La élite del Partido Comunista de China (PCCh) ha comenzado este lunes un plenario llamado a apuntalar el liderazgo de su secretario general y presidente del país, Xi Jinping, con vistas al decisivo XX Congreso del próximo octubre, en el que se abordará su continuidad al frente de la potencia asiática.
Así, los 370 miembros del XIX Comité Central del PCCh se reunirán a puerta cerrada hasta el jueves en Pekín en un contexto marcado por los rebrotes del coronavirus, la ralentización de la economía, los roces con Estados Unidos y el agravamiento de la crisis con Taiwán.
Xi ha abierto el pleno este lunes con “explicaciones sobre un proyecto de resolución sobre los principales logros y la experiencia histórica” del partido en sus 100 años de historia, según informa la agencia estatal de noticias Xinhua.
“No se esperan decisiones sorprendentes ni que se pongan en duda sus políticas”, que pasan por “reducir las desigualdades, ampliar la clase media y revertir taras estructurales a nivel económico y social”, apunta el experto español Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China.
Además, el plenario abordará una nueva resolución sobre la historia del PCCh, la tercera después de la de 1945, en la que se entronizó a Mao Zedong, y la de 1981, con la que el dirigente Deng Xiaoping oficializó el comienzo del periodo de reforma y apertura.
Según Ríos, esta tercera revisión enfatizará el rol de Xi en la búsqueda de “la modernización” de China a lograr para 2049, año en que se celebrará el centenario de la República Popular.
En ese sentido, el analista chino Gu Su apunta al rotativo South China Morning Post que “no será tan ambiciosa” como las anteriores -en la que se criticaron errores y se plantearon giros políticos- y que busca “allanar el camino” para que Xi, sin sucesor a la vista, sea encumbrado en el Congreso del próximo año.
“Xi llega con los deberes hechos”, señala Ríos, y recuerda las recientes investigaciones y expulsiones de altos cargos del Partido y los nombramientos en las jefaturas provinciales de funcionarios próximos al actual presidente. Según el académico, Xi quiere evitar “cualquier intento de cortocircuitar sus planes” y asentar “su legitimidad y su lugar en la historia” .
Este plenario es la última reunión importante del ciclo político de cinco años de China y prepara el escenario para el Congreso del partido del próximo año, en el que se espera que Xi busque un tercer mandato extraordinario como líder del PCCh tras haber abolido previamente los límites de los mandatos.
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Por su parte, la agencia estatal de noticias Xinhua o el oficial Diario del Pueblo han destacado en las últimas semanas la “bendición” que supone tener a Xi en una “posición central”, desde la que el dirigente ha reforzado el culto a su personalidad.
En el período previo a la reunión de esta semana, Xinhua se ha dedicado a destacar el papel fundamental de Xi en muchos aspectos de los logros de China. “Xi Jinping visita a menudo las granjas, las casas de los granjeros... e incluso inspecciona las pocilgas y los aseos para obtener información de primera mano sobre los medios de vida de la gente”, dice un tuit. “El presidente Xi concede gran importancia al cultivo de la moral y la ética en toda la sociedad...”, escribe otro.
La reunión viene igualmente marcada por las últimas regulaciones al sector tecnológico, las crisis en el energético y el inmobiliario, las reformas educativas, la política de “tolerancia cero” contra el coronavirus -para la cual el país ha tenido prácticamente que cerrar sus fronteras al exterior-, los continuos roces con Occidente y las tensiones con Taiwán, isla sobre la que Pekín reclama la soberanía.
AGB