Este miércoles la Corte Suprema de Washington ha escuchado los alegatos del que ha sido llamado el caso más importante sobre el derecho al aborto en casi 50 años, un proceso que podría redefinir los derechos reproductivos en todo EEUU y cuyas repercusiones en otros países podrían durar décadas.
El caso Dobbs contra la Jackson Women's Health Organization podría menoscabar, o incluso anular, el precedente de Roe vs Wade (Roe contra Wade), la histórica sentencia del Tribunal Supremo de 1973 que legalizó el aborto en Estados Unidos. En Estados Unidos, no hay ninguna ley nacional que garantice la libertad de interrumpir el embarazo y ese derecho descansa únicamente sobre esta sentencia de 1973. Por eso, si se anulara o menoscabara ese precedente, decenas de millones de personas en edad reproductiva de todo el país se verían afectadas.
Se espera que los nueve jueces del Tribunal escuchen este jueves los alegatos de la querella, el estado de Mississippi, que sostiene que el tribunal debe utilizar este caso para anular el precedente de Roe contra Wade, de la defensa, la última clínica abortista que queda en Mississippi, que argumentará en favor de mantener el derecho al aborto tal y como está.
¿Qué está pasando en el Tribunal Supremo de EEUU?
El Dobbs que da nombre al caso y al querellante refiere al doctor Thomas Dobbs, ministro de Salud del estado de Mississippi y autoridad responsable de hacer que se cumpla la ley del Estado. La Organización de Salud de la Mujer de Jackson es la última clínica abortista de Mississippi, también conocida como la Casa Rosa por estar pintada de ese color.
El más alto tribunal de EEUU escuchará los alegatos de los abogados. Debe decidir si el estado de Misisipi puede prohibir prácticamente todos los abortos, una vez transcurridas las primeras 15 semanas de gestación.
El caso va directamente en contra del precedente Roe contra Wade, con el cual la Corte Suprema de 1973 garantizó el derecho al aborto en EEUU. La sentencia de entonces protegió el derecho al aborto hasta el momento en que el feto puede sobrevivir fuera del útero, un plazo que por lo general se traduce en unas 24 semanas de gestación (el plazo de un embarazo que llega a término es de 39 semanas de gestación).
En la Corte Suprema predominan ahora las opiniones conservadoras, con seis de nueve integrantes de derecha. Las organizaciones que defienden el derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo especialmente peligroso el caso de Mississippi. En virtud de lo decidido en Roe contra Wade cincuenta años atrás, el Tribunal Supremo podía haber desestimado directamente la ley de Mississippi y declararla inconstitucional. Y sin embargo, no lo hicieron, e hicieron pasar el caso a la etapa de juicio oral. Esto quiere decir que al menos cuatro sobre nueve, en la Core, consideran que hay razones para revisar la histórica sentencia.
La decisión final se espera para junio de 2022 pero las audiencias dieron pistas sobre el parecer de los jueces.
¿Qué podría pasar con el precedente?
El Congreso nunca consagró en una ley el derecho a interrumpir un embarazo. Las mujeres embarazadas de EEUU llevan casi 50 años confiando en la protección del derecho al embarazo otorgada por el precedente del caso Roe contra Wade, ahora bajo amenaza.
Una posibilidad es que la Corte Suprema desestime el caso de Misisipi, lo que dejaría vigente Roe contra Wade. Pero lo que se teme un fallo del Tribunal que menoscabe o incluso anule el precedente.
Los más posible es que la Corte decida que que esta nueva ley sureña de las 15 semanas no es muy limitante para la población de Mississippi. Y con su fallo, darían vía al estado para prohibir el derecho al aborto en una fase mucho más temprana. Esto restringiría considerablemente el acceso a la interrupción del embarazo y debilitaría el precedente de Roe contra Wade.
Si esto ocurre, se espera que otros 26 estados sancionen nueva legislación estadual. Y de ese modo, prohíban el aborto siguiendo diversas cursos legales, a sabiendas de que gozarían del visto bueno del máximo Tribunal nacional: con enmiendas, en este país federal de 50 estados, a las Constitucionales estaduales (equivalentes a las provinciales en Argentina); con leyes sancionadas en las Legislaturas, que se activarían automáticamente, en caso de que se anule Roe, para entrar en vigor a la mayor brevedad; o con limitaciones al aborto a partir de las seis semanas de gestación, un plazo que en la mayor parte de los casos se cumple antes de tener conocimiento del embarazo.
De estos 26 estados, casi todos están en el Medio Oeste y en el Sur del país. En total, en los estados considerados hostiles al aborto vive el 58% de las mujeres en edad reproductiva, es decir, 40 de los 72 millones de mujeres entre 15 y 49 años que viven en EEUU.
Louisiana, por ejemplo, tiene una ley que se activaría automáticamente. Es como una 'célula dormida': si se anula Roe contra Wade en Washington, en este estado del Golfo de México el aborto quedaría prohibido de manera inmediata. Actualmente, si una embarazada en Louisiana necesita un aborto legal y seguro, tiene una clínica, en promedio, a 60 kilómetros de su domicilio. Si se anula la sentencia de 1973, esa distancia aumentaría hasta unos 1.010 kilómetros: lo que separa al Caribe de la frontera con Canadá, donde está Illinois, el estado más cercano que defiende el derecho al aborto.
Los defensores del aborto alertan de que si cae Roe contra Wade el procedimiento puede volverse inaccesible y también un delito. Según los expertos en derecho penal, la prohibición del aborto podría generar una oleada de procesamientos, viendo lo ocurrido con las leyes sobre el homicidio, a una serie de encarcelamientos masivos.
Los defensores del aborto argumentan que entonces habrá más abortos clandestinos. Pero dejará de hacerse de forma segura en un entorno legal y clínico, poniendo en riesgo la salud de las personas embarazadas.
Prohibir el aborto haría aún peores las deficiencias que ya tiene EEUU respecto a la salud de embarazadas. Aumentaría la tasa de mortalidad materna, que ya es la más alta entre las naciones ricas.
¿La anulación convertiría a EEUU en un país atípico?
En las últimas décadas, en todo el mundo la tendencia ha sido hacia aumentar la protección al derecho al aborto. Al menos 50 países han hecho menos restrictivas las leyes sobre el aborto desde 1994 y ahora 970 millones de mujeres (el 59% de la población femenina en edad reproductiva del mundo) viven en países donde el aborto es legal y accesible.
En los últimos tiempos también ha habido un movimiento por legalizar la interrupción del embarazo en América Latina, una región conocida por prohibiciones al aborto extremadamente punitivas.
En el Derecho Internacional, el aborto es considerado un derecho humano. La doctora Tlaleng Mofokeng, relatora de la ONU para el Derecho a la Salud, dice que si la Corte Suprema permite que cada estado de EEUU decida si prohibir o no el aborto, sería una violación automática de la legislación internacional sobre DDHH, incluida la convención contra la tortura de la que Estados Unidos forma parte.
“Si eso se anula”, dice Mofokeng sobre el caso Roe contra Wade, “las implicaciones serán catastróficas, no solo para EEUU”.
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