Trump insiste en controlar recursos de Ucrania mientras Putin reclama conservar territorios ocupados en la negociación

Mientras los representantes rusos y estadounidenses protagonizaban este lunes unas maratonianas negociaciones en Riad para avanzar hacia un alto el fuego limitado en Ucrania, en las redes sociales circulaban las imágenes de un edificio en llamas, bomberos apresurándose a llevar a cabo tareas de rescate y vecinos que bajaban aturdidos. Según han informado las autoridades locales, el Ejército de Vladímir Putin ha atacado la ciudad de Sumy, en el noreste ucraniano, dañando bloques de viviendas y una escuela y dejando heridas a cerca de 90 personas, entre ellas varios niños.
“Moscú habla de paz mientras lleva a cabo ataques brutales en zonas residenciales densamente pobladas de las grandes ciudades ucranianas”, ha denunciado el ministro de Exteriores, Andrí Sibiga, en su cuenta de la red social X. Horas después. el presidente Volodímir Zelenski se expresaba en términos similares: “Cada día de guerra significa pérdidas, dolor, destrucción que Ucrania nunca quiso. La guerra la trajo Rusia, y es a Rusia a quien hay que empujar: es a ellos a quienes debemos forzar la paz, es a ellos a quienes debemos presionar para garantizar la seguridad”.
En Arabia Saudí, las consultas entre los equipos de Washington y Moscú se ha prolongado durante más de 12 horas. El Kremlin había anunciado que su delegación no tenía previsto firmar ningún documento al término de las negociaciones. Según medios rusos, ambas delegaciones se han puesto de acuerdo sobre el contenido de una declaración conjunta, pero harán públicos los resultados del encuentro este martes.
Antes, el diplomático ruso Grigori Karasin, que encabeza la delegación de Moscú junto al asesor del director del Servicio Federal de Seguridad (FSB) Serguéi Beseda, se había mostrado optimista con la marcha de la reunión. “Tiene lugar una interesante discusión de los temas más candentes”, dijo a la agencia Interfax en uno de los recesos. “Lo importante es mantener todo el tiempo el contacto y entender el punto de vista del otro. Eso lo estamos logrando”, añadió. De acuerdo con varios medios, en el lado estadounidense se han sentado Andrew Peek, un alto directivo del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y Michael Anton, un alto cargo del Departamento de Estado.
En una llamada con Donald Trump, Putin rechazó la semana pasada un alto el fuego de 30 días mucho más amplio –por tierra, mar y aire– que Ucrania ya había aceptado. En su lugar, Moscú accedió una tregua limitada a las infraestructuras energéticas y a explorar una posible extensión del cese de hostilidades al mar Negro, un área que no ha sido escenario de intensas operaciones militares en los últimos meses –durante la invasión, Ucrania ha infligido importantes daños a la flota rusa en esta zona–.
La tregua aún no se ha materializado –los expertos advierten de que negociar, ejecutar y supervisar un alto el fuego lleva tiempo– y, mientras tanto, Rusia y Ucrania han seguido intercambiando ataques. Según ha revelado el Telegraph, esto está enfadando cada vez más a Trump.
Un día después de que un ataque de Moscú matara a tres personas en Kiev, las defensas aéreas ucranianas han derribado 57 drones kamikaze Shahed y de otros modelos lanzados por el Ejército ruso contra su territorio, según la Fuerza Aérea del país invadido. El Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado que sus defensas antiaéreas han derribado 227 drones ucranianos. Horas después, Ucrania ha informado del ataque en Sumy.
Según ha informado Bloomberg, Washington busca alcanzar un acuerdo de tregua antes del 20 de abril, día de Pascua, pero reconoce que ese plazo puede retrasarse dadas las grandes diferencias entre las posturas de ambas partes.
En público, el mensaje de la Administración estadounidense es que sigue confiando en el proceso pese a que Rusia está minimizando las expectativas. Mientras que Steve Witkoff, enviado especial de EEUU, había prometido que este lunes habría “progresos reales”, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió el domingo de que las negociaciones serán difíciles. “Estamos apenas al principio del camino”. Peskov agregó que hay muchas “preguntas” y “matices” pendientes sobre cómo podría implementarse un posible alto el fuego, una fórmula que Putin ha empleado anteriormente para rechazar la tregua parcial acordada por Ucrania e imponer sus propias condiciones.
Washington pisa el acelerador para llegar a un acuerdo de paz cuanto antes frente a un Moscú que no tiene prisa y no da muestras de ceder en sus demandas maximalistas. El Moscow Times, citando fuentes, ha informado de que el Kremlin está prolongando deliberadamente las conversaciones de paz para apoderarse de más territorio y reforzar su posición negociadora con EEUU. “El tiempo está de nuestra parte ahora y trataremos de aprovecharlo al máximo”, ha dicho un diplomático ruso al periódico.
Según recoge el mismo medio mencionando una fuente cercana al Kremlin, Moscú está decidida a asegurar el control sobre los territorios ucranianos que se anexionó a cualquier precio, alegando que políticamente Putin no puede permitirse perderlos después de que su estatus fuera consagrado en la Constitución.
Witkoff, quien no ha viajado en esta ocasión a Arabia Saudí, había avanzado que los equipos discutirían “la línea de control” entre los dos países, que describió como “medidas de verificación, mantenimiento de la paz, congelación de las líneas donde están”. Señaló, además, que se está hablando de “medidas de fomento de la confianza”, incluido el regreso de los niños ucranianos deportados por Rusia. Asimismo, aseguró que de los contactos de este lunes esperaba progresos en lo que respecta a un alto el fuego en el mar Negro como paso previo a un cese total de las hostilidades.
