Los privilegios de ser blanco: la reacción de la clase media a las políticas de acceso e igualdad en Brasil
Mauro Porto es brasileño nacido en la capital, Brasilia. Vive en Estados Unidos, puntualmente en la ciudad de Nueva Orleans, Estado de Luisiana, desde hace dos décadas. Allí es investigador y profesor en la Universidad de Tulane. Mauro, al igual que quien escribe, es blanco. Una condición que asume al momento de asombrarse con el proceso social de la clase media blanca que derivó en el triunfo de Jair Bolsonaro en el año 2018 en las elecciones presidenciales, previo proceso de impeachment a Dilma Rousseff. El arribo de Bolsonaro fue bisagra en el cambio de época con el giro hacia la extrema derecha en América Latina en los últimos años.
El cambio hizo que decidiera indagar el fenómeno social detrás de tan radical elección por parte de sus conciudadanos, de un personaje tan violento y advirtió que la cuestión racial y de clase eran muy profundas, y persisten. Al mismo tiempo notó en su entorno familiar el apoyo a la figura de Bolsonaro, y buceó en su historia personal. A partir de esta doble indagación realizó una investigación que concluyó en el libro Espejos de la blanquitud: Medios, resentimientos de clase media y ascenso de la extrema derecha en Brasil. Hasta el momento está editado únicamente en inglés.
Mauro visitó Argentina por primera vez, invitado a las “Jornadas internacionales de medios y redes sociales en tiempos de polarización”, organizadas por la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín, en donde presentó su investigación y conclusiones. Porto, además de blanco, es bien alto, de una sonrisa constante y muy amable en su trato. Su castellano es bueno con arrastre de portugues, mientras se mezclan palabras en inglés cuando no encuentra el término adecuado.
“Desde el inicio entendí que la base social más importante del bolsonarismo, en cuanto movimiento político desde los años 2013 al 2018, fue la clase media brasileña. Entonces me pregunté por qué el odio, por qué el resentimiento tan fuerte de estos sectores y su entusiasmo en relación a una plataforma de extrema derecha. Luego, pasé a entender muy bien que mi historia de vida, y la de mi familia, me podría ayudar”, cuenta Porto.
Brasil es el principal motor económico de la región, con un extenso territorio con determinadas características que aportan a la economía nacional, que van desde las costas de Río de Janeiro, la zona de Río Grande Do Sul con la expansión de monocultivos hacia el oeste, la fortaleza industrial y financiera de San Pablo, y un el norte desértico en su interior y de playas caribeñas. Más de 200 millones de personas, con una fuerte desigualdad social histórica hasta el año 2003 cuando asumió Ignacio Lula da Silva, proveniente del sindicalismo y del Partido de los Trabajadores con la propuesta de revertir dicho panorama.
Políticas públicas y ascenso social en Brasil
En Espejos de la blanquitud la cuestión central señalada por Mauro es el “pánico de la clase media” a perder sus privilegios con la aparición en el espacio público de los sectores negros e indígenas al tener acceso a nuevos consumos. Esta situación es analizada a partir de dos medidas concretas por parte del gobierno de Lula: la primera es el programa de acción afirmativa para el acceso a las universidades con cuotas raciales y sociales –denominadas en portugués cotas ação afirmativa–, y la segunda es en relación a la extensión de derechos laborales a las empleados domésticas, que en brasil ascienden a 6 millones de personas.
Ambas cuestiones elegidas por Porto para el análisis son ejes trascendentales en la historia brasilera, con fuerte marca en lo social, cultural y económico y con la intención de incorporar las clases relegadas en términos de oportunidades, la cuales –justamente– son en su gran mayoría personas negras o mestizas.
El propio autor manifiesta que dichos “cambios acabaron por crear en la clase media blanca un pánico de estatus. Un pánico en el sentido de pensar que estos cambios estaban amenazando su posición social y su futuro. Hubo una reacción muy fuerte y motivada por este resentimiento”, lo cual fue gestando un rechazo a las políticas que permitían “invadir” los aeropuertos, los centros comerciales, las universidades, entre otros..
Espejos: los medios de comunicación
En la propuesta investigativa de Porto, como cualquier estudio con objetos culturales, recortó el análisis para identificar dichos espejos de la blanquitud sobre dos productos de medios de comunicación tradicionales de gran alcance y penetración en las audiencias de clase media; en el caso de las cotas para el acceso a las universidades utilizó la revista paulista semanal Veja, de tirada nacional, tomando como período desde los años 2006 al 2012, diferenciándolo en dos momentos. La identidad racial blanca de la revista se pone de manifiesto en sus tapas, sus títulos, editoriales y artículos, negando e invisibilizando los argumentos del movimiento negro del acceso a la formación de enseñanza superior.
