Un fin de semana. Eso es lo que tardó la ministra de Defensa de Alemania, Christine Lambrecht, en anunciar su renuncia después de que el diario Bild informara el pasado viernes que la política socialdemócrata iba a presentar su dimisión al canciller Olaf Scholz.
La decisión final la hizo pública ella misma este lunes, en un momento de presión creciente sobre Alemania por el envío de tanques a Ucrania. “Decidí poner mi cargo a disposición [del canciller]”, dijo Lambrecht en un comunicado: “La atención que los medios de comunicación prestan a mi persona apenas permite informar y debatir objetivamente sobre los soldados, el Ejército y las decisiones de política de seguridad en interés de los ciudadanos de Alemania”.
Recientemente, Lambrecht, de 57 años, había protagonizado una serie de errores, entre ellos un video que publicó en redes sociales el 31 de diciembre, hablando sobre lo que fue trabajar en 2022. La ministra aparecía en las calles de Berlín, con un ensordecedor ruido de fondo de petardos y fuegos artificiales. En la grabación, Lambrecht, una política a la que Scholz había encargado rearmar el Ejército del país, asegura que 2022 fue un año especial para ella, entre otras cosas, porque le permitió conocer a “gente estupenda y muy interesante”.
El mensaje costó a Lambrecht una lluvia de críticas que, aparentemente, terminaron llevándosela por delante. En las encuestas, la mayoría de los alemanes consultados llevaba tiempo pidiendo su salida. Hasta un 64% de la población quería su dimisión, según una reciente encuesta publicada en Bild. El semanario Focus le colocó hace unos días la etiqueta de la “menos querida de los ministros alemanes”.
La opinión sobre Lambrecht en las encuestas es un reflejo de las dificultades que atraviesa el Gobierno alemán, cuyo ministro de Fnanzas, Christian Lindner, está bajo la lupa de la Fiscalía berlinesa entre acusaciones de que desarrolló estrechos vínculos con un banco del que, según los medios alemanes, recibió un préstamo para su casa de lujo.
Actualmente, según las encuestas, si hubiera elecciones generales los partidos del Gobierno –Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y liberales del FDP – no lograrían revalidar la mayoría que consiguieron en los comicios de hace algo más de un año.
“El Gobierno está superado con la guerra”
Lambrecht era, en teoría, la responsable de gestionar los 100.000 millones de euros de presupuesto especial que Scholz anunció para modernizar su Ejército. Al poco tiempo de iniciarse la invasión rusa de Ucrania, Scholz dijo que su país iba a alcanzar el 2% del PIB en defensa en 2024, objetivo de la OTAN que Alemania incumplió durante años. Pasó casi un año desde que el canciller hizo ese anuncio, pero el trabajo de la ministra no acompañó.
“En general, el Gobierno alemán está superado con la guerra de Rusia contra Ucrania. No hay una estrategia clara. La comunicación en los últimos meses fue terrible”, dice a elDiario.es, Marcel Dirsus, experto del Instituto para la Política de Seguridad de la Universidad de Kiel. “Esto se explica, en parte, por la falta de capacidad de las instituciones y porque la gente responsable de la toma de decisiones no ha estado tradicionalmente interesada en estas cuestiones. Es difícil para ellos tomar las decisiones correctas. Y, Lambrecht, en particular, no creo que haya sido la ministra correcta, pero ella no está sola en lo que respecta a los resultados de su trabajo”, asegura.
El canciller Scholz también fue objeto de duras críticas de buena parte de la comunidad de expertos en cuestiones militares, tanto alemanes como extranjeros, por la lentitud con la que Berlín ha tomado decisiones sobre su apoyo militar a Kiev.
Según apunta a elDiario.es Rafael Loss, otro experto en cuestiones de defensa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), la reciente decisión del envío de 40 vehículos de apoyo de infantería modelo Marder a Ucrania se tomó sin suficiente planificación.
A cuenta de la decisión, que es otro hito para un país que antes de la guerra contra Ucrania, se oponía al envío de material bélico con capacidades ofensivas a zonas de conflicto, el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung informó que Alemania solo cuenta con 320 unidades de esos vehículos operativa en el mejor de los casos, “pero muchos de ellos se usan ya como almacén de piezas de repuesto, docenas están empleados en compromisos de la OTAN”. Según el periódico de Frankfurt, “la industria podría necesitar meses para reparar algunos de los vehículos de sus almacenes”.
