiva Israelí deja en poco más de un año casi 43.000 fallecidos, a los que hay que sumar miles de desaparecidos bajo los escombros.

Asesinato de tres periodistas en Líbano

El Gobierno libanés ha calificado este viernes de “crimen de guerra” el asesinato de tres periodistas en un ataque de Israel contra una residencia en Hasbaya, en el sureste del Líbano, donde otros tres reporteros también resultaron heridos por el bombardeo.

“Esto es un crimen de guerra”, ha escrito en su cuenta de X el ministro de Información libanés, Ziad Makary, que ha denunciado que “el enemigo israelí esperó a que los periodistas descansaran por la noche para traicionarles mientras dormían” y ha acusado al Estado israelí de asesinarlos “de manera premeditada”.

Asimismo, el ministro ha identificado a las víctimas como Ghasan Nayar, Mohamed Reda y Wisam Qasem, todos ellos trabajadores de los canales de televisión libaneses Al Mayadeen y Al Manar.

La residencia atacada acogía a otros 18 periodistas de siete medios de comunicaciones libaneses y árabes, y recordó que “durante los últimos meses no dejaron de cubrir las noticias sobre el terreno y transmitirlas para revelar los crímenes” cometidos por Israel en el país mediterráneo.

El Sindicato de Editores de Prensa Libaneses ha condenado en un comunicado “la horrible masacre cometida por Israel en Hasbaya al atacar a tres profesionales de los medios de comunicación en su residencia” y ha recordado que otros seis han muerto en “brutales incursiones” contra el Líbano.

“Lo que (Israel) ha cometido es un crimen de guerra con todas las especificaciones y estándares”, ha denunciado el sindicato, que pide a los países y organizaciones de derechos humanos “no permanecer en silencio ante esta flagrante y repetida violación de las normas internacionales”.