Porto es claro y expresa que las medidas fueron “la necesidad de una política reparatoria para una grave historia de violencia y exclusión racial que caracteriza a Brasil. La cual es permanente y es el trasfondo de la historia brasileña que se sigue viendo”, e incluso es categórico al afirmar: “Una de las razones por las que la blanquitud es una perspectiva ideológica tan poderosa es que es invisible. Los blancos piensan que la cuestión racial concierne a los negros, a los indígenas, y que ellos no están involucrados”.
Por otro lado, en el libro se centra en la telenovela Cheias de Charme (Llenas de Encanto) del año 2012 producida por la cadena televisiva más importante de Brasil, TV Globo, y en la cual se narraba la historia de tres mujeres trabajadoras domésticas, dos de ellas blancas y la tercera, negra. Mientras que las dos primeras llegan a tal condición por circunstancias de sus historias, la última se dedica por su origen social y color de piel.
En un principio algunos analistas destacaban que tal abordaje demostraba la integración de sectores emergentes por parte del mega conglomerado mediático, sin embargo, el investigador señala que fue todo lo contrario. Según Porto, la telenovela “trató el trabajo doméstico desde la perspectiva de la clase media blanca y siempre de forma incluso promoviendo la ridiculización de las aspiraciones de ascenso social de los grupos más pobres y de las propias trabajadoras domésticas”.
A modo de síntesis de lo analizado tanto en la revista como en el programa televisivo dan cuenta, en sus propias palabras, de que “los espejos de la blanquitud son los patrones de representación que emergen desde la mirada de la clase media blanca y que los medios tradicionales, reflejan”.
Mauro, el blanco
Mauro es un nombre de origen latino, el cual se traduce como oscuro en relación al color de piel, justo todo lo contrario a su tez. Él mismo se pone en el centro de análisis y advierte que su blanquitud, y la de su familia, fue una ventaja estructural de clase, y extensiva a su círculo de amigos y conocidos. Haciendo referencia al tema de frente, cuenta: “En mi caso experimenté los dos privilegios de clase media: la explotación de la labor de estas mujeres domésticas y el acceso a la enseñanza superior”. La reacción de la clase media a las medidas lulistas para paliar las situaciones fue la promoción y ascenso de figuras radicalizadas de la derecha, siendo su expresión definitiva la llegada al Palacio del Planalto del ex militar Jair Bolsonaro, quien en su período como legislador nacional fue el único que votó en contra de los derechos para las trabajadoras domésticas.
Porto cuenta que en varias oportunidades fue advertido de la posible reacción de clase, por temor a perder su estatus con la aparición de otras en el espacio público, sin embargo, no prestó la debida atención en su momento y el porqué no lo hizo también fue lo que motorizo a comprender el fenómeno de la ola de derecha y sus expresiones.
A modo de dar respuesta a partir de los estudios críticos de la blanquitud, indica: “Hay una intersección muy fuerte en Brasil entre clase, raza y género. Y en el libro hablo que el clivaje central en mi país es entre una clase media, predominantemente blanca, y la mayoría de los trabajadores y pobres, que está predominantemente compuesta por negros y pardos”.
A su vez, no deja de señalar la propia dificultad que tuvo el gobierno de Lula de comunicar la importancia de la medidas y sus beneficios en general a la sociedad, las cuales no tendían a impedir las oportunidades de la clase media sino a incorporar a los sectores marginados, Porto indica que lo demostró el hecho de duplicarse la cantidad de sillas en las universidades públicas en aquel período.
Próximo a cumplirse un año del inicio del tercer mandato presidencial de Lula los desafíos parecen ser bastantes al haber ganado por una diferencia cercana al 2%, la más corta en la democracia del país, en especial porque los problemas raciales y de clases no se resolvieron. En este punto, Porto diagnostica que la polarización política en Brasil continuará, incluso si Bolsonaro perdió porque la expresión de la derecha persiste.
MS/MG
Mauro Salvador es periodista y asistente del Diploma en Medios y Redes en Tiempos de Polarización organizado por el Área de Medios, Discursos y Política, EPyG (UNSAM)
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