El debate sobre el envío de tanques
En Alemania se percibió a Lambrecht, junto a otros socialdemócratas incluido el canciller Scholz, como un 'freno' en lo que al apoyo militar europeo a Ucrania se refiere. El debate, tanto en Alemania como a nivel internacional, se centró estos días en la posible entrega a Kiev de tanques Leopard de fabricación germana, empleado por varias naciones europeas, incluida España.
En el Gobierno alemán, a estas alturas, solo el partido de Lambrecht y del canciller Scholz duda sobre la conveniencia de mandar esos tanques en apoyo a Ucrania. Al ser tanques alemanes, Berlín tiene la última palabra en lo que respecta a que otras capitales europeas quieran hacer debido a las leyes sobre reexportación de este tipo de sistemas de defensa.
Países como Polonia y Finlandia están tratando de crear una coalición de países europeos que organice el suministro de Leopards a Ucrania. Hasta ahora, en Berlín, Lambrecht era percibida como una de las figuras que resistía a esa y otras presiones. La reciente decisión de Reino Unido de enviar a Ucrania un puñado de tanques modelo Challenger 2 añadía presión para la ahora saliente ministra saliente de Scholz.
La ministra de los 5.000 cascos
Para Lambrecht, antes de que comenzara la invasión rusa de Ucrania, el envío de 5.000 cascos militares fabricados en Alemania ya era una “clara señal de ayuda” a Kiev. Los críticos cuestionaron que a Lambrecht le quedó grande la tarea de rearmar a su país y apoyar a Kiev frente a Moscú.
Está por ver quién toma el testigo de Lambrecht. Podría hacerlo Eva Högl, encargada en el Parlamento de cuestiones sobre el Ejército federal, otra política socialdemócrata con años de experiencia en temas de política europea e internacional aunque carece de experiencia gubernamental. Lambrecht fue ministra de Justicia en la última 'gran coalición' entre socialdemócratas y conservadores que dirigió Angela Merkel y, durante escasos meses, ejerció de ministra de Familia, una experiencia con la que no ha podido aguantar más de un año al frente de Defensa.
En Alemania, un país lastrado por su funesto pasado militar en tiempos del III Reich, este ministerio es un lugar difícil para muchos políticos. Antes que Lambrecht, pasó por allí la líder democristiana Annegret Kramp-Karrenbauer, quien iba para 'heredera' de Merkel y terminó hundiendo su perfil político en Alemania como ministra de Defensa.
El ministro de Finanzas, bajo lupa
La dimisión de Lambrecht llegó también en pleno aumento del escrutinio sobre el ministro de Finazas y vicecanciller Lindner por su relación con el BBBank, entidad financiera a la que pidió créditos y con la que tuvo relaciones laborales, según revelaron en los últimos días los medios alemanes.
Según el diario berlinés Der Tagesspiegel, la fiscalía de la capital alemana está estudiando levantar la inmunidad parlamentaria a Lindner, líder de los liberales alemanes, para investigar sus vínculos con la entidad financiera. Lindner también es diputado del Bundestag, de ahí que toda investigación tenga que pasar por acabar con la protección parlamentaria del ministro de Finanzas, algo que, de momento, no se produjo.
En enero de 2021, año en que Lindner fue candidato a canciller de su partido en las primeras elecciones de la era post-Merkel, pidió al BBBank un préstamo de 2,35 millones de euros, según informó el semanario Der Spiegel. Ese dinero sirvió para comprar y renovar una propiedad. En junio de 2022, cuando el Gobierno alemán ya estaba lanzando planes de apoyo a la población para luchar contra una inflación galopante, Lindner pidió otro préstamo de 450.000 euros. Al parecer, las obras en la casa del ministro saldrán más caras de lo calculado inicialmente.
Según trascendió en los medios germanos, poco antes de solicitar ese segundo crédito, Lindner grabó un video de tres minutos que fue emitido en el 100º aniversario de la fundación de dicha entidad, en 2022. “Me gusta el banco BBBank desde la base”, decía, entre otras cosas, el ministro de Hacienda.
La prensa alemana cuestionó cuestionado la conveniencia de que el responsable de las arcas del Estado que representa a la primera economía de la Unión Europea tenga esas palabras de halago hacia un banco que no está ni entre los principales del país –el diario Der Tagesspiegel sitúa al BBBank en el número 56 entre los grandes bancos germanos–.
El abogado de Lindner salió en su defensa y rechazó las acusaciones, afirmando que “saludar brevemente en aniversarios como el centenario de un banco forma parte de la conducta habitual de un ministro”.
AM