Se han desclasificado otros dos documentos del Departamento de Estado de EE.UU. relativos al golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile, que revelan cómo se informó al presidente Richard Nixon sobre el inminente golpe militar.
El informe diario del presidente del 11 de septiembre de 1973, la mañana del golpe militar apoyado por EE.UU., informaba a Nixon que los oficiales militares chilenos estaban “decididos a restaurar el orden político y económico”, pero “puede que aún carezcan de un plan coordinado eficaz que capitalice la amplia oposición civil”.
Otro informe diario para Nixon, fechado el 8 de septiembre de 1973, afirmaba que “no había pruebas de un plan coordinado de golpe de Estado” en Chile y en caso de que los “exaltados de la Marina” instigaran un golpe, “podrían encontrarse aislados”.
Finalmente, en la mañana del 11 de septiembre, las fuerzas armadas se unieron para derrocar al presidente socialista elegido democráticamente, Salvador Allende, e instaurar la dictadura de Pinochet, que duró 17 años.
Durante su sangriento gobierno, se registraron 40.175 víctimas de ejecuciones, torturas, prisión política, o “desapariciones”.
Chile volvió a la democracia en 1990 e inició un tenso periodo de transición que sigue dividiendo al país. Pinochet fue detenido en Londres en 1998, pero nunca cumplió condena por sus presuntos crímenes, antes de morir bajo arresto domiciliario en 2006.
Un comunicado de prensa del Departamento de Estado de EE.UU. afirmaba el viernes que la desclasificación de los informes diarios del Presidente “demuestra nuestro compromiso permanente con la asociación entre EE.UU. y Chile y es coherente con nuestros esfuerzos conjuntos para promover la democracia y los derechos humanos en nuestros propios países y en todo el mundo”.
Dado que ninguna de las sesiones informativas diarias supone una amenaza evidente para la seguridad nacional de EE.UU., no está claro por qué se mantuvieron clasificadas casi en su totalidad durante casi 50 años.
La subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, Gloria de la Fuente, agradeció el viernes por la noche a la administración Biden “su disposición para responder a la solicitud de desclasificación de documentos relativos a nuestro país”.
“La desclasificación de documentos promueve la búsqueda de la verdad y refuerza el compromiso de nuestros países con los valores democráticos”, dijo.
Chile se prepara para conmemorar el medio siglo transcurrido desde el golpe de Estado de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
El 1 de agosto, el gobierno del presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, de 37 años, presentó una solicitud a la administración Biden para que se hicieran públicos documentos relacionados con el golpe militar en el país.
El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, que hizo la petición oficial, declaró: “Todavía no sabemos qué vio [el presidente Nixon] en su escritorio la mañana del 11 de septiembre de 1973”.
A principios de este mes, se hicieron públicos documentos que habían sido previamente redactados en gran medida y en los que se detallaban las reuniones que Nixon mantuvo con Agustín Edwards, propietario del grupo mediático conservador chileno El Mercurio, en 1970, en las que el magnate de los medios de comunicación compartió sus observaciones sobre figuras militares clave y posibles aliados para ayudar a derrocar a Allende.
A medida que se acerca el quincuagésimo aniversario del golpe, el legado de la dictadura de Pinochet sigue dividiendo a los políticos y a algunos sectores de la población.
El martes, políticos de derecha del Congreso chileno leyeron en voz alta una declaración del 22 de agosto de 1973 en la que se advertía a Allende de que debía respetar la Constitución, que Pinochet utilizó a menudo como justificación de su golpe de Estado. El Presidente Boric respondió pidiendo a Chile que “proteja la democracia”.
Traducción de Santiago Armando