Según Peskov, la idea que sobrevuela las negociaciones es reactivar la llamada Iniciativa del mar Negro, acordada en julio de 2022, con la mediación de Turquía y la ONU, para permitir navegar a los cargueros con cereales ucranianos. Moscú terminó descolgándose del pacto un año después entre quejas de que no se había cumplido lo prometido, alegando que se estaban bloqueando sus exportaciones de fertilizantes y alimentos. Peskov ha asegurado que Rusia planteará de nuevo los mismos argumentos.
A pesar de los ataques rusos a sus puertos, Ucrania ha podido exportar cereales, mineral de hierro y otros productos a través del mar Negro desde sus tres principales puertos marítimos en la región de Odesa, sin embargo, no ha podido usar el de Mykolaiv, que antes era un importante centro de exportaciones, según informa Reuters.
Trump insiste en controlar las plantas eléctricas
Desde EEUU, mientras continuaban las conversaciones, Trump ha asegurado este lunes que se están abordando más cosas. “Estamos hablando de territorio en este momento. Hablamos de líneas de demarcación, de energía, de propiedad de centrales eléctricas. Algunos dicen que Estados Unidos debería ser el propietario de la central eléctrica... porque tenemos la experiencia”, ha dicho, asegurando que está hablando con Ucrania sobre la posibilidad de que empresas estadounidenses sean propietarias de plantas de energía ucranianas.
El presidente ucraniano ha rechazado que la planta de Zaporiyia, ocupada por Rusia desde hace tres años, pase a ser propiedad de Washington, resaltando que todas las centrales nucleares son de “propiedad estatal” y pertenecen al “pueblo de Ucrania”. Trump también ha vuelto a repetir que espera firmar “pronto” el acuerdo sobre la explotación de minerales críticos ucranianos.
El domingo, la delegación estadounidense habló durante cinco horas con la ucraniana en Riad, en unas negociaciones a nivel técnico para hablar de los detalles de la tregua que fueron calificadas de “productivas” por el ministro de Defensa del país invadido, Rustem Umérov, que encabeza el equipo de Kiev, compuesto por militares, diplomáticos y representantes del Ministerio de Energía. La delegación ucraniana ha permanecido en Arabia Saudí a la espera de más contactos. Kiev había dicho previamente que entregaría una lista con los objetivos que deben ser protegidos durante la pausa de los ataques.
Serguí Leshchenko, asesor de la Oficina Presidencial ucraniana, ha explicado en una entrevista que las conversaciones se centraron en las infraestructuras y la seguridad del transporte marítimo. Según Leshchenko, las dos partes hablaron de una posible pausa en los ataques contra las infraestructuras portuarias tanto de Ucrania como de Rusia. “La conversación versó sobre un alto el fuego mutuo: nosotros no atacaremos sus instalaciones (rusas) en el mar y los ríos, y ellos no atacarán nuestras instalaciones, nuestros puertos de Jersón y Mykolaiv, los puertos de la Gran Odesa”.
Indignación por las palabras de Witkoff
Mientras los esfuerzos diplomáticos cobran impulso en Arabia Saudí, una serie de declaraciones de Steve Witkoff, que está teniendo un papel protagonista en los contactos con Moscú, ha levantado ampollas en Ucrania. En una entrevista emitida el viernes con el ultraconservador Tucker Carlson, antiguo presentador estrella de Fox News, el emisario de Trump dijo entre otras cosas que los ucranianos que viven en los territorios ocupados quieren “estar bajo el dominio ruso” porque lo han demostrado en “referéndums” –que fueron ampliamente rechazados por la comunidad internacional–, palabras que ha intentado matizar posteriormente asegurando que estaba expresando la visión rusa y que no estaba tomando partido.
“En sus declaraciones, Witkoff pone en tela de juicio la integridad territorial y la soberanía de Ucrania. Son absolutamente inaceptables y van en contra de la política de Estados Unidos hacia Ucrania”, ha declarado al Kyiv Independent Oleksandr Merezhko, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento ucraniano.
El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, ha salido este lunes en defensa de Witkoff, asegurando que es un “gran tipo” y está “haciendo un trabajo increíble”. “La gente que le critica está enfadada porque está teniendo éxito donde ellos fracasaron durante 40 años”, ha escrito en Vance X. “Resulta que gran parte de la diplomacia se reduce a una simple habilidad: no ser idiota”, ha agregado.
En una entrevista con la revista Time publicada este lunes, Volodímir Zelenski ha dicho que hay miembros en la Casa Blanca que han empezado a confiar más en la palabra de Putin que en su propia información de inteligencia. “Creo que Rusia ha conseguido influir en algunas personas del equipo de la Casa Blanca a través de la información. Su mensaje a los estadounidenses era que los ucranianos no quieren poner fin a la guerra y que hay que hacer algo para obligarles”.
Trump ha emprendido un giro abrupto en la política de EEUU sobre la guerra de Ucrania, aproximándose a Moscú e incrementando sustancialmente la presión sobre Kiev, a la que llegó a cortar temporalmente el suministro militar y de información de inteligencia tras el tenso episodio vivido a finales de febrero en el Despacho Oval, donde Trump abroncó a Zelenski ante las cámaras en un fracaso diplomático histórico. “En esa conversación, estaba defendiendo la dignidad de Ucrania”, ha dicho el presidente ucraniano a Time. Zelenski asegura que no se arrepiente de enseñarle a Trump una serie de fotografías de prisioneros de guerra ucranianos, un gesto que la publicación asegura –citando fuentes estadounidenses– que torció la reunión.
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